Sobre el populismo

Hace una semana murió Eric Hobsbawm;  uno de los historiadores más importantes del siglo XX. Leyendo un artículo publicado en la revista Ñ, encontré una cita que tiene relación con el post anterior y con uno de los comentarios dejados allí. La cita es la que sigue: “Populismo es un término que se usa en un sentido demasiado general. ´Populismo´ simplemente quiere decir gobiernos que tratan de hablar directamente con la gente; lo pueden hacer con diferentes propósitos. Perón era populista en un sentido y Chávez, en otro. No diría que necesariamente el populismo como tal debe ser aceptado por completo o rechazado”.

Mi opinión al respecto es que el término populismo es usado, hoy en día, por el poder mediático como insulto hacia aquellos gobiernos que no se pliegan a sus condiciones. También lo hacen, con el mismo objetivo,  los gobiernos de EE.UU. y de Europa; los que aun piensan que los demás gobiernos del mundo deben rendirles cuentas y brindarles explicaciones de cada medida que toman o dejan de tomar.

El populismo, entonces, sería la forma de accionar de un gobierno más preocupado en posicionarse que en tomar las medidas adecuadas para el beneficio de un país.

Aquí, en Sudamérica, los gobiernos tildados de populistas son, en realidad, gobiernos populares. Con esto me refiero a gobiernos elegidos democráticamente por el pueblo y que toman medidas que benefician, precisamente, al pueblo en su totalidad, pero con especial énfasis en los más necesitados. He ahí el gran problema de los monopolios y de los gobiernos extranjeros. Los gobiernos de la centralidad política no toleran que haya otros gobiernos que se preocupen por las masas más pobres, ya que, inevitablemente, deberán intervenir con fuerza en políticas sociales y, sobre todo (y he aquí el punto principal), en la economía.

Creo que el neoliberalismo ha sido –y sigue siendo– la peor desgracia que ha debido tolerar la humanidad en los últimos tiempos. La guerra es la otra, pero en los últimos tiempos (desde la Segunda Guerra Mundial hasta el presente), la guerra es solo otra arma de ese modelo económico.

He visitado Venezuela hace muchos años, en tiempos en que, en aquel país (al igual que en Argentina y el resto de Sudamérica) gobernaban los militares. La desigualdad social que presencié solo era comparable a la de Brasil y,  en menor medida, al resto de los países de la región (hablo del año 1982, donde pude viajar por cinco países de Latinoamérica). Sobre las faldas de las montañas de La Guaira (el puerto de Caracas, distante varios kilómetros de la capital venezolana) se levantaban caseríos interminables, sin puertas ni ventanas; sin agua ni luz eléctrica ni servicios cloacales ni beneficios de ningún tipo. Mientras tanto, en Caracas, la otra parte de la sociedad vivía en lo que hoy llamaríamos “primer mundo”. Recuerdo que nos hicimos amigo de un argentino que vivía allí, el que nos llevaba a pasear en su Cadillac por la ciudad (uno de sus tres automóviles, además de una lancha para salir a navegar los fines de semana y dos casas, etc.) Los Cadillac no eran algo raro por ese entonces; después de todo, Venezuela era uno de los principales proveedores de petróleo de EE.UU. (¿Les suena conocida esta historia? ¿Por qué será que Obama, Hillary Clinton & Co. Critican y critican y critican a Chávez?).

Hoy Chávez ha disminuido la brecha social (aunque aun falte trabajar en ello), ha disminuido el desempleo, ha mejorado el sistema de salud, ha erradicado el analfabetismo. Lo mismo han hecho todos los gobiernos populistas sudamericanos. En cambio, Chile, cuyo gobierno nunca es tildado de tal manera (por supuesto, Piñera es de derecha, cosa que le gusta mucho a la ya nombrada centralidad política) tiene serios problemas en su sistema de salud, una enorme brecha social, y el sistema educativo más pobre y más caro de la región (en Argentina la educación es gratuita, incluso hasta la universidad).

En definitiva, no me importa cómo sea tildado un gobierno (o mi gobierno, si vamos al caso), lo que me importa es que trabaje por y para el pueblo; después, lo que digan los grandes señores del poder, me tiene sin cuidado.

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12 comentarios el “Sobre el populismo

  1. gaviotasinamor dice:

    Borgeano amigo como me gusta leerte, sabes tanto hijo mio!!! me encanta este post, y la cita que has dejado de este gran señor me encanta…

    «Populismo´ simplemente quiere decir gobiernos que tratan de hablar directamente con la gente; lo pueden hacer con diferentes propósitos»
    Por desgracia en mi país, no existe el populismo, mi gobierno no habla con el pueblo, habla con la banca!!
    Feliz miércoles guapo!!

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    • Borgeano dice:

      De todos modos, hay que tener cuidado con los populistas. Éstos suelen ser realmente peligrosos. Lo que digo en el post es que los medios del poder tildan de «populistas» a gobiernos que son, en realidad, «populares»; lo cual implica una gran diferencia.
      Espero que les llegue pronto.
      Cariños.

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  2. La pega que veo en Chavez es el recorte en ciertas libertades y un control no muy transparente de los recursos económicos, que si bien llegan a los pobres quizás por el camino se estén enriqueciendo otros con ello, o al menos es lo que nos llega aquí.

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    • Borgeano dice:

      Con Chávez sucede lo mismo que con el gobierno argentino; si tu vieses las cosas que dicen los medios aquí tendrías la sensación de que vivimos bajo un nuevo Sadam Hussein. Dicen cosas como que «no hay libertad de prensa» y que vivimos bajo «una dictadura». ¡Y eso lo dicen por radio, T.V. y periódicos! ¿No se contradice eso con el hecho de que JAMÁS se cerró ni censuró a ninguno de ellos? ¿Qué clase de dictadura es esa? En Venezuela ocurre otro tanto, el gobierno posee trece (13) canales de T.V. mientras que la oposición posee sesenta y cuatro (64). Allí también dicen lo que quieren, sobre todo dicen que no tienen libertad para hablar, etc.
      En las elecciones del domingo pasado, hubo más de 10.000 periodistas de todo el mundo (el equivalente a los que acuden a los Juegos Olímpicos o a un mundial de fútbol), 2.000 veedores internacionales, además de la Jimmy Carter Foundation, quien se encarga de fiscalizar elecciones en todo el mundo. Al respecto, Carter (quien no está de acuerdo con las políticas de Chávez, valga aclararlo) dijo: «De hecho, de las 92 elecciones que hemos monitoreado, yo diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo»; ni siquiera la oposición negó la transparencia de las elecciones.
      Con respecto al manejo de los dineros públicos, creo que son peores los gobiernos de derecha, quienes suelen permitir manejos espurios propios y de sus amigos (algún les contaré la historia de Menem, quien llevó a Argentina a la famosa crisis del 2001, similar a la que está ocurriendo hoy en España, Grecia y Portugal). En su caso, ni siquiera llegan a la gente, siempre quedan en el camino de los grandes comerciantes.
      Un abrazo.

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      • albertodieguez dice:

        Quizás tengas razón, pero veo zonas oscuras tanto en las izquierdas como en las derechas, y es desesperanzador. Aunque sin duda estoy más cerca del pensamiento político de izquierdas que el de derechas.
        Un abrazo.

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      • Borgeano dice:

        Exactamente hoy estuvimos estudiando el tema de las democracias con una abogada y docente (estoy haciendo un curso de perfeccionamiento), y el primer punto fue dejsar en claro que no existe algo como «Democracia pura» (se la calificó como utópica). Luego de ahí partimos. Todo es perfectible, sin duda; y he ahí la lucha constante.
        El problema, o uno de los problemas centrales y primeros, es el de la corrupción; y eso afecta a todo tipo de gobierno por igual.
        Un abrazo.

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      • albertodieguez dice:

        más que de ideologías, con sus pros y contras,el problema es de personas…golfos en todas partes…

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      • Borgeano dice:

        Tal cual Alberto. ése es uno de los problemas que veo en la democracia: la publicidad los hace a todos perfectos, pero nunca tenemos la seguridad de que no estemos votando a un perfecto imbécil. O peor.
        Saludos

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  3. Dessjuest dice:

    Yo es que no estoy de acuerdo con la visión que da este hombre de «populismo», como tampoco sé muy bien lo que quieren decir con «neoliberalismo», como si el liberalismo fuera algo nuevo o tuviera alguna vertiente nueva.

    Y usando su propia definición, una de ellas, todos los gobiernos democráticos son elegidos por el pueblo, de una u otra forma.

    Para mí, y recalco lo de para mí, un político populista es aquel que dice lo que se quiere oir y hace lo que a él le interesa, no suelen ser tampoco ejemplo de libertades individuales, que para mí es la principal meta que debe tener cualquier sistema democrático.

    El político, el gobernante, en mi opinión, debe ser un gestor, simplemente eso, no acaparar poder, no acaparar influencias ni tratar de influenciar a su pueblo, a Chavez da la sensación de que le gusta mucho salir en los medios explicando sus políticas y haciendo miting tras miting, eso es lo que más reparo me da de él y de los que considero que son como él, que piensan que gobernar significa poder usar los medios de comunicación que pagan todos, incluidos la oposición, para su única voz.

    Saludos.

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    • Borgeano dice:

      Vamos por partes. No aceptas el comentario de Hobsbawn sobre el populismo; de acuerdo, nada que decir aquí. Yo creo que es correcta (es la belleza del disenso bien entendido, el respeto a las ideas ajenas, aunque se podría seguir discutiendo el tema).
      El neoliberalismo es, de hecho, una nueva vertiente del liberalismo. Fue puesta en práctica a principios de los años setenta en Chile (bajo un gobierno militar) y tuvo su apogeo en los años 90´s y principios del siglo XXI. También se lo llama «capitalismo salvaje», precisamente, por ser una variante capitalista descontrolada. Te recomiendo, si me lo permmites, el libro La doctrina del shock, de Naomi Klein; también puedes ver el documental que ella hizo y que lo encuentras completo en youtube.
      No comprendo el segundo párrafo, Hobsbawn no hace referencia a ninguna definición de democracia. La democracia es un sistema de gobierno, no un sistema electoral (de todos modos, hay diferentes sistemas electorales y también diferentes sistemas democráticos; como democracia representativa, democracia parlamentaria, democracia participativa).

      Estoy de acuerdo contigo en el tercer párrafo, por eso hice la aclaración de que estos gobiernos tildados de «populistas» no son tales, sino que son gobiernos «populares» (o, mejor aun «democráticos»); lo de «populista» es, como dije, un insulto injustificado para minar a estos gobiernos que no se pliegan a los grandes poderes del norte.

      No estoy de acuerdo en el último párrafo. Creo que el gobernante debe tener una ingerencia importante en los asuntos de Estado. Ser un simple gestor no sirve, es más, creo que ello es sumamente peligroso, ya que los gestores suelen ser prácticos por sobre todas las cosas y un país no es una empresa. Hay veces en que es necesario «perder dinero», cosa que un gestor no se permitiría. Aquí tenemos a un empresario como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que se ufana de ello (y envió a varios de los suyos a Venezuela esperanzado en que Chávez perdiera) y lo único que hace es recortar los fondos de salud y educación, ya que «no rinden», es decir, no producen ganancias. Un país no puede manejarse como una empresa, es algo más complejo y se necesitan decisiones políticas, no meramente comerciales.}

      Luego, lo de si Chávez aparece mucho en T.V. o lo que fuere es secundario, anecdótico. Lo importante es si trabaja para todo el pueblo de su país. Pero hago aquí una aclaración, ya que algo similar sucede en Argentina. Si los gobernantes tienen a la mayoría de los medios en contra, ¿cómo dan a conocer sus políticas y logros? Aquí los medios mienten descaradamente, tergiversando y editando las alocuciones de la presidenta, entonces mucha gente cree que ella dijo algo completamente distinto a lo que dijo en realidad. En Venezuela, puedo asegurártelo, sucede lo mismo.
      Un abrazo.

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      • Dessjuest dice:

        Yo no veo secundario el asunto de aprovechar medios públicos para engrandecer tu imagen, mi querido Borgeano, pero en fin, que tampoco es plan de ponernos en una interminable discusión (entendiendo discusión en su acepción más amable y respetuosa), agradezco la resupesta, es obvio que pensamos distinto sobre el tema 😀

        Abrazos.

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      • Borgeano dice:

        Vamos puliendo; yo tampoco estoy de acuerdo (en un cien por ciento) pero todos los gobiernos lo hacen –populistas, populares y de los otros, llámense como se llamaren– ya que, en líneas generales, es una condición constitucional la publicidad de los actos de gobierno. Es cierto que los populistas suelen abusar de esto; pero quizá sea que los otros gobiernos prefieren no dar tanto a publicidad lo que hacen (te lo imaginas a Rajoy dando a publicidad TODO lo que hace? ¿O a George W. Bush?)
        Un abrazo.

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