El «sunicuhijo»

Desde 1820 hasta la abolición de la pena de muerte en su Constitución de 1978, España utilizó un dispositivo de tortura denominado «el garrote vil». El prisionero era sentado de espaldas contra un grueso poste que tenía un orificio ubicado a la altura de su cuello. Por éste se introducía una soga que rodeaba su garganta y emergía del otro lado, donde se insertaba entre la soga un garrote que luego era rotado por el verdugo, hasta estrangular al condenado. Delante de éste se ubicaba un sacerdote, quien sostenía un crucifico frente a su rostro, para que la víctima rezara el Credo mientras el verdugo hacía girar el garrote y tensara la cuerda. El público habitual era tan entendido en este tormento que hasta calculaba el tiempo en el que se produciría la muerte y llegaban  a hacer apuestas. La experiencia mostraba que el promedio de sacrificados sólo alcanzaba a llegar al «sunicuhijo» del Credo. La oración iba (va) así: «Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, y en Jesucristo, su único hijo…», y hasta este punto dejaba de rezar el reo, por lo que el habla popular llegó a fundir estas tres últimas palabras en el mentado «sunicuhijo». Durante el espectáculo, no era extraño que quienes habían apostado que el condenado excedería el «sunicuhijo», alentara a la víctima a resistir y continuar rezando, para proteger su dinero; o que en el caso opuesto, lo insultara si lo veía sucumbir tempranamente.

Cereijido, Marcelino. Teoría general sobre los hijos de puta. Pág. 51

Más adelante, el garrote fue perversamente refinado, para pasar a consistir en un collar de hierro que, por medio de un tornillo, retrocedía hasta matar al acusado por asfixia. La variante denominada catalana incluía un punzón de hierro que penetraba por la parte posterior destruyendo las vértebras cervicales del condenado. El garrote, con sus refinamientos, fue instituido porque el ahorcamiento se consideraba excesivamente cruel, ya que el lapso de tiempo hasta la muerte era mucho más largo.
Fernando VII abolió, en 1828, la pena de muerte en horca y dispuso que, a partir de entonces, se ejecutase a todos los condenados a muerte con el garrote:
«en garrote ordinario los reos pertenecientes al estado llano, en garrote vil los castigados por delitos infamantes y en garrote noble los hijodalgo» —Real Cédula de 28 de abril de 1828
Cada tipo de ejecución llevaba aparejada una escenificación distinta, diferenciándose cada una principalmente por el modo de conducir al condenado hasta el garrote: los condenados a garrote noble iban en caballo ensillado, los de garrote ordinario iban en mula o caballo y los de garrote vil en burro o arrastrados. Es la denominación garrote vil la que ha prevalecido y hoy en día se suele usar este nombre para designar tanto al instrumento como a la pena de muerte que lo utiliza.
La ejecución se anunciaba con unos tambores con el parche flojo, no tirante, que se llamaban «cajas destempladas», de donde ha quedado la expresión.
Fuente: wikipedia
Los últimos condenados por este sistema en España (el anarquista catalán Salvador Puig Antich, en la Cárcel Modelo de Barcelona, y el delincuente común de origen pretendidamente polaco Heinz Ches, en la de Tarragona) fueron ajusticiados el 2 de marzo de 1974.
Portada del periódico francés «Le monde liberetaire» haciendo referencia al garrote vil, pena de muerte medieval que Franco aplicó en España hasta 1974.

17 comentarios el “El «sunicuhijo»

  1. La entrada es muy buena. Informa y explica, pero lo haces tan bien que no he podido leerla entera. He ido saltando párrafos.
    No sé si es que soy demasiado imaginativa, aparte de lo bien que los decribes, que me ha sido imposible. Ahora ya no ser si debo dar a «me gusta» o no. Realmente no me gusta pero es por eso motivo que debo dar, es decir, me gusta lo bien escrito que está y lo aclaratorio que es.

    Yo de estos horrores debo pasar, me duelen demasiado.

    Mil besos, mi querido Borgeano.

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    • Borgeano dice:

      Entiendo perfectamente, no te hagas problema. Leí eso en el libro de Cereijido y sentí la necesidad de escribirlo.
      sé que a veces sucede eso, hay temas muy difíciles de tratar. Más después de tu post.
      Cariños

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  2. Mil gracias. Siempre tan comprensivo. Mil besos

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  3. Ana azul dice:

    Pues no sé como los franceses se permitian llamar asesino a quién utilizaba ese método ( por otro lado cruel y horrible) porque la guillotina muy fina no es que fuera, la verdad. En realidad de todos los métodos de ejecución el menos doloroso creo yo que es la inyección letal, porque se duermen y ya está, pero eso no significa que el ajusticiar a alguien sea lo mejor que se puede hacer con un preso, aunque haya casos que así en caliente , todos digamos que lo mejor es que les ajusticien.
    Besos
    Ana

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    • Borgeano dice:

      Por mi parte estoy en contra de la pena de muerte. Y el texto del post viene a raíz de la lectura del libro de Cereijido. Luego, todo país que aplica la pena de muerte, en lo que ha mí respecta, ha dado un paso atrás en su estado de civilización.
      Debe haber (mejor dicho, los hay), otros métodos. Estoy de acuerdo en que, en caliente, uno a veces dice cosas como esas; pero en general esos temas no deben tratarse, precisamente, en caliente.
      Saludos y gracias por el comentario.

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      • Ana azul dice:

        Que conste que yo también estoy en contra de la pena de muerte. Me parece que siempre se han cometido errores y han muerto ajusticiados varios inocentes. Pero no entiendo que paises que la han tenido o la tienen, tilden de asesinos a otros. Es como el refrán de que se ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el ,propio. Saludos
        Ana

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      • Borgeano dice:

        Totalmente de acuerdo contigo Ana, y no fue mi intención, con la portada de la revista, el hacer una crítica a España y sólo a España. El hecho es que ése fue el país que usó éste método en particular hasta bien entrado el siglo XX. Nada más.
        Francia tiene lo suyo (podríamos hablar de la guillotina o del Congo, por ejemplo); y mejor no tocar el tema de Inglaterra y EE.UU.
        Cariños y paz.

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      • Ana azul dice:

        Mucha paz, que en estos tiempos en muy importante y necesaria. Besos fuertes
        Ana

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      • Borgeano dice:

        Cada día más Ana, y me gustaría decir que si entre todos hacemos algo quizá algún día la consigamos del todo, pero ni yo me lo creo. Creo que es demasiado naïv. Pero bueno, soñar es gratis.
        Besos y el mejor de los días para ti.

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    • Dessjuest dice:

      La guillotina tenía la ventaja de ser rápida como método de ajusticiar, no muy agradable de ver cierto, pero vaya, que lo que es sufrir pues no sufría mucho el reo.

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      • Borgeano dice:

        Dentro de la barbarie que significa la pena de muerte, es preferible cualquier método rápido y efectivo, aunque, como ya lo dije, me opongo a tal brutal castigo.

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  4. gaviotasinamor dice:

    Querido Borgeano,me acabo de enterar de esta última muerte que mandó franco…qué vaya con dios!! es un post muy duro, ya ves tú desde tan lejos estás mejor documentado que muchos esñolitos, esta vida es demasido dura Borgeano cada vez me doy más cuenta de la crueldad y me pregunto amenudo de verdad existe DIos? ayer sin más vi como varios inmigrantes saltaban la valla, casi desnudos y descalzos, para entrar en España y se me encogio el corazón, definitivamente yo no voy a rezar aunque me pongan el garrote vil en el cuello
    Un post muy triste
    Saludos

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    • Borgeano dice:

      El post es duro, sí; y triste. Como le dije a Ana, todo parte de la lectura de un libro; ello me motivó a escribirlo. Generalmente tiendo a ser bastante oscuro en mis temas, lo que sucede es que no tengo el tiempo suficiente para leer y documentarme.
      Con respecto a dios, qué quieres que te diga; yo no me fío de un tipo que no da la cara.
      Y me quedo con tu frase: «definitivamente yo no voy a rezar aunque me pongan el garrote vil en el cuello» Adoro esa veta tuya de fortaleza y rebeldía. Por eso mismo es por lo que te dediqué aquel post (junto a Latidos), sobre los vikingos.
      Cariños de pie, de pie y peleando.

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  5. alterfines dice:

    Interesante tema. Fuimos unos salvajes hasta que suprimimos la pena capital en los años 70, (encima, aplicada con tan bestial método).

    Por disimular, ya sabes 😉 Me ha recordado una anécdota graciosa, que además abunda en ese tema que tanto nos gusta a ti y a mí del uso correcto del idioma.

    Por si no la conocías, es una anécdota atribuida al rey Carlos V, que muestra cómo una coma puede cambiar el sentido de un texto y… hasta la vida de una persona. Según se cuenta, en cierta ocasión a Carlos V se le hizo llegar la siguiente sentencia: «Perdón imposible, que cumpla su condena». Pero antes de firmarla, el emperador movió la coma de lugar y así cambio para bien la suerte del acusado: «Perdón, imposible que cumpla su condena».

    Un abrazo (libre de cargos).

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    • Borgeano dice:

      Conocía la historia con algunas variantes. En mi caso la que cambiaba la coma (era levemente más complejo, se cambiaba un punto y una coma) era la Reina, quien sabía de la inocencia del acusado. Pero ambas historias son válidas.
      Un abrazo.

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  6. Dessjuest dice:

    Este es un tema que me atrae mucho, de hecho le dediqué una entrada que con tu permiso te invito a ver: http://dessjuest.wordpress.com/2012/09/05/la-inevitable-pero-mejorable-muerte/

    Yo desde luego tengo ciertas dudas acerca de si era mejor este método que la horca, desde luego los hay más humanos, los hubo mucho peores por supuesto, hacer un repaso por la historia de los métodos de ajusticiamiento nos describe como humanidad, el ingenio dedicado a inventarlos bien se pudo usar para otras cosas.

    Abrazos.

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