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El primero de agosto de 2006 escribí un post que se tituló de la misma manera que éste que se encuentran leyendo. Lo copiaré es su totalidad ya que, luego de seis años y tres meses después puedo, lamentablemente, suscribir cada una de sus palabras. El texto en cuestión es el siguiente:
«Ya sé que más de un gil vendrá a acusarme de antisemita y nazi y cosas por el estilo, pero desde ya les aclaro que no soy ni una cosa ni la otra y, también, creo que ese tipo de crítica ideológica no es más que el reflejo indicativo del éxito que históricamente ha tenido Israel y otros grupos de poder en manipular los hechos y el control que poseen sobre los medios masivos de comunicación.
Es así que me permito titular a este post como lo he hecho y, aunque alguno pueda sentirse molesto o agraviado o lo que sea y teniendo en cuenta de lo que son capaces los fanáticos, sean de la tendencia que fueren; nada hará que cambie de opinión. No, al menos, hasta que los asesinos modifiquen su actitud. No pido solamente que paguen por lo que han hecho y lo que están haciendo; sino que también reconozcan ellos mismos lo que son y lo que han sido.
Algún día me gustaría extenderme sobre mis opiniones sobre este punto, el que es más complejo de lo que este post quiere ser y del tema que quiere tratar, así que si alguien quiere discutir el tema de lo que fue y es Israel históricamente tendrá que esperar. Y tendrá que esperar porque hoy el tema que me lleva a escribir estas líneas es mucho más urgente.
Les dejo éste único enlace con el fin de que no tengan que andar de aquí para allá por la red. Les aclaro que hay imágenes muy fuertes, pero también creo que es necesario tomar concienca de lo que se hace hoy (como alguna vez dije he hice con Irak).
Quizás después de leer la nota del enlace y de ver las fotos que la acompañan, comprendan la visceralidad desde la que estoy escribiendo. No estoy justificándome ni mucho menos; es más, creo que estoy siendo sumamente medido en mis apreciaciones.
Fíjense, sino, en lo que hace otra gente por mucho menos».
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Han pasado, como dije, más de seis años y tres meses desde que escribí lo anterior, y otra vez (y no es ésta la primera) nos vemos inmersos en la agresividad terrorista israelí apoyada, como siempre, por el terrorista mayor que hoy domina al mundo: EE.UU. Es bien conocida la falacia de la autodefensa israelí (ver Noam Chomsky, Howard Zinn, etc.): falsos ataques de sus enemigos (sean estos palestinos, libaneses, sirios o quienes fueren); ataques reales pero provocados por ellos mismos (lo cual, obviamente, nunca se da a publicidad); y desproporcionada reacción.
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Cuesta entender cómo un pueblo que ha sufrido lo que ha tenido que sufrir a lo largo de la historia permita y acceda a hacer sufrir a otros de igual o peor manera. Pero ya se sabe, política es política y en ese tema las víctimas, los pobres, los hambreados, los mutilados (y nada importa de su edad, sexo, o condición de vida) son cuestiones menores, meros daños colaterales; esa repugnante definición inventada para no llamar a las cosas por su nombre.
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Dejo algunos enlaces imprescindibles para comprender el alcance de la situación:
Siguen cayendo las bombas sobre Gaza (Página/12)
Obama: «Estados Unidos apoya totalmente el derecho de Israel a defenderse» (Página/12)
¿Por qué una nueva guerra contra Gaza? (RedVolatire)
La historia se repite mientras la comunidad internacional da la espalda a Gaza (Rebelión)
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Insufrible sin duda la apología de la violencia tanto de Israel como de su «socio» mayor, EUA. Coincido en que hay que alzar la voz para señalar el descaro.
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Así es Danioska, pero tengo la sensación de que gran parte de la gente (incluida la blogósfera) poco y nada quiere ver del tema. A veces tengo la sensación de que se considera mejor hablar de trivialidades o de cuestiones meramente personales.
Está bien, no voy a pedir que todo el mundo comparte mis deseos o necesidades de hablar de tal o cual tema; pero creo que algún debate sobre temas de importancia es necesario. Lamentablemente, como dije, tengo la sensación de que somos pocos.
Gracias por pasar por aquí.
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Pues muy bien por los pocos como tú que alzan voces necesarias.
Abrazo
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Debe ser porque escribir (y comentar) sobre trivialidades es más popular (o debería decir populista?) y también más divertido. Bastante tiene la gente con sus problemas como para que vengamos los demás a molestarlos con otros (léase con ironía). A la mayoría de la gente sólo le interesa lo que pasa en el mundo que nos muestra la televisión… y de pasada, el tiempo que dura la noticia.
Otras veces es por falta de tiempo. Dejar un comentario chorra lleva menos de dos minutos. Escribir uno con contenido sobre un tema más profundo requiere reflexión… Pero sí, estoy de acuerdo, se echan de menos entradas «con chicha» en la blogosfera (o puede que sea yo la que no sepa dar con ellas).
Gracias por esta entrada. Ha sido como un soplo de aire fresco… a pesar de la crudeza de lo que cuentas y las imágenes a las que nos reenvías.
Un saludo
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Pues seguimos estando de acuerdo. Pero no deja de ser una pena que la gente se niegue –sistemáticamente– a temas más profundos o delicados. No digo que haya que hacerlo a diario (¿quién soportaría tal cosa?) Pero al menos de tanto en tanto. Yo mismo me regalo con alguna comedia o con música más ligera llegado el caso, pero no hago de eso el leit motiv de mi vida.
Creo que estamos los dos de acuerdo en ello.
Gracias nuevamente por tus comentarios. Como te dije alguna vez, eso (la extensión y lo que dices) es una muestra de respeto que, desde el sur del mundo, te agradezco una y otra vez.
Cariños.
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