Hace poco, leí un divertido relato donde se describían ciertas manías de los lectores/escritores. Uno de los puntos hacía referencia a las inevitables libretas que se usan para tomar notas y cosas por el estilo. Recordaba tener varias —todas ellas incompletas— de diferentes tamaños y para diferentes propósitos, aunque algunas de ellas fueron transformándose en pequeños centros caóticos de anotaciones varias.
Recorrer ese caos no deja de ser una fuente de placer, en algunos casos (y para quien tomó las notas, por supuesto); y en otros, al menos es un divertimento. Allí encontré desde los infaltables fragmentos o inicios de cuentos, poemas, ideas para una novela o para un ensayo, direcciones de páginas web, acertijos de lógica, problemas de matemática (si alguien está por cumplir un número cuadrado de años —es decir 16, 25, 36, 49, 64— que me avise y prometo regalarle un cuadrado mágico hecho con todos los años en que ha festejado un cumpleaños); ideas para cuadros, diseños de muebles, partituras, tablaturas.
Una de las cosas que había olvidado, y que había comenzado en momentos de dificultades (y que me vienen como «anillo al dedo» para estos momentos) tiene por título 1001 razones para no suicidarse las cuales, por supuesto, sólo llegan a 100. Allí encontré banalidades (pero aun válidas) y algunas otras un tanto obvias. Por ejemplo:
01. Por la tierra vista desde el espacio.
32. Por los Hermanos Marx y Buster Keaton
38. Por William Faulkner
41. Por las mascotas (especialmente las mías)
50. Por Buda
53. Por el ajedrez y el backgammon
59. Por Thot
60. Por los orgasmos (y el camino hasta ellos)
70. Por el bajo eléctrico, por el bajo acústico, por el contrabajo
76. Por el surrealismo
83. Por la mermelada de naranjas. Y la de Frutilla. Y la de Kiwi
93. Por Jimi Hendrix y Steve Ray Vaughan
Bien, ya se habrán hecho una idea de qué va la cosa. Tonterías, sin duda; pero cuando esto ocurre (el hecho de encontrar alguna tontería que escribí tiempo atrás), siempre recuerdo el estribillo de aquella canción de Os Paralamas Do Suceso: «Todo eso me haría feliz, tonterías me harían feliz, pero nada me hará tan feliz como dos margaritas». Si vamos a ser tontos, seámoslo a tiempo completo. Y, para terminar, también encontré esta transcripción del enorme Javier Marías quien, creo, la escribió para mí:
«En estas páginas que he ido llenando reconozco una voz fría e invulnerable, como las de los pesimistas que, lo mismo que no ven ninguna razón para vivir, tampoco ven ninguna para matarse o morir, ninguna para temer, ninguna para aguardar, ninguna para pensar; y sin embargo no hacen sino estas tres últimas cosas: temer, aguardar, pensar, pensar sin cesar».
Javier Marías; el hombre sentimental.
Ay, las necesarias libretas! Me encantaron tus «razones para no suicidarse» y me pican las ganas de hacer mi propia lista (por supuesto, tendré que plagiarte la 60 y la 83), y bueno, la cita de Marías: impecable… Creo que este post corre el riesgo de convertirse en unos de mis favoritos. Abrazo
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¡Pero qué velocidad, amiga mía! Me alegra que te haya gustado la idea. Por mi parte creo que voy a seguirla (¿Llegaré al 1001? Quizá tras sucesivas crisis lo logre).
¿Plagio? ¿De qué hablas Willis? Nada, nada, supongo que si hiciéramos tales listas y las comparáramos luego, los puntos en común se contarían por decenas.
Cariños Julia, y gracias por estar aquí.
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Trabajemos, pues, las listas, y luego las compartimos.
Va un abrazo y las mejores vibras para que remontes pronto las dificultades…
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Gracias Julia, esta pelea en particular va a ser muy difícil, pero no puedo evitarla. Así que a ponerse los guantes y que sea lo que deba ser.
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Nunca fui de libretas de llevar encima, pero este año cuando comencé con lo del blog me compré una para apuntar ideas, para luego escribir sobre esa inspiraciones, y tengo que reconocer que para lo que me ha servido es para darme cuenta porqué nunca las usé, y es que en un año, prácticamente quedó en blanco, con lo que fui consciente de que no soy de esos que apuntan y hacen listas, ni antes ni ahora pasado el tiempo.
Eso sí, de tu lista yo también me apunto al 60 y al 83, pero de Naranja Amarga.
Javier Marías siempre grande!!
Un abrazo.
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Sé que compartimos el placer de las lecturas de Javier (he visto, si no me equivoco, tu avatar en su blog); lo de las libretas es casi un adminículo clásico, aunque no por ello imprescindible.
Y en cuanto a la lista, como se ve, he tomado algunos puntos aquí y allá. no me extraña que el punto 60 tenga ya tres votos, pero debo reconocer que lo del 83 no me lo esperaba.
Un abrazo.
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Qué bueno!!! Yo también tengo libretitas para todo, jajaja, siempre voy con una (que es la de diario) en la cartera o el bolsillo (son chiquitas, con espiral y cuadriculadas las que uso yo). Tengo una para frases de gente famosa, otra para frases de gente común, otra para conductas de vida (las que yo considero buenas), otra sobre conductas de mis mascotas (no, no fumo porros), otra de viajes, y así, ni te digo las que tengo…
Entre los motivos para no suicidarme yo agregaría:
Por la pizza de El cuartito (no sé cómo estará ahora, pero hace años era lo más, para mí).
Por las pelis de Chaplin y Akira Kurosawa.
Por Oscar Wilde y Cortázar.
Por bucear en Asia.
Por el dulce de leche La Serenísima estilo colonial.
Besotes
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¡Nunca hay que salir sin ellas! Después de escribir el post encontré una más. Y eso sin contar el diario, las carpetas y los cuadernos. Además de las hojas en blanco, sueltas (nunca tiro una fotocopia si el reverso está limpio).
En cuanto a la lista que propones (yo sólo puse algunos ítems de cien), en la mía también está Kurosawa (lo puse junto a Emir Kusturica) y el dulce de leche (aunque no fui tan específico como vos, creo que debería darte la razón; aunque para estar seguros deberíamos hacer una degustación masiva de dicho producto, ¿no? Digo, para hablar en firme).
Nota: he intentado dejar algún que otro comentario en tu blog pero a veces me es imposible. El último que dejé tuve que hacerlo bajo mi vieja cuenta de blogspot (por eso aparece allí un avatar que ya no uso). Veré si puedo remediarlo, pero quería que supieras que ando por allí.
Cariños miles y miles.
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Buenos días Borgeano desde luego que originale res para tus post me encanta amigo..
Aquí donde me ves, me encantan las libretitas y apunto muchísimas cosas y ahora de tu lista, yo tengo tres apuntadas ya de por vida ejeje
60. Por los orgasmos (y el camino hasta ellos)
50. Por Buda
41. Por las mascotas (especialmente las mías)
Bueno mi querido Borgeano, ya está aquí, el fatídico día del fin del mundo yo me voy al infierno con los tios buenorros, ¿me acompañas? ejejee.y cconfiésate hombre ajaja
Gracias por acompañarme siempre se agradece,
y ahora como solemos decir, en estas fechas …feliz navidad si vivimos
Muaskk
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Gracias por tus palabras gaviota, siempre tan… ¿cuál es la palabra? no lo sé, pero leer tus comentarios siempre me alegra el día. En serio, siempre termino sonriendo. Gracias por ello.
Ahora, en cuanto a la lista, o la fracción de lista que publiqué, veo el punto 60 lleva amplia ventaja sobre los demás, lo cual me lleva a pensar que una reunión de bloggers, al menos de los que visitan éste sitio, sería muy, pero que muy divertida.
Con respecto al infierno, yo tengo un boleto de ida desde el día en que nací. Así que allí nos encontraremos y la pasaremos mejor que los de allá arriba y toda su beatería de cotillón. «Si dios existiera sería necesario eliminarlo» y, si quieren, agrego yo, pueden encargarme el trabajo. Lo haría con muchísimo gusto.
Besos infernales, gaviota, y a 60 que se acaba el mundo.
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Pues no se ha acabado estamos aquí ajajajaaa pero yo sigo apuntada al 60 ajajaja
besosss
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A por cierto comenté en tu otro blog está genial, moderame muaskk
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Gracias, gracias, gracias otra vez. Ya está hecho.
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Nunca fui amiga de libretas caóticas, lo mío es más el caos total, es decir, ir anotanto en papeles, papelitos y papelotes que después colecciono formando un caos mayor… No obstante, sí me ha dado nostalgia de mis cuadernos de instituto, en los que, por supuesto, había cualquier cosa menos apuntes de clase 😉 Es curiosa esa necesidad del ser humano, o de algunos, al menos, de ir dejando por escrito lo que pasa por la mente. Puede que inútil, sí, pero, coincido contigo, de lo más divertido en el momento de revisarlo.
Saludos!
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Hola Carmen, es cierto que la costumbre es algo curiosa, pero más curiosa les resulta a los que no la practican. Me alegro que el post te haya traído buenos recuerdos.
No sé si tal costumbre es inútil, no pocas veces he encontrado en esas notas una especie de diario, de marcas de lo que he ido pensando o creando.
Cariños.
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