El padre de Pablo C, un querido amigo a quien hace mucho tiempo que no veo, es pastor evangélico en la ciudad de Don Bosco. Hace muchos años, cuando en el gobierno argentino había ciertas personas de las que mejor no acordarse, yo solía pasar los fines de semana en su casa, donde era aceptado como a uno más de la familia. Los domingos, luego de la ceremonia religiosa (sabiendo que no compartía sus creencias me dijeron que podía quedarme en la casa, la que estaba inmediatamente detrás del templo, pero por cortesía y agradecimiento siempre asistí a la ceremonia y, sinceramente, me sentía muy bien allí) y después de almorzar, el padre de Pablo C se iba hasta la cárcel (no recuerdo si era Caseros o Devoto) a llevar “La Palabra”, como solía decir, a los presos.
Una tarde volvió más temprano que de costumbre. Dejó la Biblia y sus carpetas sobre la mesa y, con esa sonrisa bondadosa que tanto recuerdo, nos contó lo que había sucedido. Al llegar al penal lo estaban esperando el capellán y el director de la cárcel. Le dijeron que a partir de ése día no se le iba a permitir el ingreso ni el contacto con los presos. “Aquí todos los detenidos son católicos” Acotó el capellán como un argumento final e irrebatible. “Supongo que no se dio cuenta de lo que dijo”, terminó el pastor con su sonrisa inamovible. Yo, por mi parte, siempre creí que sí sabía lo que decía; pero que, simplemente, no le importaba en lo más mínimo.
Muy bueno Borgeano y muy refléxivo gracias
Feliz amrtes
Muaskk
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Gracias Cariños. Después de las risas cuando el Pastor nos contó lo que le había pasado, pasamos a la reflexión, pero tardamos un rato, es cierto.
Cariños.
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En otro momento me hablaste de tu amigo Pablo y de su padre como ejemplo de congruencia. En mis años de iglesia protestante yo también conocí gente íntegra, sincera, volcada en los demás, que verdaderamente salvaba la honra. Supongo, como tú, que el tipo se dio cuenta pero no le importó. Lamentable.
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Estoy seguro de eso. En la época de la anécdota estaban los militares en el bogierno (porque eso no era un gobierno), así que hacían lo que querían. Recordé la anécdota leyendo unas notas viejas y, aunque pasado mucho tiempo decidí postearlo porque me parece que nada ha cambiado en todo ese tiempo.
Cariños.
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Quizá ha cambiado de forma gatopardista: «Todo se modifica para que todo permanezca igual». Aquí en México es más o menos la misma cosa…
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Muy bueno. Hay personas que conoces en la vida que te enseñan tantas cosas.
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Y te lo enseñan con muy poco, eso es lo bueno. No necesitan ser discursivos, en dos palabras te dejan toda una enseñanza.
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Esos son los verdaderos maestros.
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El catolicismo no se puede englobar en algunas creencias y tradiciones, el catolicismo va más allá.
Los invito a visitar mi web:
http://www.jesusnasaret.blogspot.com
Jesus de nuestros Tiempos
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Sí, sí; el catolicismo siempre va más allá. ¿Se da cuenta de que su comentario no tiene ningún significado?
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Lo que es el spam…
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No te olvides, Roberto, que la fe mueve montañas… de dinero.
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PD: Se escribe Nazaret, querido.
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