Bueno, no deja de asombrarme la velocidad de algunos visitantes. Son muy amables y es refrescante saber que después de tantos meses aun se lo recuerda a uno –que es nada, por cierto– de una manera tan cariñosa. Gracias por ello. Cariños.
Qué barbaridad, este post tuyo se me pasó de noche… y tanto que lo he esperado. Lo encuentro hoy porque paso por aquí a ver si has escrito algo, ahora que has estado comentando en estos días. Me encanta ver que sí, dejaste una huella en este espacio, y una huella hermosa, por cierto. Qué enternecedor el video y, sobre todo, la idea de conectar con otros seres humanos a partir de lo que nos une en lo más esencial. Por supuesto, me hice la pregunta de con qué palabras completo yo ese «Antes de morir…» y la respuesta me llega en automático: «quiero ver a mi hija feliz y estable». Con eso me basta y sobra. ¿Y tú?
Un abrazo, el más fuerte y sentido
Pues la respuesta, para mí es exactamente la misma. Aunque en mi caso son tres, la única mujer y la única menor de edad es la que me provoca esta respuesta. Tal vez el hecho de que los otros dos sean mayorcitos (vamos, que para «mayores» a secas aun les falta un trecho) hace que parte de la responsabilidad también recaiga en ellos. De todos modos los deseos, en mi caso, se multiplican por tres; pero como dije, en este momento hay una mayor predisposición por la más pequeña.
Lo del video lo subí un día en que, precisamente, se me hizo muy necesario el compartir eso que acababa de ver. Lo del volver a «bloguear» como alguna vez te dije, sigue ahí; lo que falta es estabilidad emocional (tal vez lo que debería hacer es, precisamente, obligarme a escribir algo breve todos los días; tornar el círculo negativo en uno positivo). Pero bueno, es como dejar de fumar, el primer paso es el que siempre cuesta más.
De todos modos, y aunque algún día falte a la cita, seguiré visitando tu casa; es lo único que me ata al mundo de los blogs.
Cariños.
Como madre de una sola, en mi caso se reconcentra todo en ella, ni hablar. Y en cuanto a bloguear, sí, el primer paso cuesta más pero al menos en mi caso estoy viendo cómo hacerlo me ayuda a salir del círculo vicioso de pensamientos y me hace asomarme al mundo con otra cara.
Abrazo, como siempre, entrañable
¡Bienvenido!
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Gracias Tania. Y gracias por pasar tan rápido por aqui. no sé si será un regreso, tan solo es… bueno, esto.
Cariños.
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No importa si no es un regreso, Borgeano.
Es bueno verte por aquí de vez en cuando.
¡Saludos!:)
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Qué alegría desde el movil te comento y me cuesta mucho volveré .Y volver volver volverrrrrr bienvenido muaskkk
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Bueno, no deja de asombrarme la velocidad de algunos visitantes. Son muy amables y es refrescante saber que después de tantos meses aun se lo recuerda a uno –que es nada, por cierto– de una manera tan cariñosa. Gracias por ello. Cariños.
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Un placer tenerte de vuelta.
Un saludo
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De vuelta, genial !!
Un abrazo.
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Dios mío !cuánta emoción! Gracias por estar aquí. Mil besos de bienvenida.
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Sea o no un retorno bienvenido a tu casa 🙂
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Qué barbaridad, este post tuyo se me pasó de noche… y tanto que lo he esperado. Lo encuentro hoy porque paso por aquí a ver si has escrito algo, ahora que has estado comentando en estos días. Me encanta ver que sí, dejaste una huella en este espacio, y una huella hermosa, por cierto. Qué enternecedor el video y, sobre todo, la idea de conectar con otros seres humanos a partir de lo que nos une en lo más esencial. Por supuesto, me hice la pregunta de con qué palabras completo yo ese «Antes de morir…» y la respuesta me llega en automático: «quiero ver a mi hija feliz y estable». Con eso me basta y sobra. ¿Y tú?
Un abrazo, el más fuerte y sentido
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Pues la respuesta, para mí es exactamente la misma. Aunque en mi caso son tres, la única mujer y la única menor de edad es la que me provoca esta respuesta. Tal vez el hecho de que los otros dos sean mayorcitos (vamos, que para «mayores» a secas aun les falta un trecho) hace que parte de la responsabilidad también recaiga en ellos. De todos modos los deseos, en mi caso, se multiplican por tres; pero como dije, en este momento hay una mayor predisposición por la más pequeña.
Lo del video lo subí un día en que, precisamente, se me hizo muy necesario el compartir eso que acababa de ver. Lo del volver a «bloguear» como alguna vez te dije, sigue ahí; lo que falta es estabilidad emocional (tal vez lo que debería hacer es, precisamente, obligarme a escribir algo breve todos los días; tornar el círculo negativo en uno positivo). Pero bueno, es como dejar de fumar, el primer paso es el que siempre cuesta más.
De todos modos, y aunque algún día falte a la cita, seguiré visitando tu casa; es lo único que me ata al mundo de los blogs.
Cariños.
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Como madre de una sola, en mi caso se reconcentra todo en ella, ni hablar. Y en cuanto a bloguear, sí, el primer paso cuesta más pero al menos en mi caso estoy viendo cómo hacerlo me ayuda a salir del círculo vicioso de pensamientos y me hace asomarme al mundo con otra cara.
Abrazo, como siempre, entrañable
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