Medios de incomunicación II (Política III)

TV 01Abierta todos los días del año las 24 horas, y con la comodidad de tenerla en casa, hoy la televisión es la gran iglesia universal desde donde nos llega la «palabra divina». En la nueva era, la colonización imperial se mantiene inalterable, igual que en los siglos que precedieron a su expansión. Pero hay un cambio sustancial en su promoción: demostrada la ineficacia de este sistema para satisfacer las mínimas ambiciones del ser humano, la oferta de inclusión queda reducida solamente a aquellos que poseen los recursos para acceder a los bienes materiales. Porque el mundo de hoy no está pensado para personas, sino para clientes.

A través de los medios, a esos hombres y a esas mujeres que todavía pueden subirse a un tren de vida normal, se les crea entonces un impulso para que sientan la necesidad de adquirir cosas, la que requieren para lo cotidiano pero también las que no resultan indispensables para el día a día de cada uno.

Pero además de ese aspecto comercial más que conocido, hay un par de aspectos que no por menos obvios tendré que dejar de nombrarlos. Uno de ellos es el de la constante degradación de la calidad de los programas. Antes, al menos, quienes no querían ver la basura obvia de la pantalla, encontraba refugio en algunos canales donde se encontraba programación de cierta; ahora ni siquiera eso. Canales como History Channel Discovery Channel han pasado a ser la burla de la red, con su panoplia de extraterrestres y su monotemática recursividad de temas (a The History Channel lo he visto ridiculizado como The Hitler Channel, ya que hubo un tiempo donde parecía ser el único tema del que disponían material). Hoy, entre la banalización general, los eternos y ubicuos partidos de fútbol y el pobrísimo nivel de los canales en general, la oferta se divide entre basura, mala basura o peor. El otro punto que lleva la idiotización a niveles denigrantes incluso para los mismos hombres, es la denigración —valga la redundancia— de las mujeres. 

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Éstas, salvo honrosas excepciones, sólo aparecen en la pantalla para mostrar sus cuerpos y, cuanto más desnudos, mejor. Lejos me encuentro de cualquier atisbo de pacatería; si hay algo que aprecio como el que más es la belleza de un cuerpo femenino. Pero cuando por cualquier motivo o excusa me ponen un culo en primer plano (y no digo trasero porque, precisamente, eso sería caer en la pacatería más vulgar y porque, además, lo que ponen en las pantallas de T.V. son, quiérase o no, eso: culos) no solo rebajan a la mujer a mero objeto, sino que también me rebajan a mí a mero observador pasivo de un objeto lejano, inalcanzable. En ese sentido el cuerpo de las mujeres que aparecen en la T.V. cumplen el mismo fin que el del auto cero kilómetro de la publicidad que la antecede o la precede: mira y desea, porque seguramente nunca podrás tener algo así.

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Esto, al igual que lo que decía ayer, no se circunscribe solamente a la Argentina; sino que ya es un mal general. Cada cual en su país podrá poner el ejemplo que crea adecuado. En la Argentina hay cientos, sino miles. Se ha llegado a tal nivel de idiotización que la más popular de las conductoras televisivas, en una entrevista (no he podido encontrar el nombre de la científica con quien estaba hablando) logró el siguiente diálogo: Científica: «Hemos traído un dinosaurio de la patagonia…» Susana Giménez: «¿En serio? ¿Vivo?» Ante tamaña burrada la mujer no pudo menos que reír. No he incluido el video aquí por vergüenza ajena, pero si quieren ver 20 segundos bizarros, les dejo el enlace. El que tienen en la imagen de la izquiera no es otro que Marcelo Tinelli, el rey de la T.V. basura argentina (aunque no es el culpable de nada; simplemente apareció en el momento justo y aprovechó la ocasión. El poder le sirvió en bandeja de plata, después, todo lo que quiso, pero ese es otro tema) y el que lo acompaña, disfrazado de diablo, es Ricardo Fort, heredero de una caudalosa fortuna y cuyo sueño, su leit motiv era «ser famoso». Lo fue pero lo pagó caro: murió el pasado diciembre a los 45 años, víctima de una larga serie de operaciones a las que se sometió para modificar su cuerpo y su rostro y de los excesos a los que en su breve paso por la fama (ésta le duró apenas unos cuatro o cinco años, no más) se brindó por entero. Mucho no importó. Fort fue olvidado y la máquina de picar carne ya debe estar preparando su próxima marioneta para entretener a la audiencia a cualquier costo.

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14 comentarios el “Medios de incomunicación II (Política III)

  1. redalmados dice:

    En España la tele – basura y el cotilleo es una constante. Cada vez hay menos programas que merezcan la pena ver.
    Cariños

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  2. Gaviota dice:

    Querido Borgeano:
    La verdad que yo te voy a ser sincera yo de la televisión tan sólo veo alguna serie que me haga reír como tipo Wig Wang es muy mala pero me río y eso es bueno para mí. Y alguna que otra película y punto estoy harta de política rastrera y de la tele basura.
    Vaya fotos más sugerentes que has puesto, señor que culos ajajaja!!
    Muy interesante este post te invito a que hagas la cuarta parte y toques más la política, que me encantaaa
    Feliz lunes

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    • Borgeano dice:

      Gracias querida. Insisto en un punto: el hecho de que a mí, en particular no me guste la televisión no quiere decir que no haya programas de valor en ella. Es una cuestión personal. Así que quien quiera verla que la vez, me parece fantástico. Pasa lo mismo que con cierta música, tal vez sea yo el incapacitado para degustarla, lo cual no significa que esa música no valga.
      Ahora sale el último (por ahora, ya volveré sobre el asunto porque estos temas dan para mucho).
      Un beso enorme y feliz semana.

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  3. diaeconomina dice:

    Hola de nuevo! Nunca debería existir lo obsceno tan fácilmente para todos, así se ve luego en la sociedad hombres que creen que todas las mujeres somos iguales, ya se pierde el valor que tiene una mujer al igual que un hombre pero así lo noto por experiencia, faltan las buenas formas y la caballerosidad.

    A mí me gusta la televisión cuando me hace reír lo que veo, otras veces para aprender y otras prefiero leer o escuchar música, etc….

    Muy buena entrada, muchas gracias!

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    • Borgeano dice:

      Las mujeres son todas iguales, «día»: hermosas. Y es por eso que no deben ser tratadas como objetos. es denigrante para ellas e, insisto, también para el hombre porque, como bien dices, luego muchos piensan que todas son así. ¡Pobrecitos! Se pierden la maravillosa experiencia de conocer a una mujer de verdad; la que no podrá tener un cuerpo perfecto (¿y qué es un cuerpo perfecto después de todo? Fíjate si será poderoso el mensaje que hasta sin querer hago referencia a él; pero sigamos con la idea, estoy seguro de que tú me entiendes); digamos, entonces, que no tendrá un cuerpo como esos de la TV, pero que tendrá otra muchas virtudes: podrá ser inteligente, graciosa, amable, encantadora, divertida, culta, compañera, amante, luchadora, etc. Una mujer es un cúmulo de factores, no solo un cuerpo. ¡Pobre del hombre que reduce todo solamente a eso! Ese hombre no quiere una mujer, quiere una muñeca inflable.
      Cariños.

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      • diaeconomina dice:

        Sí quiere una muñeca inflable, una lavadora…etc pienso igual. Usar y tirar cuando conviene dejarla estar…al igual que algunas mujeres con hombres…

        Bueno pues que cada uno haga lo que le haga feliz siempre que exista el respeto.

        GRACIAS! UN ABRAZOTE 🙂

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  4. Dessjuest dice:

    A mí la telebasura no me molesta tanto, porque con evitarla vamos servidos, si que me jode mucho más la deriva de canales como el de historia, con lo que ha sido y lo que es, cada día hay que buscar más y más para encontrar algo decente, de hecho yo ya ni busco, busco los programas, series y documentales en la red y acabo antes 🙂

    Abrazos.

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    • Borgeano dice:

      Estoy de acuerdo; pero tú tienes la ventaja, al menos, de saber lo que quieres. no digo que todos los demás sean unos estúpidos que no lo saben; pero no me negarás que hay muchísimos que entran en esa categoría. Los programas de telebasura son vistos por millones y no puede ser que millones de personas sientan placer en ver algo como eso. Me cuesta creer que millones de personas estén preocupadas por la sexualidad de tal o cual actor (¿Es gay o no?, etc.) o por la nada absoluta que es un programa como Gran Hermano. Creo que hay una fuerte relación de causa y efecto: la telebasura vuelve idiota a la gente, por lo tanto, la gente (idiotizada) sólo mira telebasura; realimentado así constantemente el círculo vicioso.
      Abrazos.

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  5. elssamolina dice:

    La televisión, el fútbol, los pases de modelos…etc etc como la mayoría de las cosas que existen a nuestro alrededor, están creadas por manipuladores, para dominar a una mayoría. Con la intención de adormecer la capacidad analítica, digo adormecer por no decir anular. Se trata de entretener a las masas, acomodándolas en el silencio, Muy buen tema.. Besos . Elssa Ana

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    • Borgeano dice:

      Estoy cienpor ciento de acuerdo contigo Elsa. Yo pienso de la misma manera. Es imposible que la programación sea tan mal bajo excusas estúpidas como «es lo que la gente quiere». Muchas veces se ha visto que si se le brinda calidad, la gente no sólo la acepta, sino que la adopta. Son las dos versiones del círculo que se realimenta. Le das basura a la gente, entonces la idiotizas; luego, como están idiotizados, sólo quieren (sólo pueden) consumir más basura. O, le brindas calidad, lo cual eleva el nivel de las personas y éstas, luego buscarán más calidad. Ahora la pregunta (cuya respuesta todos sabemos) es: ¿Qué le conviene más al poder? Una masa de seres pensantes, críticos, analíticos o una masa idiotizada, dócil, manejable? La respuesta, insisto, está en la TV.
      Cariños.

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  6. evavill dice:

    Lo del dinosaurio vivo es buenísimo, me he reído mucho. Qué pena!

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  7. Tania Bello dice:

    ¡Jajajaja! Si que me ha hecho reír el vídeo. Mi pregunta es cómo transportarían un dinosaurio «vivo», ¡ufff! ha de ser complicadísimo. Y concuerdo con lo The Hitler Channel, cada vez que pongo ese canal o hay algún programa sin sentido o es de nuevo la temática de la II Guerra Mundial, no hay variedad.

    Bueno entre reír y llorar, prefiero la primera.

    Saludos, Borgeano.

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