En su La filosofía y el barro de la historia, José Pablo Feinmann acuña una frase que sintetiza el estado actual del sistema social en el que estamos inmersos: «Nos van a entretener hasta morir». Todo, pero absolutamente todo debe ser, hoy en día, entretenido. El noventa por ciento de las películas que se pueden ver en cualquier cine corresponden a los géneros de acción o de comedia. Superhéroes que se enfrentan a todo tipo de malos-malísimos y que, de paso, destruyen media ciudad mientras lo hacen (generalmente Nueva York). Yo no entiendo cómo no hay miles de muertos en esas batallas interminables donde se derrumban edificios enteros y vuelan puentes y autos como si fuesen papel picado en pleno carnaval (¿será para mantener vivo el Will Never Forget del 9/11?) o; sino, dos tipos muy estúpidos (pero muy simpáticos) que pasan las mil y una aventuras metiendo la pata aquí y allá pero que al final se quedan con la chica y con la plata. El verdadero sueño americano: idiota, millonario y con una muñeca plástica al lado.
¿Pero qué pasa cuando uno, por la razón que fuere, no está feliz? Digamos, esas cosas que nos pasan a todos: una separación, un accidente, se murió el perro o, peor aun, un familiar (aunque fuese la abuela, la que ya contaba con 98 años), nos despidieron del trabajo, se nos rompió una uña, nuestro equipo perdió la final, un árbol cayó sobre nuestro auto, etc. ¡Pues no hay problema alguno! Para eso existen los laboratorios y los psiquiatras que bien dispuestos están para atiborrarnos de pastillas y más pastillas y de otras pastillas que modifican el efecto de las primeras pastillas. Estar triste es una condición normal del ser humano (salvo, claro está, en casos patológicos; es decir, cuando se está triste sin motivo o cuando el motivo no condice con ese grado de condición) y atravesar por ese estado, pasar por cada una de las etapas es, aunque doloroso, deseable desde el punto de vista psicológico. Pero en ese caso los laboratorios perderían una parte suculenta de su millonario negocio y todos sabemos que, cuando aparece la palabra negocio en el ambiente, se acabaron los amigos. ¿Está triste porque sufrió una pérdida en la familia? ¿Para qué hacer el duelo, para qué reflexionar, para qué llorar, evocar, recordar, despedir a aquel ser querido? Tómese una buena dosis de Celexa, Prozac, Paxil o Zoloft y duerma tranquilo. Al despertar, si siente otra vez los mismos síntomas, repita la dosis.
El lenguaje psiquiátrico está plagado de patologías que, por regla general, tienen en su nombre el término trastorno, como por ejemplo el Trastorno de Ansiedad Social; el Trastorno Bipolar (perdón, pero muero por dar un dato: el Trastorno Bipolar Pediátrico ni siquiera estaba catalogado en el DSM —ya explicaré qué es esto—, hasta que el psicólogo Joseph Biederman determinó que los cambios de actitud en los niños no eran normales, sino que eran enfermedades mentales. En la última década, la cantidad de niños diagnosticados con TBP aumentó el 4000% (Sí, el cuatro mil por ciento). Es decir, miles y miles de niños drogados para que se queden quietos y no molesten con esas cosas que les suceden a los niños, como querer jugar o querer correr o cosas molestas de igual tenor.
Quedé en explicar lo que era el DSM. Éste es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (por sus siglas del inglés: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Allí están catalogadas todas las enfermedades mentales conocidas hasta ahora o, mejor dicho inventadas hasta ahora, porque las enfermedades mentales no se estudian, se inventan. ¿Cómo actúa un científico ante una enfermedad? Pues sigue el procedimiento standard, es decir investiga la enfermedad, determina sus causas (digamos que se descubre que es viral o bacterial, por ejemplo) se hacen estudios, análisis, etc. Y se investiga el mejor método para atacarla. ¿Cómo actúan los psiquiatras para determinar una enfermedad mental? Se reúnen una vez al año y votan a mano alzada. Así de simple. ¿Quién vota por el Síndrome QWERTY? ¿Quién por el Trastorno XYZ? Se acepta por mayoría y de allí al DSM y al resto del mundo.
Por último, un ejemplo extremo: en abril del 2006, la publicación británica especializada en medicina BMJ publicó un estudio en el que se describía una enfermedad psiquiátrica recién descubierta: el Trastorno de Deficiencia Motivacional. Cuyas características eran una sensación de letargo y de indisposición para trabajar; es decir, como un cansancio o adormecimiento general. El estudio afirmaba que el trastorno afectaba a millones de personas. La noticia fue reproducida por todo el mundo sin ningún tipo de cuestionamiento ni investigada debidamente. Entonces los editores de BMJ tuvieron que salir a explicar que la noticia era falsa y que se trataba de una de las clásicas bromas del Día de los Inocentes. El alcance de esta noticia debería haber sido mucho mayor, pero no lo fue, y todos sabemos bien por qué.
Quienes estén más interesado en el tema, es recomiendo el documental «La psiquiatría: industria de la muerte«; el cual pueden ver completo en Youtube.
Eres divertido, me has hecho reír hasta con un tema escabroso jeje. Que tengas un buen día!
Cariños
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¿Te has reído con esto? Vaya mujer, creo que necesitas una pastilla. 😀
Bueno, pues si te has reído entonces valió la pena.
Cariños.
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Una Pastillita para ser feliz.. y otra para no olvidarse de tomarla … es un gran negocio
Feliz Semana Borgeano!!
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Lástima que nos quedamos afuera Leyla. De todos modos, me gustaría inventar uno que fuese menos pesado para la conciencia. Ése es el problema de tener una.
Cariños.
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besos
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Bueno, creo que existen casos en los que sí existe realidad patológica y otros no, ¿qué no es negocio hoy en día? los bancos tienen los suyos, los gobiernos, etc…
Me ha gustado porque también es una parte de la realidad, UN ABRAZO BORGEANO!
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Sí, sin duda que hay casos en que es necesaria la farmacología; nunca me atrevería a eliminarla porque no la considero un mal, salvo en casos como éstos, donde se inventa una enfermedad para luego vender un medicamento que a veces tiene efectos secundarios indeseados y demás.
Un fuerte abrazo.
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🙂 ABRAZOS!
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Yo creo que la vida hay que vivirla con todo lo que conlleva alegría, pena, desilusión, desengaño.
De otra manera creo que no vale la pena, porque así no la vives, tan sólo «la pasas durmiendo».
Y cansada estoy de oír a padres que van a llevar a su hijo al psicólogo porque son hiperactivos… supongo que llaman hiperactivo a un niño que hace lo que tiene que hacer, jugar, moverse y no parar.
Una delicia leerte, como siempre.
Un abrazo grande, Borgeano…
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Gracias María, eres un sol. Decir que es una «delicia» leerme me calma los nervios como el mejor clonazepán, :)^
Veo que somos varios los que pensamos parecido; sobre todo en el punto de «vivir la vida» como ésta se nos brinda, con sus pros y sus contras. El tema de los niños es otro muy sensible (y no es para menos). Tal como se hace con el cigarrillo, no sólo se los droga de pequeños, sino que ya se están formando «clientes» para toda la vida; ya que si a un niño, por ser hiperactivo, por ejemplo, se lo considera un «enfermo mental», esa «enfermedad mental» la cargará por el resto de sus días bajo una u otra patología. Menudo negocio.
Cariños y gracias por tus palabras.
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No quisiera se la culpable de convertirte en un adicto al clonazepán 🙂 mejor te repetiré a menudo lo de «delicia» 🙂
Besetes de tarde…
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Evidentemente la farcacología tiene su lado oscuro, yo sin embargo pienso que yendo amargado por la vida no ganas nada, evidentemente cuando te pasa algo malo es normal, pero no como norma.
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Tal como dije arriba, Dess, yo creo que la farmacología es útil y necesaria; jamás diría nada en contra de ella. El problema lo tengo cuando se inventa una enfermedad para venderte la cura. En el DSM se encuentran tantas patologías que un psiquiatra (no recuerdo el nombre en este momento) dijo que si se la toma al pie de la letra, todas las personas tienen algún síntoma que indica una enfermedad o alteración mental. Luego lo buscaré (tengo el DSM en la laptop), pero, por ejemplo, existe un Sindrome de Deficiencia de Atención Matemática o algo así. ¿cuál es el problema con que un niño no esté capacitado para la matemática? Tal vez sea un artista plástico o un deportista o un médico en potencia. Pero la psiquiatría considera eso como un defecto mental. Tengo varios ejemplos de esas cosas, tal vez suba algún posts con ellos.
Un abrazo.
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Una vez más, querido, estamos en sintonía: mi post de hoy tiene que ver con el miedo y la costumbre occidental de rehuirle, endulzarlo, no enfrentarlo. Por el contrario, la tradición oriental plantea mirarlo a los ojos y aprender lo que tiene que enseñar. ¿Cuál es, en efecto, el temor que nos provoca dejar de distraernos?
Abrazo…
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El temor que nos provoca el dejar de distraernos es el de tener que vernos a nosotros mismos. El tener que estar con nosotros mismos provoca mucho miedo en la sociedad de hoy, donde todo está dispuesto para el goce, aunque sea un goce vacío y estúpido. De allí que me haya quedado prendida de la solapa aquella frase de Feinmann: «Nos van a entretener hasta morir». Hoy a la tarde, mientras descansaba (preparándome para una noche de trabajo) recordé un reportaje a la viuda de Borges, María Kodama. Allí el reportero (uno de esos típicos «piolas» término que, supongo, comprenderás). No recuerdo la primera pregunta, pero la respuesta de Kodama y el diáolgov siguiente fue algo así: «No, no lo conozco, no tengo T.V.» «¿Y qué hace durante el día?» «Leo, medito, organizo mis cosas…» «¡Ah, pero una vida muy divertida la suya…!» Era impensable para el reportero que alguien pudiera encontrar placer en el mismo quehacer diario, en el mismo vivir. Creo que a eso es a lo que la gente le teme.
Cariños y en unos minutos estoy por tu casa.
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Ya hemos hablado antes sobre la sorpresa que causa en muchos una vida sin TV. No la condeno ni satanizo, simplemente digo que mis horas son muy plenas sin asomarme a la programación. Y es que creo que es parte de la misma discusión: en nuestra cultura predomina la urgencia de tener contar siempre con ruido blanco, callar el monólogo interior, no mirarnos en el espejo. Como dices, todo está dispuesto para la distracción vacía. Últimamente me ha tocado ver a mucha gente idiotizada con Apps de juegos, gastando muchas horas (y hasta dinero) en ellas. Perdón pero eso sí me parece la más increíble pérdida de tiempo. Y lo que citas de Kodama es representativo a morir. Lo peor es que de inmediato se me ocurre más de un reportero que podría contestar exactamente las mismas palabras…
Abrazo
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El tema de la telefonía móvil es otro que da para mucho, por cierto. Coincido contigo con eso del tema de las Apps de juego. Javier Marías los llama «los zombies electrónicos», ya que son como los de las películas, que van haciendo zig-zag por la calle y es uno el que debe esquivarlos para evitar atropellos. La definición me pareció perfecta y, como solemos hacer, se la «robé» y la uso constantemente.
Y es difícil hablar de estos temas sin parecer o sin que te digan «paranoico» o sin que hagan referencia, con cierto tono de desdén, a las «teorías conspirativas». No sé si habrá algo de eso o no, pero no cabe duda de que están haciendo un trabajo increíble para idiotizar a la gente. Y de un modo u otro lo están logrando. ¡Seamos la resistencia D.!
Con respecto a lo que dices sobre la calidad de vida (y hablando de «sintonía»…), tengo un post escrito que fue quedando atrás por esta serie que he subido en estos últimos días, y que habla de esa tema. Se llama «Pequeñas ceremonias» y en él hablo de cómo cambió mi vida desde que me «despojé» de todo. Cómo cada sencillo acto se ha vuelto más rico, más complejo y más disfrutable. Creo que va a ir uno más y después subiré ése.
Abrazo.
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Pues estaré atenta (as always) al mentado post. Hace mucha falta tener las antenas bien dispuestas para el tema, para no dejarse arrastrar por la corriente del mayoriteo y para, como dices, ser la resistencia. Hay que defender la sencillez de vida a capa y espada, creo profundamente en ello como indispensable para defender nuestra humanidad.
Abrazo
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El «diáolgov» es en realidad «diálogo», como ya habrás notado. Es que estoy leyendo a Chéjov en el original y a veces los términos me juegan una mala pasada. (No podrás negar que, como excusa, tiene algo de estilo y elegancia).
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La excusa más elegante de cuantas hay!
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Yo creo que existen enfermedades mentales, que se deben medicar .Pero en esta época tan estresante,lo que deberían enseñarnos es a vivir y superar los diferentes problemas…crisis…muertes…enfermedades…también debería haber una asignatura alejada de las pastillas, en la que nos enseñaran a ser mas fuertes psicologicamente, estamos llegando a un extremo de personas conformistas, mimadas, influenciadas por la moda y el materialismo.¿ Una sociedad robotizada ? Besos. Elssa Ana
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Querida Elsa: creo que en tus mismas palabras se encuentra la respuesta a la pregunta que planteas: Una sociedad de conformistas, influenciados por al moda y el materialismo, está incapacitada para sobrellevar cualquier tipo de conflicto. Ante cualquier problema, por mínimo que sea, la gente se desespera y corre desesperada sin saber, a veces, ni siquiera a dónde se dirige. ¿Cómo hacía antes la gente cunado era avasallada por la guerra o cuando un huracán destruía su casa o cuando alguna tragedia similar ocurría? Pues del modo más natural: lloraban, insultaban, golpeaban una pared o lo que fuera. Y después, con maravilloso ímpetu humano volvían a poner ladrillo sobre ladrillo y volvían a comenzar. Éso es lo que falta ahora y eso es a lo que nos han sometido (y nosotros los dejamos hacerlo).
En cuanto al primer punto, repito lo que dije dos o tres veces en comentarios anteriores: jamás diría nada en contra de la farmacología; por el contrario, soy un ferviente defensor de ella. El problema lo tengo cuando se inventan enfermedades para vender un producto que a veces es peor que la supuesta enfermedad (se ha comprobado que muchos de ellos tienen graves efectos secundarios, por ejemplo).
Cariños.
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Reblogueó esto en Isabelgaviota's Blogy comentado:
Súper importante este blog debe ser leído por todos los padre, y maestros. La salud mental de nuestros niños están en peligro.
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Vaya, me has dejado frío con ese comentario. Nunca pensé que podría ser de interés para padres y maestros; pero la verdad es que tienes razón. Al menos para empezar a reflexionar.
Gracias querida amiga, es muy amable de tu parte.
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Lei esta entrada desde mi móvil, pero como tiene vida propia, esperado escribirte, estando en el ordenador. «Nos van a entretener hasta morir» sobre esto te diré que aquí en este mundo de los humanos, solo estamos para pasar el tiempo hasta marinos, las películas son aficiones, que a veces, no tienen sentido.
Feliz hoy en dia yo creo que no es nadie. de que sirve tener trabajo, dinero u quien te quiera si no se tiene salud.
El lenguaje psiquiátrico, yo creo que cada uno de nosotros estamos locos de azar, lo que no me gusta, cuando alguien tiene depresión o un niño le dan fármacos, para que estén tranquilo, antes de ayudales, la medicación nos le ayuda, todo lo contrario, se hacen adictos a ellas.
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Entiendo perfectamente tu punto belleza; siempre parece faltar algo. Aun así, creo que se puede ser feliz en las carencias, aunque no suene como el escenario ideal. Lamentablemente no siempre nos tocan buenas cartas en este juego absurdo que es la vida; pero debemos jugar igual y de la mejor manera posible.
Un fuerte abrazo.
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Buenos días querido Borgeano:
Disculpa por no venir antes, pero este post no lo había visto ya que estaba el jueves
Desde luego hay poco ya que añadir ya se ha debatido bastante este tema de viaje,
como ya dije yo en mi entrada sobre la felicidad, está en nosotros y nada más y tenemos días buenos y malos, así es el ser humano, otra cosa es la locura, ahí ya no me meto yo!
medicamentos hace tiempo que opte por no tomar ninguno, reiki y meditación aunque te rías a mí me vade maravilla, a y tener la conciencia tranquila también influye.
Un beso mi amigo del alma
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Dos cosas: 1) Nunca te disculpes, al menos en este sitio. A veces un post puede no darte ganas de responder ¿Cuál es el problema? Tú tranquila. 2) De ninguna manera voy a reírme de las decisiones que tome otra persona con su vida. Con la meditación estamos de acuerdo, yo también lo hago pero debo reconocer que debería ser más constante. De todos modos, me sirve de mucho. El reiki no lo he probado, pero veo que está tomando fuerza últimamente.
Después, lo de las pastillas, bueno, cuando es necesario, hay que tomarlas. Porque sí, no.
Cariños.
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Reblogueó esto en Gaviotay comentado:
Un post que merece estar en todas partes
Muchas gracias Borgeano por enseñarme cada día algo nuevo y bueno
besos de fin de semana
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Totalmente de acuerdo. Siempre si es necesario es importante acudir al médico y pedir ayuda, pero veo que muchas veces se buscan soluciones a cosas que son normales y que requieren un tiempo, un proceso, un desarrollo. Y lo de los niños es tremendo. Hace tiempo ya me he dado cuenta que enseguida que un niño muestra algo fuera de lo que no creemos que está en la normalidad se le pone título y se les médica, con eso sólo estamos creando a seres humanos dependientes de fármacos y no satisfechos con ellos mismos.les hacen creer que no es normal su comportamiento, en vez de darle herramientas o canalizar esa energía en cosas que le gusten
Cuantos niños que fueron muy movidos en la infancia, en la edad adulta fueron personas con un gran poder de creación en diferentes ámbitos de la vida.
La felicidad no está en una pastilla, está en nuestro interior
Saludos
Cristina
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Así es Cristina, tenía un ejemplo perfecto de lo que dices con respecto a los niños, un ejemplo real e interesantísimo, pero no pude encontrarlo y no quise poner ningún dato falso. Si alguna vez encuentro esas notas tal vez vuelva a tocar el tema.
Creo que se le da demasiada importancia al evitar los procesos naturales a toda costa y eso a la larga es perjudicial. Como dije antes, en otros comentarios, eso no significa que esté en desacuerdo con la farmacología, por el contrario, estoy totalmente a favor de ella, pero no para que se inventen enfermedades con el único fin de vender un medicamento (el que muchas veces, por el contrario, tiene efectos secundarios indeseables).
Cariños y gracias por pasar por aquí.
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Todo empezó cuando se le puso valor a las cosas, El dinero es el quid. Si lo tienes eres un caballero poderoso. sino un hambreado, luego pasamos a la idea del consumo, comprar es signo de nivel y si compras en tiendas exclusivas, pues todavía mejor. La Farmacología de propósitos altruistas, la han llevado a un remolino denso donde el laboratorio primero hace un estudio de mercado para proponer objetivos científicos, si la enfermedad en cuestión tiene beneficio se invierte Lo peor es que medicamentos ya probados dejan de producirse porque no dejan billete.
Lo del estudio psiquiátrico también es de clase, quienes pueden ir son gente de dinero y la psiquiatría comunitaria o bien preventiva solo se ejecuta a nivel de gobierno. No es complicado encontrar la riqueza de la vida,. Enamorarnos de algo es esencial para caminar por ella. Un abrazo
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El comentario más sólido que ha recibido esta modesta entrada. Suscribo cada una de tus palabras y de tus ideas Rubén; y de más estaría agregar algo. Es un placer recibir un comentario de este tipo. Gracias.
Un abrazo.
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Vaya… gracias por el análisis…
En verdad nunca he creído mucho en la medicina alópata, pero y aun cuando algunos de sus tratamientos han sido efectivos y necesarios para los seres humanos, también es cierto que abusan con el pretexto de ayudar para afianzar NEGOCIOS… triste.
Exitos
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Insisto en el punto que señalé en otros comentarios: la farmacología me parece más que necesaria; el problema surge cuando se convierte en un negocio más. La medicina, lo mismo que la educación y la seguridad, jamás deberían ser tratadas como mercancías, sino como servicios a la comunidad. Si se mantuviesen dentro de ese espectro no habría problema alguno; ahora, cuando todo se vuelve negocio… mala cosa…
Gracias por tu comentario y por pasar por aquí.
Un abrazo.
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