La filosofía tiene fama de difícil y también de aburrida. Si bien eso es cierto cuando se habla de una gran parte de los autores, ello no siempre es así. Hay una cantidad de excelentes filósofos que hacen de la sencillez parte integral de su enseñanza y Michel Onfray es uno de ellos. Y ése es sólo una de sus muchas virtudes. Otra ─tal vez la más importante─ es que Onfray es un filósofo que piensa por sí mismo y que no teme decirlo con todas y cada una de las letras que considera necesario y oportuno. En estos tiempos de estúpida corrección política, que alguien se atreva a remar en contra de la corriente, que lo haga con alegría contagiosa y que, además, salga victorioso en esa batalla desigual (a pesar de que se lo ignora olímpicamente dentro de los claustros filosóficos oficiales) es digno de admiración y empuja ─victoria sobre victoria─ a emularlo.
Sabidurías de la antigüedad, primer volumen de los seis que comprenden su monumental trabajo Contrahistoria de la filosofía es una fuente de placer y sabiduría desde la primera hasta la última página. Su defensa de los olvidados Demócrito, Leucipo, Diógenes de Abdera, Aristipo de Cirene, Epicuro, Filodemo de Gadara, Lucrecio y otros es realmente notable. Hay que destacar que Onfray no es un mero glosador de textos y mucho menos de enciclopedias o manuales de filosofía generales. En un reportaje en la TV francesa que vi hace poco Onfray aclara que, cuando va a trabajar sobre un autor determinado lee todo, absolutamente todo lo que el escritor publicó. Incluso hasta las cartas que puedan haber persistido a través del tiempo y aunque éstas no tengan un destino o carácter filosófico en sí. Sólo entonces se declara con el conocimiento suficiente como para analizar las ideas de ese hombre en particular. Otra virtud más y ya perdí la cuenta…
Luego de leer Sabidurías de la antigüedad uno entiende por qué a Michel Onfray se lo hace a un lado a la hora de enseñar filosofía en los claustros. Onfray es un filósofo inconveniente. Desnuda las mentiras y los negocios no sólo del ámbito filosófico, sino también del social, el político y, sobre todo, el religioso. Entonces es mejor mantenerlo en las sombras. Dejarlo allí en su Universidad popular de Caen (universidad fundada por él donde todos los profesores dictan clases gratis y donde puede asistir cualquier persona que desee aprender sin tener que abonar un centavo), dejarlo que publique sus libros y que se mueva en un pequeño círculo de lectores. Sólo espero que cada día seamos más y más y más. Cada lectura de Onfray es una pequeña batalla ganada a la estupidez, a la mediocridad y al engaño. Vaya, otra virtud más…
El Blog de Arena 
He confesado que hace años tuve con Onfray una suerte de enamoramiento («crush», para los anglicistas). Pude conversar con él un par de veces y el tipo es encantador, irreverente, rompedor y muy, muy brillante, además de guapo, jeje. Súmale otra virtud…
Como dices, amigo, él no es muy apreciado en el gremio por su nadar a contracorriente. Hace un par de años se atrevió a tocar al mismo Freud, en un libro demoledor por lo que sé (no lo he leído), ¡santo cielo! ¡Si contra Dios Padre no se habla! Eso mismo me parece fascinante: leído, informado y además muy inteligente, arma una crítica frontal contra el icono que nadie se atreve a tocar. Qué bien saber de esta novedad suya. Me apetece muchísimo por ser de Onfray y también porque mencionas que aborda a Lucrecio, filósofo que me apasiona desde hace años y sobre el cual hace no mucho escribí un texto narrativo. Gracias por la recomendación, qué buena noticia que el hombre siga produciendo…
Abrazo
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Me has hecho reír D. Sabía de tu «enamoramiento» con Onfray (usemos las comillas porque la gente es mala y comenta). Si tú lo dices, sumemos como virtud extra al buen parecido de Michel (tal vez coincidas conmigo cuando digo que las mujeres más atractivas –al menos para mí– no son las más «perfectas» sino aquellas que combinan rasgos bellos con inteligencia, gracia, etc.).
Sé del revuelo que se armó con el libro sobre Freud, pero tampoco lo he leído. Su última revolución fue con su crítica dura a Sartre (otro intocable) y su apoyo, en su lugar, a Camus. Sin duda, un tipo especial.
En este volumen le dedica la mayor parte a Demócrito y a Lucrecio; pero debo reconocer que lo que más disfruté fue los palazos que le pegó al salame de Platón (perdón por la licencia, pero me encanta insultar a Platón). ¿Te acuerdas lo quete comenté sobre las nuevas «capas» de comprensión que había adquirido sobre los textos de Saramago. Bueno, éste volumen fue la «fresa del postre» (NB: me refiero a La caverna, del bueno de José). He visto ya el segundo volumen en la misma librería donde compré éste; pero como soy medio quisquilloso con el tema del aspecto, veré si puedo conseguir los siguientes volúmenes en Anagrama, si no lo consigo, compraré de todos modos el que ya vi (como nota al margen de mi locura te cuento que tengo los dos últimos volúmenes de la trilogía de Javier Marías Tu rostro mañana. Pero como no consigo el primer volumen en la misma edición todavía no comencé a leerla. ¿Es muy grave doctora?
Cariños y saluda a Michel de mi parte (seguro que siguen cruzando mails ustedes dos…)
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Gracias por ser considerado con mi enamoramiento-ligeramente-platónico, en el sentido más coloquial del término. Dejémoslo ahí, no vaya a enterarse.
No sabía sobre el revuelo Sartre-Camus que causó, pero no me extraña. Onfray es un provocador, le encanta alterar el ritmo cardiaco de las buenas conciencias, aunque esas buenas conciencias seas muy malas o muy heterodoxas. Qué ricura. Y en cuanto a tu exquisitez por conseguir los distintos volúmenes en la misma colección, debo confesar que me preocupa. Creo (estoy segura) que es signo de desorden mental, de una personalidad desaforada, de un exceso estético que al menos levanta sospechas. Es más, puesta en los zapatos de mi alter ego monjil que salió a relucir ayer, debería condenarte a la hoguera (ok, seriamos dos).
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Me imagino a los dos en esas hogueras y, aun cuando las llamas comenzaran a crecer, uno de los dos diría algo como «Esta escena me recuerda a El nombre de la rosa…» «¡Oh, sí, es cierto… y a Las brujas de Salem…! Y me dentengo acá porque ya me estoy imaginando las protestas del Inquisidor y esto va pa´ cuento
Cariños.
https://www.youtube.com/results?search_query=michel%20onfray%20sartre%20camus%20subtitulado&sm=3
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Me reí mucho porque me imaginé perfectamente la escena. Genial, de verdad, querido. Me hiciste recordar que hace poco un amigo igualmente lector que nosotros me contaba haber estado en el hospital, con un infarto y la vida en peligro, cuando se dio cuenta de que le habían quitado la ropa pero no los calcetines. Entonces pensó: «García Márquez dice en El olor de la guayaba que es de mal gusto estar en la cama con calcetines. No puedo morirme así» y empezó a exigir a las enfermeras que se los quitaran. Obvio, ellas estaban ocupadas en estabilizarlo, en salvarle la vida, mientras él insistía en que le quitaran los calcetines. Se parece a esta imagen en la que, por supuesto, también habría un comentario como_ «Ahora entiendo las que pasó Giordano Bruno…». Me voy a ver a Onfraycito.
Abrazo muy fuerte.
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Maravillosa anécdota. Creo que uno debería tener sólo esa clase de amigos. Un hombre que en una situación así piensa de esa manera es alguien fuera de lo común y que sólo puede enriquecer nuestras vidas.
Disfruta a Onfraycito. ¿Hablas francés?
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Sí a ambos puntos: Rafael es un gran tipo, entrañable y buen amigo y sí, hablo francés.
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Buenos días Borgeano
Que falta nos haría hoy Onfray en esta sociedad tan absurda con estos políticos que sólo saben poner trabas para que cada vez estudien menos y hayan más ignorantes para poder manipular mejor. Me encanta gracias amigo falta gente como tú por aquí habemos mucho ignorante.
Feliz domingo
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Carmeta, es demasiado lo que dices. Ignorantes los hay en todos lados y de todos los colores. Yo soy uno de ellos, sólo que trata de serlo cada día un poquito menos. El punto es que ningún gobierno, ningún empresario, ningún vecino va a venir a sacarnos de nuestra ignorancia; es un trabajo que debemos hacer nosotros mismos y por nosotros mismos. Se puede. Estos «cruces» humildes que llevamos adelante son una ayuda para ello.
Un fuerte abrazo.
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A lo mejor no me he explicado bien la mayor ignorante soy yo lo quise que cuanto menos ayudas hayan para que la gente joven estudie dugamos los pobres más personas habrá que manipular me entiendes? Yo ya lo tengo todo perdido pero quiero un futuro mejor para los peques
Besos
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Yo decía que es demasiado lo que dices con respecto a mí. Ahora digo que es demasiado lo que dices con respecto a ti. Nunca se está perdido. Siempre se puede empezar y es más, se DEBE empezar. Aunque sea con algo simple. Estamos de acuerdo en que hay que pensar en los pequeños, ¿pero cómo vamos a ayudarlos si no nos educamos nosotros primero?
Un beso dominguero.
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Dia a dia intento aprender sobretodo a ser mejor persona y contigo aprendo
Me voy al campo a dar un paseo
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Vaya y disfrute mi amiga; yo en un rato me voy a dormir. 😀
¡Respira mucho aire puro por mí!
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Lo haré antes te he contestado con el móvil y veo que me comí alguna letra disculpa, seguiremos aprendiendo por ellos y por nosotros y por un mundo mejor y más humano
Respiraré por ti que descanses
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Michel Onfray un gran sabio, más de una tendrían que aprender. gracias por compartir estas cosas, que me encanta leerlas, aprendo mucho. la sabiduría es sabia.
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Así es, belleza. Tendría que haber más. ¡Tal vez deberíamos transformarnos nosotros mismos en pequeños «Onfray» por aquí y por allá! Seguro que eso lo haría muy feliz.
Cariños.
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No lo conocía, me acordaré de él alguna vez en mi camino :).
UN ABRAZO BORGEANO!
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Un placer dia. Como suelen decir: «difunde la palabra». Claro, cada cual difunde la que le parece más acertada.
Cariños.
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🙂
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«Pensar como se vive y vivir como se piensa» Esa es la grandeza de la filosofía de Onfray… @Onfray_Michel; http://onfrayterceravia.blogspot.com.es/
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Excelente cita y ya el nombre del blog me está dando muchas ganas de pasar por allí. Lo haré a la brevedad.
Un fuerte abrazo.
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