Un mundo feliz. Aldous Huxley.

«Un gramo a tiempo, te pone contento.»

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huxley-edhasa .

Clásico. Llamar a un libro clásico implica añadirle una capa extra de sentido e importancia. Más allá del uso comercial del término de estos últimos tiempos, el término nos remite a una obra que trasciende su tiempo y, en algunos casos, hasta a su mismo autor. Un mundo feliz es uno de esos libros que lleva merecidamente el término de clásico unido a su nombre. Una de las dos distopías más importantes del Siglo XX  (la otra es 1984, de Orwell), la novela que Aldous Huxley escribió en 1932 nos habla de hoy y de ahora (nos habla y nos habló desde ese «hoy» imperecedero que ya tiene 82 años y que seguirá activo durante algún tiempo más).

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«Cuanto más grande es el talento de un hombre, mayor es su poder para extraviar a los otros.»

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Distopía. El concepto de distopía proviene de la cultura anglosajona. En cuanto a la etimología, el término se acuñó a partir de los términos del griego antiguo δυσ- (dis) «malo» y τόπος (tópos) «lugar, paisaje, escena». De acuerdo con el Oxford English Dictionary, el término fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill, filósofo y economista inglés del Siglo XIX. Hay distopías de varios tipos, pero no vamos a entrar en detalles accesorios. Un mundo feliz es lo que se llama una distopía negativa; es decir que nos presenta una sociedad perfecta (en teoría) cuando lo que subyace es una sociedad atroz (en la práctica).

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«Tal es el fin de todo el condicionamiento: hacer que cada uno ame el destino social, del que no podrá librarse»

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Capítulo 16. ¿Pero qué tan atroz es esa realidad que se nos presenta en la novela? Porque no olvidemos que nuestra mirada es la propia de un habitante del Siglo XX o XXI; es decir, una mirada propia del salvaje, del hombre no domesticado o condicionado. En el capítulo 16 de Un mundo feliz está la clave. Su lectura me hizo recordar al diálogo que mantienen el Capitán Ridley y Montag, en Farenheti 451 (otra gran novela distópica. anótenla como la tercera de la lista). Aquí los personajes son John —el salvaje— y Mustafá Mond, el Interventor. Los argumentos que éste expone son tan convincentes, tan sólidos desde un punto de vista lógico (lo mismo hacía el ya nombrado Capitán Ridley con respecto al peligro que representaban los libros) que uno hasta termina dudando de lo que cree, de lo que siempre creyó que era correcto.

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«62.400 repeticiones hacen una verdad.»

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Regreso al presente. Claro está, después uno regresa al presente y se queda pensando, generalmente con la mirada perdida en el horizonte y el dedo índice en la página que todavía está leyendo. Y uno poco a poco se da cuenta de que esa fantasía distópica tiene poco de fantasía y menos aun de distópica. Salvando las obvias distancias (hablamos de una novela, no de un libro de profecías) uno puede observar que lo atroz que se nos presenta en el texto ya ha pasado a ser una realidad palpable, cotidiana, aceptada. Y el asunto ya comienza a ponerse más interesante y, también, menos esperanzador. ¿Cuántos de nosotros nos atreveríamos a convertirnos en John o en Bernard o en Watson? ¿Cuántos optarían por ser parte de la masa tranquilizada y condescendiente?

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«Si uno es diferente se ve condenado a la soledad»

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Continuará. La maravillosa edición de Edhasa que acabo de comprar contiene, además de la novela, el ensayo Nueva visita a un mundo feliz; escrito treinta años después y donde Huxley analiza los principales temas abordados en la novela. Así que supongo que en unos días completaré esta entrada en su totalidad. Hace poco tiempo subí una cita de Huxley que, hoy, me parece un anticipo de lo que voy a encontrar a continuación.

19 comentarios el “Un mundo feliz. Aldous Huxley.

  1. Leyla dice:

    continuara.. awww que interesante 🙂

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  2. elssamolina dice:

    Si uno es diferente ,se ve condenado a la soledad. Esta frase tiene mucho tema.Bueno…toda la entrada es muy interesante. Besos. Elssa Ana

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    • Borgeano dice:

      Gracias Elssa. Debo decir que me sentí bastante identificado con uno de esos personajes, pero no lo dije en la entrada porque me pareció que podía llegar a sonar algo patético; pero en estos días donde lo único que parece tener sentido es la búsqueda de beneficio (del tipo que sea) intentar mantenerse al margen de ese tipo de cosas hace que te vean como a un extraterrestre o poco menos.
      Cariños.

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  3. Esas tres que nombras, más; Rebelión en la Granja, El señor de las moscas y Walden dos, moldearon gran parte de mi pensamiento…

    Un abrazo.

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  4. El Buda Curioso dice:

    Recuerdo perfectamente la primera vez que me leí este libro… debía tener unos 18 años. Junto con 13’99€, de Beigbeder, me dejaron marcado en esa época.

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  5. redalmados dice:

    Qué interesante …a la espera de tu siguiente post.
    Sabes? Este libro ( lo leí hace mucho) me recuerda al «Señor de las moscas» porque en pocos meses los chicos pierden el norte de toda norma social y establecen un sistema de jerarquía en el que triunfa le ley del más fuerte ajenos a una civilización ¿verdad?
    Y también a la película Gattaca. Creo que me dejo un poco trastornada pensando jeje.
    Lo dicho, a la espera del próximo. Eres genial. Cariños

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    • Borgeano dice:

      El señor de las moscas también fue destacado por Alberto Dieguez. Lo tengo desde hace mucho, mucho tiempo y nunca le hice un espacio para la lectura. Ahora, teniendo dos buenos comentaristas que lo destacan ya casi me siento en la obligación de ir a buscarlo…
      El próximo post dependerá del otro libro, el cual desconozco todo pero doy por hecho de que tiene que ser bueno. Un ensayo de Huxley ya me sabe bien de antemano.
      Y vamos, no exageres. De todos modos, gracias.
      Cariños.

      P.D.: por cierto Gattaca tiene mucho de Un mundo feliz también, es cierto.

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  6. Carmen dice:

    Bueno muy bueno.
    Me apunto el libro sin duda y la cita última me ha llamado mucho.la atención si señor es bien cierto.
    Feliz lunes
    Besos y cariño

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  7. bitpsi dice:

    Grazie borgeano. Hay otra distopia de Huxley que a mí me gustó mucho: La isla.

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    • Borgeano dice:

      Gracias Bitpsi. Veré si la consigo (lo cual no es sencillo en estos momentos. Soy de recorrer semanalmente varias librerías y no la he visto). Aun así preguntaré por ella.
      Un abrazo.

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  8. Dessjuest dice:

    A mí me encantan esas argumentaciones tan sólidas que sabiendo que son mentira no logras rebatirlas de lo buenas que son, al final no deja de ser filosofía pura y dura 🙂

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    • Borgeano dice:

      ¡Exacto! La de Farenheit 451 es brillante. El tipo argumenta tan bien contra lo peligrosos que son los libros que llega un punto en el que dices «¿Qué diablos estoy haciendo con esto en mis manos?» Hay que aplaudir a esos autores.

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