Un talibán en la ruta

Aeropuerto de Buenos Aires. Fui a hacer el check-in para el vuelo a Puerto Iguazú; luego, la cola de unas cien personas la que, de todos modos, se movió rápido. Me piden el ticket y el documento. Miran mi equipaje y me dicen “esto, por favor, entréguelo por la puerta 45”. No sé por qué es eso, pero lo hice. La puerta 45 es donde están los policías aeroportuarios con el aparato de rayos-x. Me doy cuenta de lo que sucedió: un tipo de cincuenta años, barbado, que viaja solo a un sitio reconocido por su entramado con el narcotráfico y que tiene el equipaje envuelto como para que nadie lo abra hasta el día del juicio final, es candidato seguro para que piensen mal. Por lo visto, para algunas personas, quien esto escribe tiene aspecto de Talibán o algo por el estilo… De todos modos, me resultó muy gracioso todo eso. Por lo que vi, de dos vuelos  –también estaban pasando los de un vuelo previo rumbo a Bariloche– sólo a mí me hicieron pasar el equipaje por allí. Si todo se reduce a eso, pienso reírme mucho a lo largo de este viaje con esas manifestaciones de incorrección política, por decirlo de un modo suave. Veremos con qué me encuentro más adelante.