La Triple Frontera
Bajo mis pies, Argentina; enfrente, a la derecha, Brasil, a la izquierda, Paraguay.
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La Triple Frontera es un sitio peculiar; los ríos Paranà e Iguazú la delimitan de manera natural entre tres países latinoamericanos: Argentina, Brasil y Paraguay. Es un sitio de intercambio constante de comercio y turismo en medio de la selva tropical y sí, algo de contrabando, pero nada en demasiada escala, sólo pequeños comerciantes que van a Paraguay a comprar a precios económicos para luego vender esos productos en sus negocios obteniendo un poco más de margen en sus ganancias.
La Triple Frontera es también el sitio donde se encuentra el acuífero Guaraní, uno de los mayores reservorios de agua dulce del planeta con casi 12.000.000 de kilómetros cuadrados; es decir, una superficie mayor que toda Europa. Quienes parecen tener un especial interés en el acuífero es el Departamento de Estado de Gringolandia y es por eso que han contratado a Katrhyn Bigelow la panfletaria directora de la panfletaria Zero Dark Thirty y que trabaja estrechamente con el dicho Departamento de Estado. La idea es proclamar (como ya lo están haciendo desde hace algunos años) que en la Triple Frontera se encuentran trabajando células de Al Quaeda. Ideas absurdas como ésta no son raras en el norte del continente; lo que sí me parece extraño es que tanta gente esté dispuesta a creer en delirios mayores que la mayor de las teorías conspirativas, pero así es el poder de la publicidad y de la manipulación mediática.
A Katrhyn Bigelow se le denegó el permiso para filmar en la Triple Frontera, pero a ella y a sus jefes eso no les importa demasiado; ya ha dicho que va a filmar la película en cualquier otra locación. La máquina de propaganda no se detiene, ni siquiera cuando esa propaganda se apoya en el absurdo más grande y delirante en que pueda pensarse.
El Blog de Arena 
Sin duda la especie humana se confirma como el mayor depredador y el poderoso vecino del norte no se detiene ante nada
Abracitos
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Exacto Mariel así es. Y si no se detiene, será cuestión de no hacerle las cosas fáciles.
Me da gusto tenerte por aquí.
Abrazo.
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Ya lo dijo Einstein «Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo».
Un fuerte abrazo y sigue disfrutando de tu viaje!
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Por eso, querida Lilith, yo me sumerjo (aunque desaparezca unos días de tanto en tanto), en los libros, la música y en éste mundillo de los blogs; al menos sé que aquí estoy entre los míos, modestia aparte, un grupo bien lejano a la estupidez.
Abrazo enorme.
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Wow qué paraíso, lástima la terquedad de algunos
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Así es @darojas; la cuestión es seguir peleando para que esto siga siendo un paraíso y no lo ensucien las botas de ningún militar, menos aún un extranjero.
Saludos.
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Estimado señor viajero,
Me da gusto verlo por estos lares. (Dejemos por ahora tanto protocolo y vayamos de una buena vez al grano.)
Te paso un dato. Cuando puedas ve el documental Terms and Conditions May Apply. Aunque no está totalmente relacionado con terroristas, habla también de otro tipo de terrorismo, de ese terrorismo que aquí tú bien refieres.
¡Un abrazo!
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«Estimado Enrique, que gusto verlo! Tomo nota del documental y ya mismo comienzo a buscarlo. Le mando un fuerte abrazo y se agradece el dato. Espero poder visitarlo dentro de poco.
Un abrazo.
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Terrorismo lamentable, como todos, pero éste construido a partir de palabras y de paranoias propias y ajenas. Una semilla de peste en un sitio tan hermoso.
Abrazos alegrados de leerte
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Gracias otra vez, D. Sí, el imperio se da esos gustos; como el de crear paranoias además de crear realidades alternas. Será cuestión de no dejarnos avasallar por ellas, aun cuando esto no sea una tarea sencilla.
El que está feliz de leerte soy yo; lo mío es una aproximación tangencial a lo que se me va ocurriendo día a día; lo tuyo es un trabajo sólido, prolijo y mucho más disfrutable.
Abrazos humildísimos de un principiante aprendiz de discípulo.
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Nada de eso, no discutamos porque para qué nos disgustamos. Disfruto tanto tu blog como creo que disfrutas el mío. Hasta ahí, nada de discípulos ni aprendices, porfavor.
Ahora sí: abrazos cargados de gusto.
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