La foto es conocida: Sartre está en un sofá y se inclina para encender su habano. El que le da fuego está en una silla fuerte, una silla de hombres con mando y poder, y la altura de la silla es mayor que la del sofá, motivo por el que este personaje mira desde arriba al otro, a Sartre. También es más alto. También es más bello, cosa nada difícil ya que Sartre es, decididamente, feo. También es más joven. Admira a Sartre, pero no deja de hacerle sentir que el hombre de acción es él y que, por serlo, la historia es asunto suyo. No en vano es Sartre quien ha cruzado el océano para hablarle, no al revés. El hombre de la silla-poder es Ernesto “Che” Guevara. Extiende su brazo derecho y le da fuego a Sartre: enciende su habano. Hoy, ellos dos, que tanto se equivocaron según gustan señalar a izquierda y derecha todo tipo de voces, que tan superados están, que tanto eluden o silencian los académicos, no citando jamás a Sartre y haciendo del Che una momia devenida, son uno de los pocos símbolos genuinos de la rebeldía humana.
José Pablo Feinmann, en Página/12, diciembre 2014.
Una imagen, observada con cariño, puede hablarnos de tantas cosas!!!
Un gran abrazo desde este lado del nuestro mar…
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Sí María, me gusta eso que dices: observar la imagen con cariño (cosa que uno hace sin darse cuenta).
Un fuerte abrazo y brindemos por éste medio que nos permite cruzar ese mar de manera instantánea.
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Cuánto dice una imagen ¿verdad? Y cuánto hay detrás de ella…
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Son momentos únicos Loretta; y como bien destacas: cuánto hay detrás de esa imagen, cuánto hay para leer y analizar allí.
Abrazo.
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Por eso amo la fotografía… hay tanto mundo en una simple imagen, y a veces mayor en blanco y negro.
Abrazo, Borgeano; feliz noche.
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¡Pero qué grande Loretta! Dentro de poco te pongo al lado de Gardel y Evita ¡Larga vida al blanco y negro! Hasta el cine es más lindo en blanco y negro ¿no?
Abrazo.
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¿Cómo debo tomar lo de que dentro de poco me pondrás al lado de Evita y Gardel? Mirá que pretendo vivir largos años… jajajaja. Te entendí, ten entendí; sólo bromeo 😛
¡Qué encanto tiene el blanco y negro! La fotografía, el cine, el chocolate…
Abrazo, caballero.
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Me encanta la foto y también la lectura que Feinmann hace de ella. Además, coincido con Loretta: como sabe la comunidad de mi blog, amo la fotografía y en especial la que es blanco y negro.
Abrazos a ambos
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Feinmann es uno de mis filósofos favoritos (de los actuales, de los vivos); sus lecturas suelen ser muy precisas y, claro, están dentro de las tendencias que suelo seguir (obvio). La fotografía en blanco y negro –yo sumo también al cine– siempre es más delicada y evocadora que la fotografía a color.
Abrazo.
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Sí, conozco a Feinmann por ti, lo has citado varias veces y siempre me gusta. Ooootro hallazgo en tu blog.
Abrazos
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Y ella viendo a los dos, que maravilloso encuentro de dos hombres y una mujer de acción, «símbolos genuinos de la rebeldía humana.»
Abrazos Borgeano 🙂
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Es cierto querida; no es menor eso; sólo que la enorme figura de esos dos enormes seres la ha dejado un poco fuera de escena, pero haces bien en destacar su presencia.
besos mil.
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