De los muchos y variados atractivos de México —culturales, geográficos, gastronómicos, históricos—, uno que se destaca por su amplitud y originalidad es el de las artesanías y, dentro de este también amplio sector, el que más me gusta es el de las Catrinas. Las Catrinas son obra, originalmente, de José Guadalupe Posada y el nombre original es Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanzos; las que, teniendo sangre indígena, pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses y renegaban de su propia raza, herencia y cultura. Actualmente las Catrinas son consideradas como parte fundamental en las celebraciones del día de los muertos y hasta es venerada en algunos sitios. Las piezas que he visto están confeccionadas en barro y pintadas con colores vivos y diseños diversos. Son obras muy frágiles y deben manipularse con mucho cuidado. Se hacen en diferentes tamaños, aunque las más comunes miden entre 35 y 40 centímetros. He visto algunas de un metro y medio y la bellísima Catrina que se encuentra a la entrada de Capula, de unos seis metros de alto.
Debo corregirme o, mejor aún, sincerarme: dije antes que las Catrinas me gustan, pero eso no es del todo correcto. Debería haber dicho que las Catrinas me fascinan, me seducen o, directamente, me vuelven loco. Veo a una de ellas y corro a su lado como un amante solícito y dedicado; las fotografío, giro a su alrededor observando cada detalle de su figura, de su ropaje o de su decoración y pregunto los precios aunque no pueda llevarme ninguna. ¿Cuál es la mejor? No lo sé, no puedo decidirme. Soy un polígamo de Catrinas y, por suerte, a ellas no parece importarles.
Un pequeño muestrario; para verlas más grandes, hacer clic sobre una de ellas.
Nosotros también sucumbimos a ellas, en casa tenemos una. 🙂
Un abrazo.
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Son fantásticas realmente. No creo que pueda llevarme una a Argentina; no, al menos, de la forma en que estoy viajando, pero he visto varias que me han dado ganas de comenzar a acumular cosas otra vez. Por el momento me conformo con las fotos y con verlas cada tanto.
Un abrazo.
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Cuando conocí a las catrinas o calaveritas también me dejé seducir por ellas. Gracias por esta interesante entrada.
Un abrazo.
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Habría que ver por qué producen esa extraña fascinanción en la gente. Seguramente que tiene que ver con algo relacionado a la muerte pero, al mismo tiempo con esa sensualidad y tranquilidad que transmiten. No deja, todo esto, de llamarme la atención.
Un abrazo.
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Noviembre es tu mes, aunque todo el año están disponibles, en esas fechas engalanan cualquier punto del país.
Deben ser las únicas esqueléticas con tan bonitas formas.
Abracitos
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Si estoy por aquí en noviembre disfrutaré esos días como el más devoto mexicano (Por cierto, es mi mes y casi mi día: soy del 3, así que por ahí anda todo). Y lo que dices es lo mismo que acabo de decir en la respuesta anterior: creo que allí reside esa fascinación que producen: la mezcla de la imagen de la muerte con las sensualidad es un verdadero hallazgo.
Abrazo y me alegra verte nuevamente por aquí.
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No podría decir que la fecha me sorprende, eres un apasionado total, la alegría es correspondida mi querido amigo
Abracitos
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Hola Borgeano,
Con ganas me dejas de poder contemplar alguna en vivo y en directo!!!
Besetes…
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Estoy seguro María que te enamorarías tanto como yo. Es tan raro lo que sucede al verlas –esa mixtura entre la muerte, la bondad y lo sexual– que uno no sabe cómo, pero termina envuelto en su aura. Un verdadero hallazgo cultural mexicano.
Besos mil.
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Su atractivo es un tema complejo sobre el que hace tiempo dejé de hacerme preguntas, simplemente las amo. A la seducción que ejercen añado su humor «descarnado» (nunca mejor dicho), además de su estética decadente sobre todo en las originales, de Posada. Me da gusto que las disfrutes, las rondes, las enamores. Y lo mejor, como dices: no son celosas.
Abrazos sonrientes
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Veo con agrado que la fascinación por las Catrinas es un bien endémico. Feliz por ello. Y el asunto de «encontrarle la punta al ovillo» de por qué gustan tanto, aunque creo que difícilmente solucionable, es un placer añadido para mí. Además de bellas me hacen pensar. Perfección pura.
Abrazo sonriente (aunque al lado de tu sonrisa la mía sea un pobre remedo sin brillo)
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=)
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Sé que a muchos les agradan las Catrinas y quizás pierda tu simpatía al confesar que a mí no me seducen como a vos. Las considero llamativas, incluso las hay con diseños muy elaborados y que son dignos de contemplación, pero fuera de eso prefiero detenerme en otro tipo de arte; son gustos y criterios.
Me alegra en gran manera que estés disfrutando plenamente tu estadía en México.
Abrazos, unos cuantos.
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¿Y cuál es el problema Loretta? ¡Hay pa´todos en esta tierra! Pues no lo sé explicar, pero me siento como un chico cuando las veo, es increíble. Y no, no has perdido mi simpatía. Dejemos ese improbable suceso para cuestiones más importantes. ¿Cuándo vuelves?
Abrazos, todos.
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Tenés razón, mi querido Borgeano.
Qué aburrido sería si todos sintiéramos igual, pensáramos igual, tuviéramos los mismos gustos… ¿no?
Entiendo lo que me decís, a mí me pasa lo mismo pero con el cielo… es una fascinación que no tiene modo de ser explicada, las palabras carecen de suficiencia para transmitir el «estado» que produce su contemplamiento.
Me alegra no perder tu simpatía pues, a pesar de lo impersonal de este medio, te tomé buen afecto. Ojalá nuestras diferencias sirvan para enriquecernos mutuamente y no para marcar distancias.
No sé cuándo podré volver, ando con un par de laburos urgentes y, como soy tan exigente con la terminación de mis trabajos… Espero pronto poder disponer de tiempo para asomarme y saludar.
Más abrazos.
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http://agusanvh.blogspot.mx/2014/11/la-catrina-y-las-botargas.html
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Gracias por el enlace, Agustín. Tengo poco tiempo en México y su vasta cultura me tiene atrapado. Será un placer visitar su blog.
Saludos.
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Entre las artesanías coloridas resalta sin duda la Catrina, y cómo no quedar prendado de su seductor porte, gracia y sentido del humor, espero que sigas descubriendo mas maravillas en México, me alegra que hayas sido seducido por una mexicana 😉 Besos
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Es que las mexicanas, Shira, tienen lo suyo… No por nada digo que éste es un país notable.
Me gusta que hayas hecho hincapié en el sentido del humor de las Catrinas; ése es el punto, precisamente, que las hace más ambiguas y lo que les brinda ese encanto único.
Besos mil.
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