La beligerancia de Dios (otra vez)

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“Concebimos la historia como conflicto. Toda diferencia es alteridad pero establece un conflicto. La política puede licuarlo o ponerlo al rojo vivo. El mundo no es la danza del caleidoscopio de las diferencias, la armonía y la convivencia de los dialectos. El mundo es oposición y antagonismo. También alianzas, estratégicas o tácticas. Pero todos los sujetos históricos persiguen algo. A veces es lo mismo y ahí late el antagonismo y hasta la guerra y la sangre. La filosofía debe pensar la beligerancia de Dios. Ya que todos lo reclaman como cruzado de su causa. Pero no es más que un estandarte, una excusa con el prestigio de lo sagrado. Dios no nos mira. Hoy, el dios que nos vigila es internet”.

José Pablo Feinmann. Filosofía política del poder mediático (La cursiva es mía).

Historia, política, religión, todas ellas aunadas a través de un solo término: conflicto. Y como otra síntesis, allí, observando todo, internet. Y una nueva pregunta: ¿Quién está detrás de ella?

Nota: A raíz de un comentario por demás rico y que agradezco, volví a esta entrada que subí hace ya más de un año y medio. Creo que la cita y la pregunta final siguen vigentes y como es un tema que sigue interesándome, vuelvo a dejarla aquí para conocer sus pareceres al respecto. no es habitual que uno vuelva a subir entradas previas y hasta es posible que sea poco elegante; pero insisto: el tema me interesa (hasta diría que me apasiona) y a veces eso es todo. ciertas ideas, como ciertas palabras, vuelven a nosotros sin necesidad de que las andemos buscando.

9 comentarios el “La beligerancia de Dios (otra vez)

  1. danioska dice:

    «Reclamar a Dios como cruzado de la causa propia». Parece que de ese mal está empapada la historia de la Humanidad, como lo hemos hablado infinidad de veces, ¿no es cierto? El ángulo que me parece novedoso del texto que nos ofreces de Feinmann es el hecho de añadir Internet a esa discusión, como el nuevo ojo omnívoro que todo lo juzga. Y ahí lo que no deja de sorprenderme es lo bien que opera esa nueva coerción: ya no es con una imposición desde fuera, con la amenaza de castigo eterno y fuego que quema sin consumir, sino con el deseo bien sembrado en todos de compartir nuestros pecados, filias y fobias, dudas y pensamientos a través de las redes sociales. En otras palabras, la cita es más que pertinente porque lleva a pensar que si antes la religión controlaba al infundir temor, Internet gobierna a partir de imbuirnos el deseo de compartir, de modo que lo hacemos gozosamente: besamos las cadenas autoimpuestas. Uf, no sé qué siga.
    Abrazos

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    • Borgeano dice:

      Lo que dices es lo más pertinente e inteligente que he leído en mucho tiempo D.; y no exagero. Tu comentario me llevó a pensar en algo que vengo escribiendo desde hace poco tiempo y viene a cerrar la idea de manera terminante. Me explico: Comparando 1984 de Orwell y Un mundo feliz de Huxley, uno nota que Orwell le temía a la dictadura de corte clásico, inspirada por el comunismo de aquella época; mientras que Huxley le temía a un nuevo tipo de dictadura: la dictadura indirecta, la que domina mediante la publicidad, las drogas y el entretenimiento. En ese sentido, la cita de Feinmann (muy bien analizada por tu parte y, sobre todo, muy bien explicitada) sirve como corolario a la idea primera: la dictadura clásica (Dios, Orwell) fue definitivamente superada por la dictadura moderna (internet, Huxley). Me gusta esa línea de desarrollo. No solamente estamos en medio de una dictadura, sino que formamos parte integral de ambos extremos: de los controlados y de los controladores.
      Aplausos pa´ti, primero y abrazos, muchos, después.

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      • danioska dice:

        Qué bien, querido, parece que estamos hilando fino en un tema interesante. Lo que haces de poner frente a frente las tríadas Orwell-Dios-dictadura clásica y Huxley-Internet-dictadura moderna le da enorme riqueza al tema. Claro, el que sea interesantísimo no hace menos deprimente el tema. Al menos queda el consuelo de que estamos tratando de entender dónde estamos parados. Pero, mira tú, la ironía es que ese análisis lo hacemos justo en Internet. Auch.
        Abrazos hartos

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      • Borgeano dice:

        ¿No podrías haber obviado, querida, ese detalle que me supo como una patada en los dientes? Fuera de broma ¿No podríamos decir que, dentro de todo, estamos un poco por fuera de internet? Me refiero a que la referencia de Feinman y por extensión la de Huxley se hace –creo– al aspecto represivo y negativo de la red. Internet en sí, como toda herramienta humana, es neutra; es el uso que le damos nosotros quien valida su uso para bien o para mal. En ese caso, me atrevería a decir (y dejo aquí abierta la puerta para la crítica, ya que estoy pensando en esto a medida que lo escribo; no es algo que ya tenga definido por completo) que no es lo mismo lo que hacemos nosotros (al menos en este momento) que el uso totalmente trivial que vemos de manera constante.
        Abrazos.

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  2. danioska dice:

    Veo que he repetido hasta el cansancio la palabra «tema», una gran disculpa. Mi mente desvelada es más pobre de lo normal y últimamente he tenido poca oportunidad de dormir a mis anchas. En cuanto a si estamos o no fuera de Internet, veo el punto que señalas y sí, en un sentido nuestro intercambio de ideas-que-pretenden-rascar-más-allá-de-la-superficie no es el más habitual en estos lares, pero al mismo tiempo en nuestros respectivos blogs nos desnudamos una y otra vez, es decir, caemos en la autocomplacencia de dar al Gran Hermano información gratuita que luego puede/ podría ser usada en nuestra contra. Esa contradicción no tiene salida fácil, creo yo.
    Abrazo

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    • Borgeano dice:

      Tienes razón, sin duda; mi punto anterior era válido pero incompleto; y como tú, no le veo una solución fácil. Sobre las repeticiones, no te hagas problema, fíjate la repetición de las dos preguntas de mi comentario anterior. Es común que ocurra eso, uno no siempre puede pensar, escribir y todo lo demás al mismo tiempo (recuerdo ahora aquella frase de Quino: «Lo malo de los reportajes es que los periodistas quieren que uno les conteste en cinco minutos todo lo que no supo contestarse en toda una vida y, encima, que quede como inteligente». Si al maestro le pasó eso, qué menos a nosotros y a la madrugada.
      Abrazo ¡Y a dormir! Vamos, vamos…

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  3. Muy interesante y creo que acertada esa lectura de Orwell y Huxley, que casi de una u otra manera se hace realidad con la llegada de Internet; bajo mi punto de vista estamos casi en mitad de las dos distopías, y si no equidistantes bastante próximos a una misma distancia de uno y de otro, (quizás algo más cercanos a ser controlados por el hedonismo que proponía Huxley, ahora trasformada en una dictadura no del estado si no de los mercados, pero que le sirve igualmente a los Estados y a los fanáticos para ese control más clásico de Orwell), algo claustrofóbicos ambos escenarios. Internet ahora es ese ojo que todo lo ve. ¿Y Dios…? Pues sigue quedando como coartada ilusoria y diferenciadora aún lejos de ser desbancada por Internet.

    Un abrazo.

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