El cielo de Swedenborg

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Emanuel Swedenborg fue uno de esos hombres que suelen llamarse exponente de su época. Científico e inventor, vivió entre los siglos XVII y XVIII. Cierto día, Swedenborg tuvo una visita extraña: Dios le había enviado un ángel para que lo guiara en un paseo por el paraíso. El bueno de Emanuel fue, vio y al regresar comenzó a escribir sobre su experiencia. He tratado de ser breve y conciso porque quiero detenerme en un punto específico: Swedenborg descubrió que el cielo y el infierno no son sitios donde se nos premia o castiga. Según él, al morir vamos a una especie de limbo, un estado intermedio donde las almas vagan hasta que ellas eligen, libremente, dónde van a ir. El Reino de los Cielos es, para éste místico sueco, un estado del alma. La conclusión es brillante y no deja de maravillarnos: al cielo no entran los idiotas, los tontos, los que anulan su vida; y no entran porque no tienen el entendimiento ni la sabiduría para reconocer las virtudes de este lugar.

Quienes no creemos en un más allá físico podemos considerar a esta idea como una metáfora para el aquí y ahora: quien no está preparándose de manera constante para recibir las bondades del cielo, nunca podrá acceder a él. El Cielo está aquí; en una sinfonía, en un poema, en los ojos de nuestros hijos, en el abrazo de un amigo, en la piel de quien nos ama. Sí, en todo eso que los adustos caballeros de traje y corbata y en las elegantes señoras de la buena sociedad es motivo de burla y muecas de lado está el Cielo; pero, por sobre todas las cosas, es en nuestra mirada y en nuestra comprensión de esos hechos donde vamos a encontrarlo. Quien no tiene la capacidad para disfrutar el aquí y el ahora; para aceptar el abrazo que la fortuna nos pone delante a cada momento, no accede al cielo y, lo que es peor, nunca lo hará.

Gracias, entonces, por el cielo de hoy.

10 comentarios el “El cielo de Swedenborg

  1. Shira Shaman dice:

    «El Cielo está aquí; en una sinfonía, en un poema, en los ojos de nuestros hijos, en el abrazo de un amigo, en la piel de quien nos ama.» Hermosa entrada querido Borgeano, no sé en que libro hace muchos años leí algo similar; la idea de que en el cielo uno haría lo que más le gusta y estaría con quien quiere estar. El único boleto seguro es el hoy y creo que es mejor vivir un día que morir por una eternidad; me alegra que tu cielo de hoy sea azul y que cada día encuentres motivos para disfrutar cada día;
    Abrazos desde mi cielo 🙂

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    • Borgeano dice:

      «El único boleto seguro es el hoy»; síntesis perfecta Shira. El hoy pleno de conciencia y de claridad; nada más y nada menos. Es poco lo que puedo agregar a tu comentario, ya que lo dijiste todo con una claridad meridiana.

      Abrazos y que tu cielo siga poblándose de soles varios.

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  2. danioska dice:

    Celebro que te pasees por cielos luminosos, de la mano de Swedenborg, querido. Sí, la filosofía como tema de conversación pero, sobre todo, de afirmación en el aquí, porque todo va bien mientras haya pan para hoy.
    Abrazo

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    • Borgeano dice:

      De la mano de Swedenborg y de otros muchos, sobre todo los de aquí, que son los que más claridad le aportan a nuestros días. Y todo va bien, exacto, muy bien. A seguir así, entonces, compartiendo el pan de hoy.

      Abrazos.

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  3. María dice:

    Estoy de acuerdo con Swedenborg «el cielo es un estado del alma», pero el cielo está aquí y ahora.
    En este presente que vivimos y que es único.
    Besetes que te acompañan por este cielo que nos cobija.

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    • Borgeano dice:

      Esa síntesis de Swedenborg es preciosa ¿no? Me alegra muchísimo ver que las tres personas que han dejado comentarios coincidan en el valor del aquí y ahora. Eso es algo fundamental pero que no todos lo entienden o, mucho menos, lo ponen en práctica. El cielo también tiene esas cosas: somos pocos, pero nos llevamos maravillosamente bien.

      Un fuerte abrazo.

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  4. Loretta Maio dice:

    Aquí y ahora, allí y mañana, pero que nunca falte ese abrazo, esa sinfonía, ese poema, esa piel… ¡Qué grande, Borgio!

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    • Borgeano dice:

      ¡Pero qué lujo de entrada, che! ¡Me pasé! Gracias por tus palabras Loretta. La verdad, debo reconocer que me gusta. En líneas generales ha caído bien; pero si así no hubiese sido me sentiría igual de satisfecho. A veces me ocurre eso e escribir una entrada que no tiene la repercusión que quisiera pero que me deja contento igual. En éste caso mi satisfacción es doble, ya que funcionó bien para mí y para ustedes también. ¡Gracias!

      Abrazos.

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  5. Creo que lo mejor es tratar de hacer el cielo en la tierra, cada día, con cada persona, estoy de acuerdo con Loretta. Saludos.

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