Mi Apakatehuee me acompaña desde hace tiempo. No tiene forma ni color definidos; va cambiando o modificándose según sus gustos o necesidades. Desconozco el porqué, pero desde que me lo regalaron se sienta en mi hombro izquierdo y nunca ha cambiado de sitio. Se mueve, claro está, pero ése parece ser su puesto o lugar preferido. No habla pero es muy elocuente. Se comunica con gestos que entiendo a la perfección y de ser necesario se asoma y me mira a los ojos para dar a entender que las cosas quedaron bien en claro. En esos casos se agarra con fuerza de mi oreja izquierda para no caer, cosa que nunca ha sucedido, de un modo u otro.
Hoy estaba en la sala de espera del dentista y él, adecuándose a las circunstancias, estaba sentado leyendo, cosa que suele hacer con cierto hábito cuando no hay ningún tema de importancia que tratar. Yo leía a mi vez una de esas aburridas y gastadas revistas de dos años atrás que se encuentran en toda sala de espera. Supongo que se aburrió de tanto esperar, porque de repente se puso a jugar y a burlarse de la señora que estaba sentada frente a mí, un poco a la derecha. Yo sonreí y tuve que taparme la boca con la mano, debo reconocer que lo que me decía, con esos gestos que decían todo, era muy gracioso y ocurrente. La señora me miró de reojo y luego desvió la vista. El Apakatehuee aprovechó la circunstancia para redoblar sus irónicas burlas.
Varios minutos después siento que me llaman por mi apellido. Me dirijo al consultorio y entramos a la sala blanca y pulcra que olía levemente a desinfectante. Me siento en el sillón y el dentista comienza a trabajar. Acerca la jeringa de acero y poco después tengo la boca dormida. Miro hacia mi hombro izquierdo y veo que no hay nadie allí; estoy solo, absolutamente solo, con el dentista. Éste me mira y me pregunta si me sucede algo. Niego con la cabeza, pero sé que con los ojos estoy diciendo: si será cabrón…
Me has hecho sonreir… por qué no me envias un Apakatehuee, estoy segura que me haría compañía durante muchas horas que estoy sola en casa…?
Un abrazo…
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Ya salió para allí, de hecho, ya debe haber llegado. Fíjate bien, seguramente está a tu lado. Te acompañan adonde tú quieras ir, sólo debes prestarle la debida atención.
Disfrútalo.
Un fuerte abrazo.
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Siempre está. Cabrón o no, es de fierro. Dale, por favor, mis saludos a Apakatehuee (lo echaba de menos).
En la boca ¿todo bien?
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Es cierto, siempre está acá, es de fierro, como decís vos (hincha el pecho, orgulloso).
En la boca, más o menos, y la que debía arreglármela… mejor ni hablar, otro tema y es mejor que lo dejemos ahí.
Abrazo enorme.
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Menos que está él para cuidarte.
Si no querés contar ya me imagino.. 😛 Espero todo mejore pronto.
Abrazo extra enorme.
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Me parece que tu Apakatehuee, tiene miedo a tu dentista. Deliciosa tu historia!
Besetes amigo mio.
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Parece que s; veré si en otra ocasión desaparece e iré tomando nota de en qué momento aflora su cobardía.
Besos mil (él quiere sumarse pero no lo dejo. Te manda saludos).
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Paso por tu casa dejar un comentario que, si bien no corresponde a esta publicación, tiene que ver con tu blog.
https://metaforadeungrito.wordpress.com/2016/01/12/que-he-hecho-yo-para-merecer-esto/
Abrazos, también para el Apakatehuee!!!
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Gracias infinitas, Xabier. Déjame organuzar este caos mío y veré cómo me las arreglo (me asusta un poco lo de los quince blogs, antes eran unos cinco…). Se agradece, en serio, que a uno lo tengan en cuenta con tanto afecto.
Un abrazo.
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El mío se llama, en un despliegue de originalidad, Pepe Grillo (¿por qué será que me suena eso?). Y sí, también me acompaña, se burla de otros y sobre todo de mí, me carga culpas que no me tocan y cuando me doy cuenta se las regreso, me esconde cosas a cada rato. También se sienta en mi regazo a leer, a veces toma la pluma y de noche, cuando no lo veo, corrige algún texto. Pero de que es cabrón, es cabrón.
Abrazos que no se la creen del todo.
PD Pepe Grillo manda abrazo cómplice a Apakatehuee.
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¿Pepe Grillo? Ya decía yo que era una maravillosa chica Disney… Parece ser más travieso que el mío, por lo menos éste no esconde nada (ahora que lo pienso no estaría mal que al levantarme por la mañana encontrara cuatro o cinco páginas ya escritas ¿no?).
Abrazos que creen cualquier cosa.
P.D.: levanta el pulgar en un gesto que lo pinta de cuerpo entero, mira que además de cabrón, ordinario…
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Auch, lo de chica Disney no me hizo muy feliz, querido, pero justo me surge una duda: ¿el personaje del Grillo vendrá en el texto de Collodi o será un invento de Disney? Me parece demasiado genial para que lo haya creado Disney. Mhmhm, me quedo pensado. Por lo demás, sí, éste personaje es embustero y bribón, qué te cuento. Lo peor es que sin él me siento perdida… Sí, una muestra más de mi masoquismo genético.
Abrazos.
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Sabedor de alguno de tus puntos débiles, los he usado con total conciencia y desparpajo. Me alegra haber dado en el blanco (por puro desgraciado, nomás).
Abrazos.
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Y luego hablamos de las cabronerías de los personajes menores. Si hay que ver a los protagonistas… =)
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Apakatehuee me ha levantado el ánimo. Debe ser el resfriado que arrastro que me tiene totalmente descolocado, desubicado, desnortado. Y, ahora, por fin, me veo disfrutando. Con tu entrada y con los comentarios de todos. Apakatehuee ¿De dónde has sacado ese “palabro”?
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