El show de las conciencias tranquilas.

oculto

Dice Walter Benjamin: “La humanidad, que antaño, en Homero, era un objeto de espectáculo para los dioses olímpicos, se ha convertido ahora en espectáculo de sí misma. Su autoalienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia destrucción como un goce estético de primer orden”. También, en ese mismo ensayo, dice: “Todos los esfuerzos por un esteticismo político culminan en un solo punto. Dicho punto es la guerra”. Estas dos ideas pueden verse hoy plasmadas con precisa claridad gracias a los medios de comunicación: nada más entretenido que la guerra. Ésta se ha transformado en un espectáculo más, en una secuencia de decorados hollywoodenses. Traigo esto a cuento porque hace pocos días se produjo un ataque en Siria por parte de la fuerza Aérea francesa que produjo más de 160 víctimas. Esperé varios días para ver si se producía algún tipo de reacción —sobre todo en esa pantomima de actualidad que son las redes sociales—; pero no, nada de nada. Nadie dijo una palabra, nadie colocó la bandera de Siria en su foto de perfil, nadie subió un cartelito con el infaltable e inútil Pray for Siria (no entiendo por qué siempre lo ponen en inglés, y me refiero a los latinos ¿Será por pereza que no quieren hacer un cartelito propio o tal vez ya reconocen abiertamente que dios es un ente que atiende en el norte anglosajón?).

Luego me puse a buscar datos duros, de esos que se usan poco pero que son los que hacen falta para poder entender un poco mejor lo que queremos tratar; y encontré que si bien los musulmanes son más de 1200 millones de personas, los extremistas rondan los 100.000; es decir, menos del uno por ciento. También me entero de que el noventa por ciento de las víctimas de los ataques terroristas llevados a cabo por estos grupos son, también, musulmanas; lo cual significa, básicamente, que no son occidentales y cristianas, palabras tan caras para la hipocresía europeo-americana.

Sé —y digo esto con mucho pesar—, que la próxima vez que se produzca un ataque en Europa o en los Estados Unidos, las redes sociales y los medios explotarán con indignados comentarios e imágenes movilizadoras de los sentimientos más puros que la humanidad pueda tener; lo cual no está nada mal, claro; salvo cuando se deja afuera del juego o se olvida a media humanidad mientras se manipula a la otra mitad en beneficio de unos pocos, muy pocos, que son quienes manejan los medios y nos presentan bonitas imágenes de una guerra donde los otros siempre son los victimarios y ellos las víctimas.

13 comentarios el “El show de las conciencias tranquilas.

  1. Desgraciadamente son grandes verdades las que cuentas.

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    • Borgeano dice:

      Desgraciadamente quedó mucho material afuera; pero analizar todo esto en profundidad llevaría muchísimo más que una entrada. Gracias por estar aquí (y agradezco que hayas pasado, tuve un problema con mi disco rígido y perdí mucha información; entre ella muchos de los enlaces a los sitios que solía visitar. En breve estaré por tu casa).

      Un abrazo.

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  2. Somos un espectáculo. Los sentimientos de solidaridad o empatía no existen y la novedad ( que no la actualidad) se alimenta de inmediatez sin tener en cuenta a las personas, los sentimientos o las emociones. Saludos.

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  3. Cuántas verdades expresas, Borgeano. Mi abrazo fuerte.

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  4. MJBeristain dice:

    Estando totalmente de acuerdo con tu denuncia, pienso que estamos sumergidos en un mar de demagogia sin chalecos salvavidas…

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    • Borgeano dice:

      Como bien destaca Danioska aquí debajo, tu imagen es perfecta y contundente: «estamos sumergidos en un mar de demagogia sin chalecos salvavidas» Nada más triste y peligroso que eso. Gracias por estar aquí (y agradezco que hayas pasado, tuve un problema con mi disco rígido y perdí mucha información; entre ella muchos de los enlaces a los sitios que solía visitar. En breve estaré por tu casa).

      Un abrazo.

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  5. danioska dice:

    Por supuesto, querido, el punto que tocas es más que lamentable. Confieso que cada vez me cae más y más mal el desgarramiento de vestiduras ante un atentado, no por que no lo merezca sino justo porque hay que hacerlo «para quedar bien», poner la banderita y el «Pray for» (en efecto, se ve que Dios es sajón) para que todos vean qué buena persona soy, pero esto aplica sobre todo si se trata de europeos o gringos, los demás no cuentan mucho. Me gusta lo que dice MJBeristain: «nadamos en un mar de demagogia sin chalecos salvavidas». Damos pena.

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    • Borgeano dice:

      Lo que más tristeza da, me parece, es que esto no es algo demasiado brillante de mi parte; es decir, que no es algo tan complejo de pensar o de notar. Lo triste, insisto, es esa abulia que parece mantener sumido a todo el mundo, esa que no les permite sacar la cabeza ni un poquito por fuera de ese mar del que muy bien habla MJBeristain. Sé que ambos somos enemigos acérrimos de lo políticamente correcto; pero que seamos tan pocos es lo que me preocupa.
      Un abrazo.

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  6. Facu Barbieri dice:

    hola, necesito saber de donde es la cita de benjamin.. se agradece

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