Hay veces en que la naturaleza o la vida (¿no son la misma cosa al fin y al cabo?) nos despierta con una sonora bofetada a la que no podremos ya olvidar jamás.
En la madrugada del domingo pasado, un fuerte dolor abdominal me sorprendió a las dos de la mañana. Suponiendo una común indisposición estomacal esperé a que se pasara con un té y esas cosas que uno suele hacer en esos casos. A las dos horas el dolor era tan fuerte que apenas podía moverme. Me llevaron de urgencia al Hospital Civil y allí, luego de los análisis y pruebas de rigor, me metieron al quirófano más rápido que ligero. Salí de allí dos horas y media después con un par de cicatrices (una de ellas de diez centímetros de largo que me cruza medio abdomen) y una parte de mi cuerpo menos. No hace falta entrar en detalles; por un lado no son agradables y por otro no soy la persona idónea para explicarlos. Lo que sí quiero es ser agradecido, porque ayer, al darme de alta, los médicos me explicaron la gravedad de lo que padecí y lo ajustado del tiempo en el que me llevaron a la sala de urgencias. Me dijeron que era cuestión de horas, nada más. Así que si hoy estoy aquí —y esto no es una exageración ni una búsqueda de lástima (lejos de mí ello, siempre)— es gracias a una persona: Lourdes. Ella supo qué hacer y cómo. Ella se atrevió a vencer a sus propios miedos y corrió de un lado a otro haciendo todo tipo de diligencias, autorizando análisis y estudios, comprando medicinas y sueros, comunicándose con Argentina para mantener informada a mi familia, calmándome en los intervalos que estas tareas le permitían, durmiendo a mi lado cada noche (a la tercera de ellas, porque las dos primeras no durmió nada), haciendo el papel de enfermera y hasta elevando una nota de queja cuando una interna desubicada quiso pasarse de lista. Además de todo eso no desatendió su trabajo ni a sus hijos (aunque ambos cedieron, claro está parte de su tiempo). Cómo lo hizo no tengo ni idea, pero sé que esas son las cosas que las mujeres pueden hacer con esa fuerza descomunal que las posee cuando les hace falta.
También hubo un grupo de amigos —el grupo de siempre; ese grupo pequeño pero duro como el granito— a quien debo estarle más que agradecido. José Agustín, quien se quedó conmigo buena parte de la tarde y luego por la noche con Lourdes mientras me operaban; Berenice, quien leía una novela en silencio mientras soportaba mis ronquidos de dormido semianestesiado, Gerardo (gracias Gerald por ese ventiladorcito que me compraste; yo que sufro tanto del calor lo disfruté como no tienes ni idea. También ese número de Letras Libres me supo a gloria); Alex y Freny, con quienes me disculpo por lo poco despierto de mi persona en ese momento de visita y a Andrés, a quien Lourdes despertó para que me llevara en su auto al hospital. A todos ellos debo estarles agradecido porque un hombre solo en tierra extraña y en esa situación se siente más solo todavía. A todos, a todos, muchas gracias; pero sobre todo a vos, querida, a vos Lourdes, compañera mía, porque si hoy estoy escribiendo nuevamente aquí es gracias a todo lo que hiciste.
Me siento muy cansado. No puedo estar mucho tiempo sentado y la vista me arde si paso mucho tiempo frente a la pantalla. Debo recuperar mis fuerzas y volver a ser el de siempre, así que me tomaré un descanso de este sitio y de redes sociales y de otras cosas similares. No creo que tarde mucho en regresar; todos saben que amo a este sitio y que escribir en él (aunque no siempre sea todo lo inteligente que quiero) es una necesidad tanto como un placer y también una especie de terapia; pero por un tiempo necesito descansar y recuperarme. Nos vemos pronto.
Bueno me alegro mucho que todo haya quedado en un susto, cuídate mucho y cuida también de esa gran persona y gran amiga que es Lourdes.
Me alegra ver tu cara, es la primera vez que te veo después tantos años …muy guapo por cierto.
Un fuerte abrazo y mi cariño siempre.
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Gracias, Carmen. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
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Eres un hombre con suerte Borgeano, aunque tu suerte tenga, en este caso, varios nombres, en especial el de una mujer, Lourdes se ve que es tu verdadero apoyo. ¡Eres un hombre de suerte! y estoy segura de que la mereces. Ahora descansa y vuelve, vuelve pronto, te estaremos esperando. Un abrazo fuerte que te ayude a recuperarte más rápido y mejor. Y otro de mi parte para Lourdes. Maria Jesus
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Sin duda, frente a los hechos recientes, debo reconocer que sí, que soy un hombre con suerte. Gracias por estar aquí. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
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Querido Roberto! No puedo expresarte con palabras lo que he sentido al leerte. El tremendo pesar por este susto y la alegría porque ya estés un poco mejor. Mi sincero agradecimiento a Lourdes y a tus amigos por mantenerte con vida porque sin duda este mundo es mucho mejor contigo dentro. Mi abrazo enorme para ti y para ellos. Recupérate pronto. Te necesitamos.
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Mi querida Ana; agradezco muchísimo tus palabras y tu presencia. Aquí estamos otra vez, ya bastante repuestos, aunque falten algunos aspectos que aún requieren cuidado.
Besos miles.
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Bienvenido al hogar!!
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Nunca se está mejor que en casa. Gracias por ser parte (importante) de él.
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Un abrazo muy fuerte y que te recuperes lo más pronto posible.
Ánimo.
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Querido amigo, descansa y recupérate bien. No tengas prisas, estas heridas necesitan su tiempo, y por suerte quedó en un susto. Me alegro saber que estás bien acompañado. Recibe todo nuestro apoyo y cariño desde la distancia. Si en algo podemos ser útiles no dudes en decirlo.
Besos, que en estos casos un fuerte abrazo quizás sea contraproducente 😉
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Amigo, cómo me alegra saber que ya estás bien gracias a Lourdes, a la gente que te ayudó y rodeó en momentos tan graves, y como dice el refrán «es de bien nacido el ser agradecido» y nunca como en estos momentos te das cuenta de lo que la gente ha hecho por ti. Deseo que vayas mejorando, que estés bien y que Lourdes te siga cuidando como un ángel. No. Nunca estamos solos. Me hiciste recordar cuando en California me operaron de una peritonitis algo así como tú lo cuentas, rápidamente y volviendo a la vida. Creo en un Dios generoso, energía y sé que él te bendice y también a las personas que te ayudaron. Desde España les mando mi cariño y alegría de saber que todo pasó. Descansa y, no olvides que te necesitamos, cuando estés bien. Necesitamos leerte siempre. Un fuerte abrazo. En la foto estáis guapísimos.
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Dioooooos, qué tremendo, y una sin saber nada por acá!! Queridísimo del alma, qué gusto que estés bien y dile a ese mujerón de Lourdes que le voy a levantar un templo tipo Catedral de Nôtre Dame. Se lo merece.
Qué alegría me da que estés cuidado, querido, acompañado, apapachado. Sumo mis cariños a los que ya te curan las heridas. Recupérate pronto, necesito que te rías de nuevo muy fuerte.
Va todo mi cariño exponenciado en un beso sanador en la frente
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Hola. Muchas gracias por tus palabras. Hice lo que tenía que hacer en ese momento por él. No podía dejarlo solo. Te mando un abrazo cariñoso. Está en muy buenas manos y bien cuidado.
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Eres un encanto de mujer, me da muchísimo gusto que estén juntos. Abrazo enorme para ti y un poquito menos fuerte para él, por aquello de la convalecencia…
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Muchas gracias por tus palabras en verdad me quiebra el sentimiento. Como lo he dicho antes, lo hubiera hecho cualquiera por vos. En este caso me tocó a mí estar presente a tu lado y mi reacción tuvo y tenía que ser la más rápida y la mejor posible dentro de mis medios. Para tu dolor y lo por lo que sentías, lo necesario era una atención médica inmediata. Ya pasaste y pasamos juntos la peor parte; ahora sólo es cuidarte. Gracias por ser el mejor compañero y el hombre valiente que conocí en ese momento.
Gracias a todas las personas que por aquí me agradecen y me nombran sin conocerme. Me hacen sentir muy bien, gracias. Valió el esfuerzo las desveladas y todo lo que tuve que hacer. Un abrazo. En especial a ti Roberto, mi compañero.
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Mi querido Roberto, Borgeano, que alegría saber que una joya como Lourdes, ha estado a tu lado y que te ha cuidado. Descansa y regresa aquí pronto porque es bonito sentirte entre nosotros.
Un abrazo inmenso y muy cercano.
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Gracias, querida María; he tenido mucha suerte al tener a Lourdes a mi lado en este momento y en este sitio; de haber estado solo todo hubiese sido muchísimo más complejo y tal vez peligroso. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
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¡Qué bueno que estuvieron a punto!. Me alegro mucho de tu recuperación, ahora, no hagas el tonto, no seas «un tipo duro» que no lleva a ninguna parte ese comportamientos y ¡Cuídate!. Volver a nacer, a re-vivir, a la lucha tiene su premio. Un abrazo.
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Estar solo en un país extranjero y que te ocurran estas cosas no es una broma; debo ser agradecido por haber tenido a alguien como Lourdes a mi lado. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
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Tómalo con calma y poco a poco, de eso conozco la medicina…, besos
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Me alegra que todo haya ido bien y esto lo recuerdes dentro de nada como un susto en el que un ángel de la guarda llamado Lourdes veló por ti.
Espero que te recuperes pronto.
Un suave abrazo.
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Estar solo en un país extranjero y que te ocurran estas cosas no es una broma; debo ser agradecido por haber tenido a alguien como Lourdes a mi lado. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
Gracias por tu presencia y por tus palabras, Alberto.
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Qué susto pasar por estas cosas! Qué bueno que ya pasó y que puedes sacar cosas buenas de la dura experiencia. ¡Que tengas pronta recuperación!
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Estar solo en un país extranjero y que te ocurran estas cosas no es una broma; debo ser agradecido por haber tenido a alguien como Lourdes a mi lado. Un fuerte abrazo desde este retorno que espero que sea un poco más estable.
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Hola Borgeano, han pasado unos días desde el susto y me acuerdo de tí. Solo una palabra de ánimo para tu recuperación. Y otro abrazo para los dos. María Jesús
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Y yo paso y paso por aquí para ver si hay letras nuevas. Pero no. Y me pone contenta pensar que eso implica que sigues cuidándote, en plena recuperación. Y me preocupa que eso signifique la pérdida de interés en el blog. Y me voy, pensando.
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Dentro de unos días, querida; aún no estoy al cien por ciento.
Gracias infinitas por estar aquí y por el impulso que me brinda tu sola presencia.
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Sabes que aquí estoy, dentadura en mi piedra, esperando.
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Siento enormemente lo que te ha ocurrido, Borgeano. Es importante contar, cuando la vida se nos puede ir en minutos, con la persona que, además de amarnos, es capaz de gestionarla entre resacas de emociones.
A ambos, un fuerte abrazo y el deseo de que podáis celebrar las Navidades brindando por una recuperación plena.
¡Hasta pronto!
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No sabes cuánto me alegro de que estés bien. Yo estoy saliendo de la recuperación de mi esposa de la extirpación de un carcinoma que ha resultado positiva. Le quitaron la mitad de los puntos el pasado lunes y el próximo le quitan la otra mitad. De momento me toca conducir a mi para ir a ver a su madre de 93 años que se ha roto una costilla…
¡Mucho ánimo!
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Bueno, amigo. ya ha pasado más tiempo. Desde mi anterior comentario, once días. Y aún no te vemos por aquí. Espero que te restablezcas pronto.
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Bueno, la verdad es que pasó bastante más de lo que yo quería o esperaba; de todos modos, aquí estamos nuevamente. Gracias, Ildefonso por tus palabras y tu presencia. Te mando un fuerte y agradecido abrazo.
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Me alegra saber que te vas recuperando, amigo. Gracias a esas personas que te cuidan y que están a tu alrededor. Te queremos siempre y te extrañamos mucho. Deseo que muy pronto estés bien del todo. Besos.
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