Existir es sufrir es una de las enseñanzas básicas o primarias del budismo; pero lejos de ser una mera exposición negativa de la vida, esta enseñanza es la base para una conducta que se torna, de manera casi paradójica, en optimismo puro. Como bien lo sintetizara Gregorio Marañón: Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir.
“La felicidad es de gran beneficio para el cuerpo, pero es en el sufrimiento donde se desarrollan los poderes de la mente”. Marcel Proust. El sufrimiento es inherente a la existencia, es una cualidad del alma inevitable, es doloroso, pero el ser humano sabe crecer a través de él, se hace fuerte, y en algunos casos es capaz de convertirlo en arte. A nadie nos gusta el sufrimiento, pero a todos nos gusta vivir, por eso lo aceptamos.
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Lo que dices, Mónica, es Schopenahuer puro; del cual iba a hablar en la entrada pero al que obvié para no cansar. Estoy en un todo de acuerdo con tus palabras y la referencia al arte es la síntesis final de todo este tema. Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
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Creo que sin sufrimiento no aprendemos lo suficiente. Totalmente de acuerdo con vosotros.
Mi abrazo fuerte.
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En la década del setenta, si mal no recuerdo, Watson, un psicólogo conductista, tuvo la brillante idea de que si a una persona se la criaba sin dolor alguno, iba a ser completamente feliz. El experimento lo llevó a cabo con su propio nieto y éste creció dentro de este marco «ideal»; cada cosa que quería, se le daba; cada deseo formulado era correspondido a la brevedad. El muchacho se suicidó en la adolescencia. Sin lucha no hay sentido de la vida y el sufrimiento, salvo en casos excesivos, claro, es una parte integral e importantísima de la existencia.
Un fuerte abrazo.
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Creo yo que como seres humanos tenemos esa capacidad de sentir emociones como la felicidad o el sufrimiento, y debemos vivir ambas partes porque son parte integral de nuestra vida. Tenemos que batallar día a día el estado de ánimo de nosotros mismos; es decir, con lo que somos.
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De acuerdo con eso: somos lo que queremos (o podemos) ser. La batalla de cada día es la de formarnos una y otra vez y lo que somos está formado por parte de dolor y de placer; de sufrimiento y también de esperanzas o de sueños. La opción, claro está, siempre es nuestra.
Un abrazo.
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De nuevo con tu amigo Schó. Lo peor es que es tan bueno…
Abrazos.
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Y sí, eso es lo que tienen los que saben hacer las cosas bien; siempre se vuelve a ellos de una u otra manera.
Abrazos.
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es un post hermoso!!
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Gracias nuevamente. El tema del post es una postura personal que he ido encontrando en otros escritores o pensadores; eso me hace creer que a veces pienso de la manera correcta…
Gracias por tus palabras.
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