Soñar no cuesta nada

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Pues, no; no cuesta nada y es una fuente inagotable de beneficios si se lo hace correctamente. Soñar como punto de partida para la movilización personal; para dar inicio a un camino, sea éste cual fuere. El siglo XX, como bien sabemos, tuvo de todo: las dos guerras más atroces que el hombre haya visto; revoluciones; bombas atómicas; migraciones masivas; pero también vio el germen de una revolución en las artes; aprendimos a volar y a navegar futuro-3por el espacio; expandimos nuestra comprensión del universo que habitamos (hasta la década del 20 del siglo pasado ni siquiera se conocían otras galaxias); y muchas, demasiadas cosas más que ustedes podrán agregar a cada una de las listas. Si nos fijamos bien, lo que integra la segunda lista fue producto, básicamente, de los sueños. Los hombres de aquella época ansiaban romper los límites humanos, querían volar, moverse más de prisa, mirar más allá de lo que nuestros pobres ojos nos permitían ¡y lo hicieron en ambos sentidos!, de lo infinitamente pequeño como a los incomprensiblemente grande.

Pero hoy la sensación que se tiene es otra. ¿Cuáles son los sueños del hombre actual? ¿Aparecer en una pantalla? ¿Volverse millonario? ¿Acceder a la fama sin importar el medio usado para tal propósito? No veo mucho más por allí. Lesfuturo-2 propongo un pequeño ejercicio: busquen una revista de los años cincuenta; una revista, si es posible, de temas o de información general. Estoy seguro de que verán en ella algún artículo titulado “El mundo del mañana”; “Las ciudades del año 2000”; “Los aviones del futuro”; “El hombre en Marte”; etc. Ésas eran las ideas que impulsaban el imaginario social de aquel entonces. ¿Y hoy, dónde están los sueños de futuro; dónde las ansias de avanzar, de sorprender, de crecer o de seguir volando? La verdad es que no los veo por ningún lado; sólo veo personas preocupadas por la imagen y por lo que el otro piense de esa imagen. Lejos que querer pisar la superficie de Marte parece que hoy sólo es necesario una cámara digital.

20 comentarios el “Soñar no cuesta nada

  1. Yo a veces pienso con volver al pasado. Me imagino un mundo sin tecnología aislante donde la nueva generación sabe mirar más allá de sus propias narices (dígase pantallas), y a lo mejor ahí es donde radica el problema. Hemos dejado de observar el mundo, se nos está olvidando cómo hacerlo, y soñar se ha convertido en la popularidad (crecimiento superficial) y hemos dejado atrás el espíritu de aventurarnos a lo desconocido.

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    • Borgeano dice:

      Estamos en un todo de acuerdo, Paloma; excepto en un punto: creo que tu síntesis del problema es perfecta, pero ya no podemos volver al pasado. No creo, tampoco, que volver a él (insisto, si es que tal cosa pudiese suceder) sea una buena idea. los avances científicos son sumamente útiles (fíjate, sin ir más lejos, de la posibilidad que nos brinda de poder comunicarnos y debatir ideas, cosa que nunca podríamos haber hecho si no fuese por la tecnología); el problema radica en que la tecnología avanza más rápido que la capacidad de las personas para adaptarse a ellas y para aprender a hacer buen uso de sus utilidades. Creo que el abuso de las redes sociales y de los medios de comunicación masivos es pernicioso pero que esta culpa es nuestra, no de ellos. Por mi parte hace seis años que no tengo una T.V. y vivo perfectamente bien sin ella ¿qué necesidad hay de permanecer horas y horas sentado frente a una pantalla que, encima, te miente? Otro problema que se ve en todos lados hoy en día y que es otro ejemplo patente de esto que estamos hablando es que nadie ve nada si no es por medio de una pantalla. Todos vana un concierto y lo ven a través de la pantalla de su celular; van a la cima de una montaña a tomarse fotos y una vez que lo hicieron bajan sin haber observado el paisaje.
      «Hemos dejado atrás el espíritu de aventurarnos a lo desconocido». Totalmente de acuerdo con tus palabras pero, si me permites la referencia personal, es por eso que pienso y escribo sobre estos temas. Hace más de dos años que me cansé de todo, dejé mi casa, mi país, dejé todo y salí a la ruta con sólo un bolso y una mochila. Hace años que sólo vivo con eso. Y no me he arrepentido ni un solo instante de haber tomado esa decisión.

      Un abrazo y gracias por estar aquí.

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      • Es cierto, no podemos volver al pasado, ni podemos deshacernos de la tecnología que como bien has dicho, gracias a ella podemos comunicarnos como lo hacemos ahora. Estoy de acuerdo contigo también en cuanto al daño que nos hacen los medios de comunicación y admiro tu decisión de no tener TV, aunque ahora los disparos mediáticos no se reduzcan a esa vía.
        Cuando hablaba de la nueva generación, me estaba refiriendo también a mis hijos. Es mi responsabilidad guiarles y enseñarles a que no se dejen llevar por lo que tienen a su alcance, para que aprendan a vivir esta vida despiertos y no como unos zombies más del conglomerado. Es una tarea muy dificil, porque la presión está por doquier, y cuando decía lo de volver al pasado, a eso mismo me refería, a esa simplicidad que había de salir a jugar, a pasear, a leer sin distracciones, … Los ejemplos que has puesto son muy claros.

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  2. Cuando tu vida se convierte en sueño (dormidez de conciencia), en el sentido de no vivir la realidad, dejas de tener sueños precisamente porque el sueño social inducido en la mente anula nuestra capacidad ensoñadora (creadora). Así, como bien dices, ya no soñamos… pocos sueñan un mundo mejor, otros retos. La mayoría anda atascada en el bucle estético-consumista. Esa sensación aparente de felicidad que da lo material, es solamente eso, apariencia.

    Aparte, ayer comencé a leer el libro de Hofstadter: Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle.
    Es impresionante.

    Un abrazo

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    • Borgeano dice:

      Vivimos, como bien dices, en un mundo de pura apariencia. Qué fue primero, si el huevo del conformismo o la gallina de la «dormidez» (me gustó tu neologismo) es otro problema no menos importante pero que debería tratarse en otro momento. Tu comentario, perfecto como siempre (en ese sentido me tienes malacostumbrado; es un lujo leerte, siempre) no admite más añadidos. Si hoy hay alguien que aún sueña con otras cosas más allá de las que meramente nos rodean día a día, queda oculto bajo la montaña de trivialidades que nos invaden a cada momento. De allí la necesidad personal de aislarse (debería escribir «aislarme» porque hablo puntualmente de mí).
      Y me alegra que estés abocado a Gödel, Escher, Bach; si hay alguien de los que conozco que va a disfrutar ese libro, eres tú. ¡Bienvenido al club!

      Un abrazo y gracias por estar aquí.

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  3. Por mi propia experiencia, los sueños me han salvado siempre, y muchos se han hecho realidad con los años. Se necesita tiempo, sueñas por ejemplo visitar un lugar, ver en un libro un árbol gigante de California y en ese momento dices, cómo me gustaría verlo al natural, estar allí, y lo olvidas y luego el tiempo, las circunstancias te llevan allí mismo, y te das cuenta que lo soñaste cuando eras niña, cuando tu abuela te enseñaba a leer, eso para mí es sorprendente. Dos de mis sueños de infancia se cumplieron tan mágicamente en mi vida que tal vez si no lo hubiera soñado no lo hubiera vivido. Soñar es imprescindible para escribir, para amar, para ser, sin sueños no es posible la creatividad. Y los sueños nos sacan de los momentos más tristes. Sin duda. Un fuerte abrazo, me ha encantado una vez más, leerte.

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    • Borgeano dice:

      Pensando en el tema general, en los sueños como concepto social, no me había dado cuenta que ello podía aplicarse también a lo personal y déjame decirte que me encanta esa idea. Tienes toda la razón al plantear este punto de vista; los sueños personales son los que nos impulsan en uno u otro sentido ¡Es una idea brillante! Además, lo hacen sin que seamos conscientes de ello… ¡Todo cierra! He revisado mi pasado a la luz de tu comentario y veo que sí es muy probable que muchos de los pasos que he dado en mi vida (o que aún estoy dando) se deban a sueños que he tenido en mi infancia o en mi juventud.
      Julie, has iluminado mi día con tus palabras. Ya me dejaste tema para pensar todo el fin de semana (y como me conozco, sé que lo haré; que daré vueltas a la idea para observarla de uno y otro ángulo; bajo una y otra luz y no sabes lo feliz que me hace esto). Un solo hecho personal (para no volver esto una sesión psicoanalítica donde nos dedicamos a recordar cada aspecto de nuestra infancia): hace tres décadas vi un documental sobre las mariposas Monarca, las cuales cada año emigran miles de kilómetros (desde Canadá hasta el centro de México) y vuelven pasado el invierno. Mi fascinación fue tanta ante aquel hallazgo que recuerdo haber utilizado a las mariposas Monarca para un cuento que escribí en aquel tiempo. Bien, mañana me llevarán al santuario de esas mariposas aquí, en México ¡Treinta años después! No sé si será el azar o, tal como tú lo planteaste, es el hacer realidad un sueño de juventud; de allí que sé que esta idea no me dejará en paz a lo largo del fin de semana y quizás más allá.

      Un fuerte abrazo.

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      • Un día, en mi juventud y buscando datos de Sopetrán en la Enciclopedia Espasa, busqué la palabra Sopetrán y recuerdo que decía, entre otras cosas… «Municipio de Colombia… etc. etc.
        Yo viviía entonces en el Sopetrán de España, y recuerdo que empecé a soñar y me dije ¿Cómo será este lugar, sus gentes, sus costumbres, su orografía…? Soñé muy despierta con este lugar y han pasado muchos años y cuando menos lo esperaba añadido a otros hecho que han ido sucediendo, el pasado año, conocí Sopetrán de Colombia, incluso me hicieron hija adoptiva de la ciudad. Mi sueño de adolescente se hizo realidad y se ha realizado con creces.
        Cuando era niña mi abuela me mostraba siempre un libro donde había un árbol enorme, en el tronco había una grande obertura y podía pasar un coche aquello me sorprendía tanto cuando era niña que el libro me parecía fantástico y lo tenía un cariño especial a esas páginas. Pasaron muchos años, ya me había olvidado de mis sueños pasando y conociendo a tan fantásticos árboles y la vida, un día me llevó a California y conocí al vivo aquel sequoia de mis sueños. Así podría enumerar una gran lista que todavía hoy, me parece mágica. Y como tú bien dices… es una fuente inagotable de beneficios. Me alegra saber que te hará pensar sobre ello, sabemos tan poco de nosotros mismos Borgeano! Un fuerte abrazo y deseo que te impresionen las mariposas, estoy segura que ellasí harán realidad aquellos sueños de tu infancia.

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      • Borgeano dice:

        ¡Recuerdo ese árbol! En casa de una tía había una enciclopedia que se llamaba «Lo sé todo…» (un volumen era «Lo sé todo de América» otro «Lo sé todo de química», etc. ya te darás una idea de qué iba el asunto); la cuestión es que cada vez que íbamos a visitarla yo me perdía en esos volúmenes que siempre tenían algo que me sorprendía. Recuerdo el dibujo de ese árbol y al auto atravesándolo. También al lado había una persona parada, para dar una idea del tamaño. Si llega a ser la misma enciclopedia creo que voy a desmayarme de puro placer ante la casualidad.
        Sí, entiendo a la perfección lo que dices, creo que podría dejar varios ejemplos aquí de cosas que he visto o soñado de pequeño y que pude conocerlas o verlas de adulto (el Museo de la Nasa, por ejemplo; o cruzar el canal de Panamá, entre otros). Como te dije en el comentario anterior, me diste mucho en que pensar y ya he estado tomando notas sobre todo esto.
        Gracias nuevamente y nos vemos el lunes (ya he dejado programada la entrada para mañana, ya que saldremos muy temprano de aquí).

        Un abrazo.

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      • Estoy deseando saber tus impresiones cuando te vean entre las mariposas monarca. Es una experiencia única en la vida. ¿Fuiste Al Rosario a verlas? En cuanto al libro, no recuerdo su título pero tal vez podría ser el mismo. Mi abrazo.

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  4. Lina_Nefelibata dice:

    Pienso que en los últimos años estamos asistiendo a un auge de las nuevas tecnologías que no nos da tiempo a asimilar. Un teléfono móvil se vuelve anticuado al poco de comprarlo y lo peor es cuando se vuelve incompatible con aplicaciones, etc. Después esta lo de la seguridad de tus datos y los hackers. Y luego está el campo de batalla donde las grandes potencias libran un nuevo tipo de guerra, el ciberespacio. Todo ha ido tan deprisa, que perdemos el interés por todo lo nuevo porque tal vez se nos vuelve opaco y espeso. Entonces ¿como volver a soñar con surcar el espacio, pisar otros planetas, con vivir en la luna? o ¿como evitar pensar que las ciudades del futuro lejos de parecerse a la de los dibujos de los supersónicos, se parecerán muchas de ellas a chernobil…? Sea como sea, la verdad es que no podemos consentir dejar de soñar con un futuro mejor, lleno de sorpresas (buenas) solo que ahora tenemos que hacer un esfuerzo extra. Un abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Tienes muchísima razón en tu análisis, Lina; todo hoy es tan etéreo, todo dura tan poco que no tenemos tiempo de pensar en términos mayores de los que dura un electrodoméstico (lo cual además de triste es peligrosísimo). Pienso en que tal vez allí encontremos la puerta por donde han ingresado las filosofías orientales; ante tanto vacío como el que promueve occidente, las filosofías orientales, con su paz, su tranquilidad, su quietud, su paciencia, sean las que estén ocupando el espacio humano que los objetos no nos están dando. Tu comentario tiene mucha relación con el de Xabier Novella; es decir que hay una mirada útil contra fútil o espiritualidad contra consumismo… Es un tema interesantísimo que me gustaría desarrollar más. Gracias por ayudarme a pensar.

      Un fuerte abrazo.

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  5. Vaya por delante mi enhorabuena por este artículo.
    Creo que clos sueños siguen siendo el motor de la esencia humana, sin bien es cierto que hay gentes que se encargan de desbaratarlos o, simplemente, los anulamos nosotros mismos ante tanto panorama de destrucción de ilusiones.

    Con tu permiso escribo unos versos de un poema mío:

    «Si un día tu sueño deja de serlo
    porque alguien que dice quererte bien,
    se afana en contagiarte una realidad herrumbrada por sus temores,
    y avinagrada por sus experiencias,
    lo mejor que puedes hacer es ignorarlo
    e intentar descubrir, por ti mismo,
    la realidad de tu sueño»

    Gracias y que las mariposas monarca sean motor y vuelo de tus ilusiones.

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    • Borgeano dice:

      Gracias, Isabel, por tus siempre acertadas palabras (creo, aparte, que si tuviera que darte cinco euros por cada vez que te digo gracias hoy serías un poquito más rica. Lamento ser demasiado pobre económicamente como para poder compensarte de esa manera).
      Fuera de bromas y volviendo a lo que dices, estamos de acuerdo en que los sueños son el motor de la esencia humana; de allí, tal vez, que hoy veamos más entes vacíos que seres humanos completos en su esencia (esto tiene relación con mi entrada de hace un par de días, Resurrección, donde hablo del narcisismo que veo a mi alrededor de manera constante) y eso no es sólo triste, sino peligroso, ya que una sociedad donde la gente no ve al otro como un otro sino como un objeto es la leña bien seca y dispuesta para la hoguera de la violencia gratuita (atando con un hilo delgado el ejemplo, ayer leí un caso de un muchacho que mató a su pequeña hija porque ésta, jugando, le rompió el teléfono celular).
      Espero equivocarme y que todo no sea más que la vieja costumbre de alguien que se está volviendo viejo y que tal vez no comprende el nuevo mundo que lo rodea.
      Gracias por compartirnos un fragmento de tu poema; sabes que me gusta la poesía cuando dice algo más que sólo algo bonito. Sé que esto no debería ser necesariamente así (bueno, también disfruto de la poesía por sí misma); pero ese es un tema que dejaremos para otra ocasión. Bienvenido sea el fragmento que nos compartes.

      Un fuerte abrazo y gracias otra vez.

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  6. luluviajera dice:

    Hay sueños que se cumplen en lo personal y sí creo que los sueños existen (como proyección al futuro) para cada quien. Y sí, es bien cierto lo que dices: en estos tiempos la tecnología a rebasado los sueños de muchos jóvenes, ahora todo es verlo a través de una pantalla y a esperar a ver que otra cosa nueva sale al mercado. En general ya no quieren esforzarse por soñar o por ser mas creativos. Yo sí quiero seguir teniendo sueños.
    Un beso.

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    • Borgeano dice:

      Sin sueños no seríamos más que máquinas prácticas y poco más. Por mi parte, creo que sin sueños no podría dar ni dos pasos; ellos son los que mueven cada centímetro de mi cuerpo en una u otra dirección. Es una pena que los jóvenes hoy vivan sólo pensando en lo trivial y en lo circunstancial; creo que de seguir por ese camino van a sufrir mucho en el futuro. Deben soñar, creer en algo más allá de la mera apariencia de una fotografía en una red social.

      Besos mil.

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  7. Siempre un sueño, una ilusión, una meta que alcanzar, un reto que conseguir…, esa es la sal y la pimienta de la vida, eso es estar VIVO. ¿o no? Saludos.

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  8. danioska dice:

    Mi sueño, descabellado, antipopular, reaccionario, es poder ser invisible de vez en cuando.
    Qué rico.

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