La Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca se encuentra al este del estado de Michoacán y parte del oeste del Estado de México. Llegar hasta allí desde Morelia implica unas tres horas de ruta sinuosa. La reserva fue creada para proteger el entorno natural y hábitat de la mariposa monarca y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008. Me hacía mucha ilusión saber que iba a visitar la reserva y tal vez eso me jugó un poco en contra. La visita no fue tan espectacular como lo esperaba, pero de ninguna manera puedo decir que no fue maravilloso el haber estado allí. Las mariposas, en esta época del año, vuelan por miles a lo largo y ancho del enorme santuario; pero sólo lo hacen cuando el sol está a pleno, cuando la luz y el calor se filtran en el cerrado bosque michoacano. El día en que pude ir, por otra parte, estuvo nublado y frío, con eventuales apariciones del sol; y allí sí que pude verlas desplegar su encantador vuelo (ver volar una mariposa tal vez no sea gran cosa; ver volar a miles en el mismo sitio es algo que una de esas cosas que no se olvidan tan fácilmente).
Llegamos al parque por la mañana temprano y subimos los casi tres kilómetros hasta el Santuario el Rosario (en total son cinco) en silencio. Las nubes cubrían el cielo (lo cual no es extraño si pensamos que nos encontrábamos en una montaña a unos 3000 metros de altura) y al comenzar la caminata también soportamos una ligera lluvia, la cual no duró
demasiado. Entre los muchos datos que sorprenden, tal vez el mayor sea el saber que las mariposas Monarca realizan un viaje migratorio de alrededor de 4000 kilómetros entre Canadá y esta precisa zona mexicana, donde los bosques de Oyamel (una variedad de pino de tronco delgado y notable altura) les brindan la protección que necesitan.
A lo largo de la subida hay carteles informativos sobre el ciclo de vida de las mariposas; fue allí que me enteré de que las mariposas que llegan aquí son las que para hibernar durante unos tres meses.
forman la llamada Generación Matusalén. Cuando se acerca el otoño, en los sitios de Canadá y Estados unidos donde vive esta mariposa, surge esta generación especial que se caracterizará por su largo período de vida. A diferencia de sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos que tendrán vidas efímeras (de cuatro a cinco semanas) las mariposas migratorias vivirán hasta ocho meses y serán quienes realicen el viaje de miles de kilómetros de largo.
La verdad es que es una experiencia única el estar en un sitio como ese. He tenido la oportunidad y la suerte de haber ido varias veces y me es difícil de explicar la satisfacción de ver a la madre naturaleza en toda su extensión de vida. Cuando uno ve miles o millones de mariposas en un mismo lugar, hibernando y reproduciéndose no encuentra palabras para describirlo. ¡Qué lindo es mi estado! Lo digo sin sin presumir o hacer alarde de ello; sólo que me hace feliz saberme rodeada de todas estas maravillas, del mismo modo como sé que otros países o ciudades también tienen lo suyo propio y maravilloso.
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Es, como dices, una experiencia única, sin duda. Yo espero poder ir nuevamente y verlas en todo su esplendor. Si bien es cierto que muchos países tienen cosas importantes o maravillosas, ésta en particular tiene demasiados puntos originales como para ser declarado como único.
Gracias por compartir todo esto.
Besos.
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Es una experiencia única que también he vivido una vez allí, justo allí en Michoacán, en Rosario y por eso quiero decirte que me alegra mucho que lo hayas experimentado. La mariposa Monarca no es como las demás, así lo experimenté yo y el viaje ya merece la pena sólo por ver esos bosques, esos caminos interminables, la majestuosidad de la naturaleza y el compartir el lugar con ellas, con sus dos vuelos en vertical y horizontal que nos hace pensar en lo que somos, en cómo nos arrastramos por el barro y cómo nos elevamos en busca del calor, de la luz del sol… Me alegra mucho que lo hayas vivido, amigo y que vuelvas, porque eso es lo que tiene Michoacán, que siempre vuelves y siempre descubres algo que no habías vivido antes. Mi abrazo fuerte.Y mi felicitación.
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Desde el primer momento disfruté del viaje; para mí salir a la ruta ya es motivo de alegría, y en este caso lo fue mucho más. Luego, creo que puse el listón demasiado alto y, como dije en la entrada, el día no fue el mejor que podía esperarse. De todos modos la sensación de maravilla no se me quita ni se me quitará. Estoy muy agradecido por haber podido vivir esta experiencia y espero poder vivirla de manera completa ne algún otro momento. Por lo pronto hoy vuelvo a salir de viaje por una semana, así que si no respondo los mensajes de manera inmediata no es por mala fe, sino por falta de conexión.
Un abrazo.
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Feliz viaje amigo. Mi abrazo fuerte.
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Es algo grande el mundo pequeño, ese del que la mayoría de las personas ignoran su potencial. La mariposas monarca es uno de los millones de ejemplos de vidas minúsculas que la naturaleza guarda.
Esperaba ansiosa tus noticias, y me ha gustado mucho tu actitud positiva ante la adversidad. Estamos acostumbrados a programar y que todo salga como esperamos, pero no, la naturaleza y los seres que la pueblan tienen sus ritmos y los siguen fielmente.
Gracias, has hecho un magnífico reportaje a la vez que sencillo.
La foto que aportas es muy bonita.
Un fuerte abrazo.
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Olvidar lo maravilloso que puede ser el mundo es algo que pasa a menudo, incluso para aquellos que solemos hacer el esfuerzo de no olvidar eso que es tan importante y fundamental. La sociedad te impulsa a llevar un ritmo donde todo esto queda olvidado en el desván de las cosas fútiles, y así le va a la humanidad, habitando burbujas que explotan demasiado tarde.
He tomado nota de esa actitud mía al ir a ese sitio del que ya veníamos hablando de antes y me ha dado tema para un pequeño apartado en un libro sobre viajes en el que estoy trabajando. Creo que ello también es un error común, pero en el que no suelo caer a menudo (el mismo azar me ha ido entrenando al respecto): ir a un sitio determinado con demasiada información y excesiva expectativa. Hay que ir virgen, sabiendo lo mínimo posible. De hecho, al regresar encontramos unas ruinas que no conocíamos, y fue algo maravilloso, tal vez, precisamente, porque nada sabíamos de ellas (la entrada está programada para dentro de tres días, si mal no recuerdo. Como le dije a nuestra común amiga Julie, esta misma noche salgo de viaje por una semana y ya dejé todas las entradas programadas. Aprovecho la ocasión para avisarte de que si no respondo o no los visito por estos días será porque ando por algún lado (vaya uno a saber dónde) y no por mala fe).
Mañana va una segunda parte (y final) sobre este tema de hoy.
Gracias nuevamente por tus palabras. Te mando un fuerte y cálido abrazo.
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No me caansaré de decir cuan hermosa es la naturaleza. Me apasiona viajary lo hago cuando puedo. Las grandes ciudades muchas veces son interesantes por sus museos, historia, edificios dignos de ver…pero nada como la naturaleza… Bryce Cañon, Gran Cañon…cataratas como las de Niágara.. Victoria (que en breve visitaré).. en fin una largísima lista. En cuanto a las mariposas Monarca, he visto algunos documentales… que espectáculo! … ojalá pudiese estar ahí!
Disfrútalo!!!!!!!!!!! Además, me encantan las mariposas Monarcas u otra especia.
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Fantástico reportaje!!
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¡Gracias, Cristina! Fue fantástico haber estado allí, espero poder volver antes de que se vayan a Canadá y disfrutar de ese santuario con ellas volando alrededor mío. ¡Crucemos los dedos! (Al margen, me disculpo por la demora en responder; acabo de llegar de una viaje de casi diez días y recién voy a ponerme al día con los comentarios. Las entradas las dejé programadas antes de irme).
Un abrazo.
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