Acabo de ver este video en una red social y no salgo de mi asombro; pero no por lo que se ve en él, sino por la reacción de la gente. Sintetizo: Josete es un hombre de poco más de cincuenta años que cuida coches en la calle y al que los integrantes de una peluquería le cambiaron el look. Pueden ver uno de los tantos videos que están corriendo por el mundo entero aquí.
Bien. Me alegro por Josete y su nuevo presente. Según tengo entendido, a Josete le han abierto un correo electrónico para recibir ofertas de trabajo y una empresa o un empresario ya le está pagando la renta del sitio donde vive. Además, como habrán visto, ha recibido el beneplácito de los transeúntes y de los vecinos.
Ahora, ustedes me disculparán, pero para mí todo eso es una basura. Una basura que nos desnuda como sociedad y que nada tiene que ver con ese buen hombre. Me pregunto qué diablos le sucede a la gente, a todos aquellos que viven hablando de igualdad y de equidad (palabras que no son sinónimos, por cierto) y que aún continúan siendo hijos de las apariencias. Josete es la misma persona antes y después del corte de cabello y de la tintura; somos nosotros, la sociedad toda quienes consideramos a uno mejor que al otro. Somos nosotros quienes no le prestamos la debida atención o la ayuda que necesita ese hombre de cabello y barba blanca mientras que nos orinamos encima ante la vista de un moderno hipster.
¿Y qué sucede con esas personas que viven en la calle y no tienen quien les regale un corte de cabello y los convierta en centros de la estupidez mediática? ¿Qué sucede con el hambre y el frío de los migrantes? ¿Qué sucede con los niños que trabajan desde que despunta el sol para que sus padres no los muelan a palos si no llevan algunas monedas? ¿Qué sucede con nuestros viejos, esos que dieron todo en su momento y a los que hoy nadie presta la menor atención? ¿Cómo hacemos para volverlos visibles?
Los dueños de esa peluquería que no voy a nombrar aquí hicieron un excelente negocio; por un corte de pelo y un poco de tintura lograron una publicidad que de otro modo les hubiese costado millones. Josete será olvidado pronto, por desgracia. Mientras tanto, los imbéciles seguirán aplaudiendo las apariencias mientras el frío, el hambre y el abandono que no se muestran en las redes ni en la TV será la moneda diaria de millones.
Lamentablemente, las apariencias si importan.
Esta sociedad aparte de acomodaticia es manipulable y superficial, así que todo entra por los ojos. 😦
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Sí, importan y soy consciente de ello (es decir, soy un habitante de un país occidental en el siglo XXI, de manera inevitable); pero lo que me molesta es cuando se llevan estos asuntos a extremos como el de la entrada. Pienso en ese mismo hombre antes del cambio y molesta el hecho de que no se lo haya ayudado sólo porque era un hombre que necesitaba ayuda. Después, claro está, todos somos admiradores de una imagen cultural determinada; pero cuando eso se limita a vestirnos bien para agradarle a nuestra pareja, por ejemplo, no me parece que haya nada de malo en ello.
Un abrazo.
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Lo podías haber dicho más alto, pero no más claro. Ayer mismo vi un reportaje en televisión donde se presentaba la idea de venderse a sí mismo para encontrar un buen puesto de trabajo, y lejos de centrarse en la preparación académica o en concretar los valores humanos positivos. Lo que se exponía como más importante, es la apariencia ya que, según sus propias palabras: «esto condiciona a las personas con las que interactúas» Lo peor de todo, es que creo que tienen razón en la mayor parte de los casos… que pena. Un abrazo
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Sí, importan y soy consciente de ello (es decir, soy un habitante de un país occidental en el siglo XXI, de manera inevitable); pero lo que me molesta es cuando se llevan estos asuntos a extremos como el de la entrada. Pienso en ese mismo hombre antes del cambio y molesta el hecho de que no se lo haya ayudado sólo porque era un hombre que necesitaba ayuda. Después, claro está, todos somos admiradores de una imagen cultural determinada; pero cuando eso se limita a vestirnos bien para agradarle a nuestra pareja, por ejemplo, no me parece que haya nada de malo en ello.
Un abrazo.
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