En una de sus más bellas novelas, La rebelión de Atlas, Ayn Rand escribe «Cuando adviertas que para producir necesitas la autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y las influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un sacrificio personal, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que tu sociedad está condenada.»
Bueno, si hablamos de sociedades condenadas, creo que no hay muchas que puedan quedar por fuera de este diagnóstico. Las cuento y veo que tal vez me sobren dos dedos, cuanto mucho.
Reproduzco el texto de una pintada en una pared del pueblo de Esparreguera:
«NO ES BUENO ESTAR ADAPTADO A UNA SOCIEDAD ENFERMA»
Creo que refleja con certeza lo que hoy se vive.
Gracias por compartir este texto, querido amigo.
Abrazo
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Es exactamente a eso a lo que hacía referencia Huxley, sin duda alguna. Para algunas personas cercanas soy «el tipo que se queja demasiado»; pero íntimamente sé que tengo razón. En esos casos suelo preguntarme «¿Cómo es posible que esta gente acepte todo aun cuando es injusto o cuando los afecte de manera directa sin proferir una sola queja?»
Abrazo.
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