Reencuentro con Ítaca

Viaje

“Después del tiempo ascendente del deseo y del tiempo excitante del acontecimiento llega el tiempo descendente del retorno. No hay viaje sin reencuentro con Ítaca, que da al desplazamiento su sentido mismo”. Dice Michel Onfray en su Teoría del viaje. La referencia directa que se encuentra es el poema homónimo de Konstantinos Kavafis (o Cavafis, según la grafía que se use); allí Kavafis termina diciendo “entenderás ya qué significan las Ítacas”; es decir que Ítaca es la patria (sea ésta ciudad, país o persona) a la que siempre volvemos cuando regresamos de un viaje o cuando pensamos en el viaje como regreso. Esa Ítaca deseada es la referencia que le da sentido a nuestro viaje; sin ella nuestro deambular sería un nomadismo eterno, un constante derrotero sin otro destino que el emular al judío errante.
Así, entonces, podríamos entonar los versos de Kavafis con otro ímpetu:

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
[…]
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
[…]
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
[…]
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

Para leer el poema completo, pueden ir aquí.

16 comentarios el “Reencuentro con Ítaca

  1. A mi memoria vino el recuerdo de «Viaje a Ixtlán» de Castaneda, el viaje como metáfora de la vida, el viaje que nunca termina…

    Te dejo una versión del poema versionada por el cantante Lluis LLach, canta en catalán pero está con subtítulos en castellano.

    Abrazo viajero, siempre viajero

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    • Martes de cuento dice:

      ¡Te has adelantado! 😀 😀 😀

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    • Borgeano dice:

      no he leído a Castaneda, pero conozco la polémica desatada en torno suyo. De todos modos el significado del viaje es totalmente válido.
      Con respecto al tema de Llach (al que conocí el mismo día que a María del Mar Bonet, dicho sea de paso, ya que fue uno de los invitados a ese magnífico concierto en el que ella celebró sus treinta años de carrera), te agradezco que me lo hayas dejado, ya que es una versión magnífica (por cierto ¿es posible que haya usado dos poemas diferentes de Kavafis? La segunda parte, aunque relacionada, parece de otro texto); los puentes instrumentales o corales le dan un tono más que sugerente. Gracias por eso.

      Un fuerte abrazo.

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      • Independientemente de la polémica sobre el autor siempre me cautivó el sentido último de la obra y, como el autor lo enlaza con el poema de Juan Ramón Jiménez «El viaje definitivo».

        La primera parte es una adaptación de Carles Riba y de Lluis Llach, del poema de Kavafis.
        La segunda parte de la canción es de Lluis Llach inspirada en el texto de Kavafis.

        Un abrazo

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  2. Martes de cuento dice:

    Para mi esa Ítaca es el puerto final de nuestras vidas. Es el puerto al que llegamos, inevitablemente, después de nuestro largo (o corto) recorrido por el mundo, las experiencias que acumulamos, los monstruos que hallamos…
    Sea como sea, este poema, que conocí muy joven gracias a Lluis Llach, me acompaña siempre en mi viaje.
    Hay autores, como es el caso de Kavafis, que aunque hubieran escrito un solo poema en su vida, serían igualmente inmortales. En este sentido, me viene a la mente Manrique y sus coplas, en las que también habla de puertos finales 😉
    ¡Feliz sábado! 😉

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    • Borgeano dice:

      En todo de acuerdo, Martes (¿puedo decirte Nona?). Es por eso que señalé que esa Ítaca personal bien puede ser un país, una ciudad o una persona; cada cual regresa a su nido, podríamos decir. Creo que al final de nuestras vidas querremos estar allí, para poder partir con mayor tranquilidad.
      Este poema de Kavafis, como bien señalas, es suficiente como para brindarle la inmortalidad literaria, aunque fuese lo único que hubiese escrito.

      Un fuerte abrazo.

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      • Martes de cuento dice:

        Claro 😉 Nona es mi nombre, el que está impreso en mi DNI. Lo de Martes fue… bueno, otro día te lo cuento, que luego los comentarios parecen enciclopedias 😀 😀 😀 😀
        Al final de mi vida, como diría Borges, me gustaría encontrar una gran biblioteca. Esa es mi Ítaca 😀 😀 😀 😀

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      • Borgeano dice:

        Pues yo también lo espero; sobre todo porque allí encontraríamos, también, al propio Borges, entre otros (Ya lo dijo él mismo: «Yo, que me figuraba el paraíso bajo la especie de una biblioteca).

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      • Martes de cuento dice:

        😉

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  3. […] a través de Reencuentro con Ítaca — El Blog de Arena […]

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  4. Recordar a Kavafis es como hacer un descanso en el viaje… Me recordaste uno de los poemas más hermosos que yo he leído nunca:LAS VELAS, del mismo autor y que también podríamos asociarlo al viaje…

    VELAS

    Los días del futuro se alzan ante nosotros
    como una hilera de velas encendidas-
    doradas, vivaces, cálidas velas.

    Los días del pasado quedaron tan atrás,
    fúnebre hilera consumida
    donde las más cercanas aún humean,
    velas frías, torcidas y deshechas.

    No quiero verlas; su aspecto me aflige,
    me aflige recordar su luz primera.
    Miro ante mí las velas encendidas.

    No quiero volverme, y estremecerme al contemplar
    qué rápidamente se alarga la hilera sombría,
    qué rápidamente crece con sus velas ya consumidas.

    Constantino Kavafis

    Mi abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Podríamos destacar, querida Julie, que este tipo de poetas es de los que hablamos cuando decimos que ya no se escribe con la mirada puesta en la belleza, sino en el propio ombligo (me refiero a lo que decíamos el otro día con respecto a la poesía actual). Es por ello que este poema, como Ítaca; son inmortales porque le hablan a la humanidad toda, no porque sean simplemente bonitos (aunque belleza es lo que les sobra, además).
      Gracias por compartir este otro poema magnífica de uno de los grandes.

      Un fuerte abrazo.

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  5. «Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Ítaca verde y humilde. El arte es esa Ítaca de verde eternidad, no de prodigios». Esto cuenta Borges en El hacedor, y siempre me pregunté: ¿Y si tuvieras que resignarte a tu Ítaca verde y humilde? ¿ y si no hubiera un viaje? Supongo que habría que amarla como una Ítaca de verde eternidad. Porque hay viajes que no lo son, como hay viajes sin aventuras ni prodigios. Hay tantas vidas y tantos caminos en cada vida.. Pero siempre hay una Ítaca.

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    • Borgeano dice:

      Ése es el punto, Mónica; siempre hay una Ítaca, aunque uno no se mueva geográficamente del sitio de donde nació. Como dije en al entrada, a veces nuestra Ítaca puede ser una persona, o cualquier otra cosa que le brinde sentido a nuestro deambular por este mundo. Siempre hay un viaje, si queremos hacerlo.

      Un abrazo.

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  6. […] a través de Reencuentro con Ítaca — El Blog de Arena […]

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  7. […] uno añora a su tierra y a quienes allí han quedado. Como se dijo aquí hace unos días, no hay viaje sin una Ítaca, es decir, sin un punto de referencia que es el que nos hace, en otras palabras, […]

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