Melancolías (I)

Florencio Molina Campos (1)

No soy una persona que se someta a la melancolía de manera habitual, pero de tanto en tanto —el tiempo es un cruel combatiente— uno añora a su tierra y a quienes allí han quedado. Como se dijo aquí hace unos días, no hay viaje sin una Ítaca, es decir, sin un punto de referencia que es el que nos hace, en otras palabras, ser.

Lo que diré a continuación es algo totalmente tangencial con respecto al tema de la melancolía, ya que si tuviera que hacer referencia a ella de manera directa debería hablar aquí de personas físicas y de relaciones demasiado íntimas y eso es mejor dejarlo para otros momentos y circunstancias. Valga, entonces, esto como símbolo o metáfora de la melancolía o de la añoranza.

Florencio Molina Campos (91)

Florencio Molina Campos fue un dibujante y pintor argentino nacido a fines del siglo XIX; recuerdo en mi niñez que sus almanaques (de hecho, eran los Almanaques Alpargatas; nombre del calzado que se usaba en mayor medida en el campo y que aún hoy se sigue usando) colgaban de cada casa y de cada negocio de mi ciudad. Sus escenas gauchescas (precisamente, del espacio geográfico que me rodeaba en esa gran extensión que es Argentina) eran las mismas que podían verse con salir unos pocos kilómetros de la ciudad donde vivía.

Por sobre todas las imágenes, para mí lo mejor de Molina Campos eran sus caballos y veo que siguen siéndolo. Al buscar las imágenes con las que pensé en ilustrar esta entrada me encontré detenido en las que los caballos tienen una presencia más marcada. A medio camino entre la caricatura y el realismo (lo que voy a dejar aquí es más que nada una muestra de lo primero; aunque hay mucho de lo segundo en la obra pictórica de Molina Campos), sus caballos serán siempre, para mí, la firma de los trabajos de Florencio Molina Campos. Sus caballos y el horizonte como una línea eterna que se pierde en la lejanía, como en la pampa, como en la melancolía.

Para ver las imágenes en mayor tamaño, hacer clic sobre una de ellas.

 

15 comentarios el “Melancolías (I)

  1. luluviajera dice:

    Me encantaría conocer esos paisajes, recorrer esas llanuras (Yo soy de montañas y me cuesta imaginar una llanura tan extensa) y aprender de esa cultura. Gracias por compartir tu historia.

    Besos.

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  2. Creo que hay una mezcla de las dos visiones. Retrató el campo como pocos y es una marca registrada (también recuerdo esos almanaques que mencionas) La nostalgia es inevitable cuando dejaste afectos, lugares conocidos, aromas… Pero seguro que encontraste «tu lugar en el mundo» y eso es algo tan valioso, tan único… Espero que sea así…
    Un abrazo porteño!

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    • Borgeano dice:

      Es cierto, Molina Campos tiene algo de las cosas al mismo tiempo, de allí que guste tanto a un espectro tan amplio de personas (y cómo me gustaría tener uno de esos almanaques…).
      «Mi» lugar en el mundo es algo que tal vez aún no haya encontrado, pero los años pasan, uno tiene que detenerse alguna ve y lo hace donde está más cansado o donde encontró algo o alguien que lo ancla por un tiempo. La verdad es que lo que me gusta es el deambular, las rutas y los espacios abiertos pero, como dije antes, a veces el cuerpo pide un descanso.
      Gracias por tus palabras.

      Abrazo marplatense-moreliano.

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  3. Martes de cuento dice:

    Pues gracias a la melancolía que te atacó de súbito, me hiciste cabalgar por esos inmensos espacios pamperos, que siempre he deseado conocer, a bordo de esos dibujitos preciosos (creo que tú ya sabes lo que me gustan las ilustraciones). Buscaré más información sobre ese artista que has mencionado.
    Un abrazo curamelacolía, que nosotros, tus lectores, espero que seamos también para ti un pedacito de esa Ítaca lejana.

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    • Borgeano dice:

      Lo son, querida, lo son; no tengas la más mínima duda de ello.
      En realidad hay mucho material de Molina Campos en la red, ya que además de ser un notable artista, fue de esos que siempre intentó abrir las puertas a que su arte se esparciera por todos lados (al menos en la medida de lo posible por aquellos tiempos; hablamos de la primera mitad del siglo XX).
      El mismo Walt Disney viajó a Argentina en 1941 para contratarlo, y Molina Campos viajó al año siguiente para trabajar en los estudios Disney. Habían planeado hacer tres cortos, pero uno muchos roces y malentendidos que hicieron que sólo se terminaran dos y que no hubiese posibilidad de futuros trabajos (el asunto fue que cuando M.C. llegó a los estudios, ya habían comenzado a trabajar en esos cortos y las inexactitudes culturales molestaron mucho al artista argentino. Más allá de eso, todavía puede verse uno de ellos, el cual me encanta, pero sí, hay algunas cosas que no son exactas. Te dejo el enlace aquí:
      https://www.youtube.com/watch?v= guGOmGbPnlw
      (el espacio entre el signo igual y la g debes quitarlo; lo hice así para que no se pegue el vídeo aquí).
      Por cierto, el tema de Disney en Argentina da para mucho, pero no quise tocarlo aquí porque iba a desvirtuar el tema de la entrada; pero el entorno (y creo que la idea general) de Bambi fue creada en Argentina (busca el «bosque de arrayanes»). La idea de Disneyworld también fue tomada de Argentina; más específicamente de «La ciudad de los niños», que se encontraba en La Plata.
      ¿Ves? ¡Como no tener material para escribir y escribir y escribir!

      Gracias por ese fuerte abrazo curador.

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      • Martes de cuento dice:

        Estimado amigo bloguero:
        Me interesan especialmente esas dos referencias finales a la que haces referencia.
        Quedo a la espera de las correspondientes entradas 😀 😀 😀
        ¡¡Más madera!!
        ¡Un abrazo!

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  4. Hermosas ilustraciones!!

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  5. Arpon Files dice:

    Añoralgias dirían Les Luthiers.

    Supongo sí, pero por si no los tienes encontré esto: http://www.ugr.es/~rgutierr/PDF2/CAT%20003.pdf

    Haz clic para acceder a 020.pdf

    Me parecieron muy buenos

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    • Borgeano dice:

      ¡Qué maravilla ese material que me has compartido! Me hacen inmensamente feliz estos hallazgos (sí, soy de esos que sienten felicidad ante estas cosas en lugar de ser feliz al comprarme una camisa…). Ya los guardé en mi laptop y les dedicaré el tiempo que se merecen (es que una lectura lleva a la otra y esto puede tornarse interminable). En el primer enlace hay algunas imágenes que nunca había visto y eso me ha alegrado el fin de semana.
      Gracias, muchas gracias.

      Un fuerte abrazo.

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  6. Qué hermosas ilustraciones, no conocía su obra pero me parece fascinante. Conocí a una persona de un lugar llamado Casilda en la pampa argentina y ella me hablaba de las costumbres y las gentes de sus ancestros, también de su lenguaje, mi amiga Beatriz Lagos, y su papá, los conocí en California y todo el tiempo recordaban lo que tú hoy nos mencionas tan hermoso de tus raíces. Es un placer compartir estos recuerdos y ojalá encuentre algún almanaque y te lo pueda mandar. Mi abrazo y cariño y muchas gracias por darnos a conocer tan genial artista. Mi abrazo fuerte.

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    • Borgeano dice:

      Molina Campos es uno de esos artistas que nos permiten señalar tanto un punto en el mapa geográfico como en el mapa de nuestras vidas. Me alegra muchísimo la recepción que ha tenido, ya que debo insistir en el carácter personal de este placer y de estas relaciones particulares de un artista con mis recuerdos de infancia.
      Casilda está un poco alejada de mi ciudad natal (nos encontramos a unos 700 kilómetros de distancia), pero la pampa es tan abarcadora que aún así compartimos la llanura y todo lo que ello implica culturalmente.
      Agradecido, como siempre, por tu presencia y tus palabras.

      Un fuerte abrazo.

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  7. Muchas gracias, me encantan… Son de lo mejor. Besos a tu alma.

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