Los sonidos del silencio

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Foto: Borgeano

Estoy en la cima de la Pirámide del Sol, en Teotihuacán; sitio mágico al que soñé visitar desde años atrás. A un par de kilómetros se lleva a cabo un festival de música tecno. Estar en la cima de esa pirámide escuchando el tum-tum-tum, constante de la música rompe con todo el encanto del lugar. En un cenote, un grupo de personas disfruta de la maravilla del sitio cuando llegan tres muchachos con una bocina y música a todo volumen. Discuto con ellos hasta que logro hacerles apagar el aparato. En la cumbre de los Andes un grupo de gente espera ver volar a un cóndor, amo y señor del lugar; todos esperan con ansiedad y cuando el ave comienza a volar muchos exclaman un “wuuuuu…” propio de un recital de rock. En las ruinas de Tulum, en la Riviera Maya, nos cruzamos con un grupo de muchachos de los cuales uno lleva, en su mochila, una bocina con música electrónica. Como vamos en sentido contrario lo único que hacemos es bajar más rápido e irnos de allí cuanto antes. Debo irme de una playa maravillosa en Panamá porque desde los puestos de comida la playa toda se ve inundada con música de Luis Miguel. Estoy en la cúspide de una pirámide en las ruinas de Tikal; unos escalones más abajo un grupo de veinteañeros charla a toda voz sobre sus fotos de Facebook. En el Paseo de las Rosas, en Morelia; no se puede tomar un café sin que de manera constante alguien se pare a nuestro lado a tocar la guitarra, a cantar o a soplar unas hojas a modo de armónica. A veces mientras un músico está tocando ya hay otro esperando su turno apoyado en un árbol. En Perú cada local coloca bocinas hacia la calle y los dependientes vocean sus productos a toda voz y a toda velocidad; mientras tanto, los taxis pasan lentos a nuestro lado y todos tocan claxon para ver si queremos subir. En un parque nacional colombiano situado en la cima de una alta montaña aún pueden oírse las sierras de quienes talan árboles en la distancia.
Parece imposible encontrar un sitio silencioso donde haya más de una persona; el simple hecho de que dos personas estén juntas implica, sin saber bien cómo ni por qué, que debe haber música o diálogo. No pocas veces esos lugares podrían ser un sitio de paz y tranquilidad para el viajero, pero son las propias personas quienes se encargan de romper esas dos virtudes humanas. Nada puede hacerse si cerca de donde nos encontramos se encuentra, digamos, una fábrica; pero muchas veces nos encontramos en sitios donde sólo hay gente y si esta se mantuviera unos minutos en silencio, el entorno todo se vería modificado para mejor.
Viajar implica, también, el respeto al otro; y recordar que nosotros somos el otro del otro sería una de las bases con las que comenzar cualquier viaje.

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20 comentarios el “Los sonidos del silencio

  1. Te entiendo. La contaminación del ruido es demoledora, irrespetuosa, caníbal, si lo ves por la salud. Caudno aprederemos a escuchar la música del silencio. Abrazo

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    • Borgeano dice:

      Para mí es agobiante, realmente. No se puede estar en ningún lado sin que a uno se lo atormente con ruidos varios o músicas constantes. Ahora la última moda es la de poner música de fondo a los reportajes o a los informes de TV. Es el miedo al vacío de quien no piensa, de eso estoy seguro.

      Un abrazo.

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  2. mujerrealweb dice:

    Y es que se nos ha dicho aquello del silencio incomodo, como si necesitaramos llenarlo, cuando en realidad una humanidad silenciosa podría escucharlo todo!! Abrazos!!

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    • Borgeano dice:

      Es el miedo al vacío, mujerreal; observar a la gente en acción es muy interesante. Si me siento en la plaza, por ejemplo, además de que me veo violentado por música a todo volumen de los locales que la rodean (escribir sobre la plaza central de Morelia me llevaría una entrada similar a esta en extensión) veo que la gente no puede estar ni treinta segundos quietos o en silencio. Deben decir algo a quien tienen al lado o buscan de inmediato su teléfono celular. La cuestión es no estar solos con ellos mismos. Se aterran.

      Un abrazo.

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  3. Muchas veces el silencio es imprescindible, igual que otras duele… Besos a tu corazón, amigo querido. Me encanta leerte.

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  4. theburningheart dice:

    Las personas se embotan con el ruido para no tenrse que enfrentar a si mismas, porque eso significa algo desconocido y aterrador, ignorando que el Silencio es la Paz interior, que sobrepasa todo entendimiento. 🙂

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    • Borgeano dice:

      Totalmente de acuerdo. Eso es así en un cien por ciento; el gran temor de las personas es el de tener que pasar tiempo consigo mismas; de allí que se atosiguen con cualquier cosa que se les ponga adelante.

      Un abrazo.

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  5. guiomar52 dice:

    Estoy muy de acuerdo con todo lo que expresas. Dejan de ser zonas mágicas y no saboreamos el placer de escuchar el silencio. Como siempre da gusto leerte. Abrazos.

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    • Borgeano dice:

      A veces siento que me quejo demasiado, pero después sé que tengo razón (al menos en la mayoría de los casos) y sigo adelante. El ruido es molesto en todas partes, pero en esos sitios que deberían hacernos sentir o pensar de manera más particular es donde más se nota el absurdo de todo eso.

      Un abrazo.

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  6. Arpon Files dice:

    El silencio es el sol que madura los frutos del alma.

    Maurice Maeterlinck

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  7. Sin el silencio, no puede haber creatividad. Me encantó tu reflexión. Un fuerte abrazo.

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  8. Querido Borgeano, repasando los mails me he encontrado con esta entrada tuya que se me había despistado y que además tiene que ver con algo tan importante como los silencios (ambos en sintonía, como has podido comprobar en mi última entrada del blog y que hace días había publicado en Facebook), y con el respeto que se debe a la Naturaleza y a las personas. Has hecho un magnífico artículo de denuncia y reflexión. Gracias, siempre.

    Te voy a dejar un enlace por si te apetece escuchar el audio.

    https://www.ivoox.com/sonidos-naturaleza-isabel-fernandez-audios-mp3_rf_1645532_1.html

    Un fuerte abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Gracias por el enlace, Isabel; ¡y más que feliz por la sincronía! Me encantó el relato que tan bien narra ese locutor de La Voz Silenciosa (¿Es el mismo que lee los poemas de Youtube?) y claro que no puedo agregar nada a lo que allí se dice. ¡Si las personas supieran lo habitado que están de sonidos el silencio!
      Dentro de poco subiré otra entrada al respecto, ya que encontré un documental que trata el mismo tema (En realidad, éste texto es un breve capítulo de un libro de viajes que acabo de terminar).

      Nuevamente gracias por el enlace y por tus palabras.

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  9. Siempre hay quien no sabe respetar lugares o situaciones sagradas y rompe la magia con su ruido. Incluso me han dicho, que hay quien no sabe ni respetar un silencio de amor, y lo rellena con absurdas y vacías palabras.
    Abrazos en respetuoso silencio.

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  10. […] a través de Los sonidos del silencio — El Blog de Arena […]

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  11. […] a través de Los sonidos del silencio — El Blog de Arena […]

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