Hace unos días escribí una entrada sobre la cobertura que recibió el sismo que tuvo lugar en el sur de México y el norte de Guatemala. Mi molestia en aquel entonces fue sostenida y aumentada por la absoluta falta de empatía y de sentido crítico que se vio en todos los medios (no voy a hablar de las redes sociales porque éstas se manejan, básicamente, a través de los propios usuarios y, si bien estos son personas y la empatía y el sentido crítico deberían estar presentes en ellos también, si esto no ocurre así no es algo que podamos criticar, sino sólo lamentar. Por cierto, una acotación marginal: fue llamativa la cantidad de memes con bromas al respecto del terremoto. Llama la atención la velocidad con la que la gente encuentra la gracia en todo). Hablaba de la falta de sentido crítico y de empatía que se vio en los medios y voy a contar una o dos cosas de las que pude ver. Hablé en aquella entrada de dos programas de televisión abierta (Venga la alegría en TV Azteca, por ejemplo) donde con todo desparpajo se bailaba y se jugaba bajo la consigna de “No hay que ponerse triste”. Una de las notas que se proyectó fue sobre una actriz o modelo que parecía desconocer la paternidad de su hijo. Y he aquí el doble estándar que se vomita desde la pantalla. Todos sabemos que si algo así le pasa a la vecina, para el barrio ésta no pasaría de ser la puta del pueblo; pero como le pasa a una estrella lo que se escucha son comentarios del tipo «Ay, pobrecita, qué mal momento está pasando…». Ese mismo doble estándar es el que se usa para todo tipo de información. Si hay un muerto en el pueblo será noticia si es, de alguna manera, “importante” (rico, famoso, con título, etc.); mientras que si el finado es pobre, marginal, iletrado, pues será invisible para los medios.
Lo mismo vale, por supuesto, para los países. Al día siguiente del terremoto mexicano vi por internet que el huracán estaba centrado en Cuba. En la televisión y en la red lo que podía verse eran los vientos… en Miami. Era tanta la absoluta carencia de noticias que los enviados debían esforzarse por llenar el espacio con tonterías. Así se veía que uno de estos “enviados especiales” mostraba los vientos de cincuenta kilómetros por hora en Miami Beach (un huracán categoría 1 comienza con vientos de 118 km/h) mientras que en Cuba los vientos eran de más de doscientos cincuenta km/h. Pero claro, Cuba no es cool.
Como todos bien sabemos, también en la pobreza o en la miseria hay grados; y cuanto más pobre o miserable se es también se es más invisible. Así que si de cuba tuvimos muy poca información, menos aún la tuvimos de República Dominicana o de Haití. ¿A quién le importan esos países retrógrados llenos de miserables latinos o, peor, de negros miserables? No, nada de eso; mientras tanto, miremos a Miami, pobres…
Lo mismo ocurrió con el terremoto; el cual si bien tuvo su epicentro en México, afectó seriamente a Guatemala. Seré curioso ¿alguien vio algo al respecto? Seguro que no; pero ya se sabe: vale menos un guatemalteco que una palmera gringa.
Cierro con la cita de Rudyard Kapuscinski, sólo para que se nos grabe como en piedra: Cuando la información se transformó en una mercancía, la verdad dejó de ser relevante.
Así funciona la hipocresía humana. Quien controla la información maneja el mundo según sus intereses.
Kapuscinski siempre certero. Él conoce bien la miseria, como gran corresponsal que fue en zonas de guerra del tercer mundo».
Un abrazo
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La información, hoy, es el medio ideal para el control social. Bajo el aspecto de la objetividad se le da a la gente el material que se le quiere inocular y la masa, poco preparada para notar la diferencia, traga en conformidad y, lo que es peor, multiplica.
Kapuscinski es un buen ejemplo de lo que significa la información y lo que puede hacerse con ella.
Un abrazo.
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Lamentablemente cierto. Por dos imágenes que se han mostrado del terremoto, hemos visto mil veces las palmeras balanceándose en Miami. Toda la razón en tus reflexiones y denuncias.
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Tal vez no esté demás recordar aquellas palabras de Joseph Goebbels: «Una mentira repetida mil veces hacen una verdad». Hoy todo se maneja en esos términos.
Un abrazo.
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[…] a través de Los invisibles y los medios — El Blog de Arena […]
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Pensé lo mismo, máxime que tengo amigas cubanas aquí en Madrid y tienen familiares en Cuba. Tardaron mucho en saber de los suyos. Es que hay seres humanos que no venden como noticia. Desgraciadamente. Saludos.
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Bueno, entonces parece que no estoy demasiado errado; tú lo has vivido en primera persona y eso es mucho mejor que lo mío, lo cual son meras apreciaciones personales. Por cierto, lo poco que vi de Cuba también estaba manipulado, porque los «informes» a los que se hacían referencia sólo mostraban los pobre que era Cuba y que no tenían internet y que no… Es decir, cero humanismo, aún en la desgracia, política.
Un abrazo.
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Tienes toda la razón, ya hace tiempo que la información se ha pervertido. Hay muchos periodistas pero pocos dignos de ese nombre. El dinero,poderoso caballero.
Un saludo.
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Lamentablemente esto es totalmente cierto. No hay más que ver un noticiero cualquiera (no hace falta esperar a una desgracia, aunque en estos casos la manipulación se hace más que evidente) para notar que son, en realidad, programas de espectáculos. Es probable que haya un diez por ciento del tiempo de información real (manipulada o no); y el resto del tiempo hacen bromas, comentarios tangenciales, etc. Es decir, la nada pura.
Un abrazo.
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La pobreza, el sufrimiento, los movimientos migratorios, las catástrofes, el terrorismo, la muerte… se cataloga según la riqueza y el poder de los países. Vivimos en una sociedad hipócrita e insolidaria hasta en las más pequeñas cosas de la vida diaria.
Voy a permitirme escribir, y dedicarte por tu amor hacia la poesía y tu rebeldía contra las injusticias, un poema de «Luz velada» que se titula «Hasta que les toca»:
Cuando la muerte afecta a otros/ la enfermedad la tienen otros/ el hambre es desgracia de otros/ y la violencia aniquila a otros.
Cuando la lava sepulta los pueblos de otros/ la marea la tierra de otros/ el suelo atrapa la vida de otros/ y el viento se lleva la vida de otros…
Para los unos/ -que no son los otros- / la muerte es un ente lejano/ la enfermedad no es para tanto/ el hambre ni se imagina/ la violencia es aventura en la pantalla/ y la naturaleza airada, un ¡ah! sorprendido/ arrancado al fugaz espanto.
Hasta que les toca.
Solidariamente agradecido, mi abrazo de domingo.
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Qué maravilla es ese poema Isabel… ¿Lo tienes subido a tu blog? ¿Puedo hacerlo yo? Ese texto merece una entrada propia.
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Aunque lo tuviera subido al blog -que creo que no, si mi memoria no me falla- sería un orgullo para mi que lo hicieras tú y después te «llevara» con él a mi blog.
Me alegra mucho que haya acertado dándotelo a conocer.
Muchas gracias, amigo. Un fuerte abrazo.
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Estupendo, Isabel; me alegra mucho que me permitas subirlo al cuerpo central del blog. Ya mismo me pongo en ello.
Abrazo apretado.
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Para el aplauso; mejor no lo podrías haber argumentado. Lo mismo ocurre con los atentados y hechos nefastos (que no son desastres naturales): depende dónde y a quienes, la publicidad que se le dará al caso en los medios de comunicación mundiales. La verdad está solapada por la conveniencia; la cita de Rudyard Kapuscinski ya lo dice todo.
Un abrazo.
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Gracias, Poli. Tienes mucha razón en lo que dices de que esto es moneda común y que no sólo ocurre en casos de desastres naturales; en cualquier caso donde haya algún tipo de víctima siempre habrá manipulación de la información, ya que los medios hoy son empresas, no divulgadores de la verdad.
Un abrazo.
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Una preciosa reflexión!
No puedo estar más de acuerdo en todo el contenido.
Además explicado y transmitido de una menra muy esclarecedora y bien escrita!
Enhorabuena, es necesario escribir más artículos como estes que transmitan la realidad manteniendo la belleza de las palabras
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Muchísimas gracias por tu apreciación y por tus palabras, Iñaki; lo único que lamento es que sean estos temas tan dolorosos los que más nos impulsan a tratar estos asuntos cuando, en realidad, deberíamos hacerlo en todo momento, ya que la manipulación mediática es constante, no sólo en caso de catástrofes.
Un abrazo.
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muy buenos dias
muchas gracias por tus palabras.
en efecto, por desgracia la manipulación mediática es en todo momento, los que gobiernan escriben la historia. Es triste, pero a día de hoy seguimos viviendo en una dictadura del poder
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te animo a seguir lidiando esta batalla por la libertad dando voz a quienes se la roban
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Eso haremos, Iñaki, ya que estos asuntos son, para mí, una necesidad.
Un fuerte abrazo.
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me alegro
te animo a visitar mi blog
http://www.cooperacioambalegria.wordpress.com
en especial el artículo
un hombre blanco vale más que mil mujeres negras
Espero que lo disfrutes y sigamos difundiendo mensajes de jurídica
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Ya he pasado por allí, Iñaki; sólo espero tener unos minutos para leerte y comentar como corresponde.
Un abrazo.
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muchas gracias
tienes razón en que hay que leer, reflexionar, meditar bien la respuesta y escoger la combinación de palabras adecuadas para transmitir el mensaje a la vez que hacer de la escritura un arte
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es cierto que la información se ha convertido en mercancia y sólo se publicar para vender sin importar la verdad, esto es triste.
Sin embargo lo inhumano es que no nos interese y no venda saber lo que sucede en el mundo,
pues hay que recordar que vivimos todos bajo el mismo cielo
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[…] fe de ello; concretamente fue su interesantísimo artículo “Los invisibles y los medios” https://borgeano.wordpress.com/2017/09/15/los-invisibles-y-los-medios/ el que me hizo contestarle con el poema que hoy es protagonista de su blog y del […]
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[…] asunto es que, como todos saben (y los que no, podrán verlo en entradas recientes, como Los invisibles y los medios, entre muchas otras) creo que los medios de comunicación son cualquier cosa menos lo que se dice […]
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Reblogueó esto en Opinión y actualidady comentado:
¿Nos informan bien los medios? Vean está entrada de nuestro compañero Borgeano, y luego decidan…
Saludos !
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Muchas gracias, Francisco; me alaga y agrada que el texto haya sido de tu agrado.
Un abrazo.
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[…] a través de Los invisibles y los medios — El Blog de Arena […]
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