Walter Benjamin, en su Tesis sobre la historia (apuntes, notas y variantes), dice: «Marx dijo que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero tal vez las cosas se presentan de muy distinta manera. Puede ser que las revoluciones sean el acto por el cual la humanidad que viaja en tren aplica los frenos de emergencia».
Cuando hablamos de revoluciones solemos pensar en la revolución rusa, en la francesa, en la cubana o en alguna otra particular pero que siempre tendrá la misma forma identitaria: un grupo de hombres y mujeres que mediante actos más o menos violentos cambia el estado de las cosas. Eso hace que olvidemos un hecho importantísimo: las revoluciones pueden ser de cualquier tamaño y objetivo. Las revoluciones pueden ser, incluso, personales y privadas. Como he dicho aquí alguna vez, hoy en día hablar bien es un acto revolucionario.
Ahora acabo de leer un artículo que promueve algunas acciones personales para llevar adelante una pequeña revolución. Si lo hiciéramos todos las cosas cambiarían radicalmente; pero como eso seguramente no ocurrirá, lo mejor que podemos hacer es llevar adelante estos cambios nosotros. Si por casualidad la cantidad de personas es mucha será genial, si no lo es, al menos habremos ganado en lo personal y eso, insisto, es una forma de revolución.
Vayamos a la propuesta del artículo (voy a tratar de no comentar demasiado cada punto. Muchos de ellos son claros por demás):
- Cuestiona.
Uno de los puntos claros. Desde Descartes en adelante ya se sabe que hay que cuestionar todo. Incluso a nosotros mismos.
- Desconéctate.
Fundamental. Hoy los medios no sólo estupidizan, sino que adoctrinan. Cuanto más lejos de ellos, mejor.
…. 3.Evita la distracción.
- No votes por ningún partido político.
Éste es un punto delicado. Sin bien la clase política está a la baja no es menos cierto que es una mal necesario. Además un buen político es algo maravilloso, que haya pocos es otra cosa. Comencemos a crearlos, por ejemplo.
- Aprende a discernir.
Esto está relacionado con los puntos 1, 2, y 3; y la síntesis es la filosofía.
- No formes parte de ningún ejército.
Obvio.
- Es tu salud, cuídala tú (no la industria farmacéutica).
Otro punto delicado. Si bien uno puede tomar ciertas precauciones sobre la propia salud, la crítica barata y liviana sobre la industria farmacéutica no es, creo, del todo beneficiosa. Es cierto que es una de las industrias más oscuras, pero también es de las más necesarias. Sólo hagamos un ejercicio de imaginación. No tenemos que ir muy lejos, sólo 150 años al pasado y pensar cómo era la salud en aquellos tiempos. Sin aspirinas, ni penicilina ni anestesia. Imagen sólo una visita al dentista…
- Evita los alimentos industrializados.
…. 9.Deja de consumir.
Éste es el que más me gusta. Simple, higiénico y el más efectivo.
¿Servirá para algo todo esto? Sí, no me cabe la menor duda de ello. Sirve para la sociedad de todos y para la sociedad de uno. Y todo es cuestión de empezar, nada más.
Muy acertadas tus matizaciones sobre los políticos y la salud…
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Siempre hay que estar atento a las distinciones, porque este tipo de artículos suele caer en generalizaciones no siempre pertinentes.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estoy de acuerdo con los nueve: si muchos los practicáramos sería una verdadera revolución.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Y lo mejor es que no necesitamos juntarnos en una plaza para comenzar! Podemos hacerlo desde casa y cada uno de nosotros. Además, y en buena medida, es contagioso.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Hola Borgeano, tal vez no lo he entendido bien, en ese caso perdona mi ignorancia, pero ¿como deja una de consumir?
Me gustaLe gusta a 1 persona
En el momento actual en que vivimos, no consumir es imposible; pero lo que sí es posible es minimizar el consumo en un alto grado (y me refiero a un ALTO grado). Si analizamos lo que tenemos alrededor y lo que realmente necesitamos para vivir, veremos que la mayor parte de las cosas que nos rodean son superfluas. También podremos ver que la industria crea cosas con fecha de caducidad cada vez más corta y que crea, también, necesidades que no son tales. ¿En realidad necesitamos un televisor de cuarenta pulgadas? ¿En realidad necesitamos tres o cuatros televisores? ¿En realidad necesitamos quince pantalones y doce pares de zapatos? Y así podríamos seguir por un largo rato. No consumir, hoy, significa consumir lo menos posible y, en la medida de nuestras posibilidades, consumir con responsabilidad (Me refiero, por ejemplo, a si sabemos que una empresa utiliza mano de obra esclava o si tortura animales o cualquier otro asunto de gravedad).
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un consumo responsable en definitiva, por supuesto yo soy una fiel seguidora de este tipo de consumo, pero a veces se hace tan difícil saber de donde provienen los alimentos, ropa, etc que no tienes total seguridad de lo que compras. Gracias por la aclaración. Me gusta mucho tu blog. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es un tema delicado, sin duda; pero algo puede hacerse al respecto (me refiero a saber de dónde provienen las cosas). De todos modos, no hay que volverse loco tampoco, el exceso de culpa no es un buen consejero. Por mi parte –y esto corre sólo en lo personal– he reducido el consumo hasta límites que no pensé que podría llegar a conseguirlo. Lo que ha tenido esto es que de manera inmediata me brindó otros muchos beneficios adicionales: mejor movilidad, paz, más tiempo libre, etc. ¡Todo ganancia!
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que toda revolución es personal, participar de una Revolución sin revolucionarnos individualmente es hipócrita, cuando no: inocente. En realidad no me atraen los manifiestos, instrucciones, consejos o etc. que están muy de moda y pretenden fijar modelos de vida; mas supongo que proponerlos o adherirse a ellos es un acto de libertad, y hasta podría verse como gesto revolucionario, quién sabe?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Stricto sensu, no toda revolución es personal; las hay también grupales (las cuales, en general, son llevadas adelante por individuos que sí han tenido antes una revolución particular). Por otra parte, lejos de mí la intención de fijar modelo de vida alguno ¡Precisamente yo que me jacto de ser la movilidad andante! De todos modos, esta entrada es similar y tiene el objetivo de todas las demás entradas en este blog: pensar, compartir pensamientos y que cada cual tome lo que le sirva y haga lo que quiera. Precisamente, la misma palabra «revolución» lleva en su raíz etimológica la idea de volver las cosas de un lado a otro, así que nada más lejos de algo fijo en este lugar. Por mi parte no reniego ni me vuelvo loco por los manifiestos, instrucciones o consejos. Los tomo si sirven y si no, los dejo pasar.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Totalmente de acuerdo. Besos a tu alma.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Precisamente este es un tema que traté hace no mucho con un psicólogo; el cómo deberíamos aprender a observar lo que nos rodea sin dejarnos llevar por todo el bombardeo de información basura que intenta adherirse a nosotros. Tenemos que mirar el mundo y elegir con sabiduría aquello que nos sea realmente necesario y beneficioso para nuestro ser.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Excelente punto, «cuervo». Para eso, precisamente, tenemos al arte: para enseñarnos a mirar, para enseñarnos a separar lo trivial de lo realmente importante. La filosofía, claro está, también sirve (¡Y mucho!); pero quien esto escribe la considera también como a una forma de arte, así que entra en la categoría anterior.
¡Discernir, discriminar, pensar, valorar! De eso se trata.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona