Llegar al mismo sitio

 

Gregorio Marañón

Gregorio Marañón

 

Uno de los enormes placeres que me ha deparado este sitio es el de poder compartir citas de todo tipo y color. Leer algo, encontrar un fragmento en ese algo y pensar en compartirlo aquí con ustedes es un pequeño placer personal que agradezco. Esta vez le toca a un fragmento que, me atrevo a decir, tal vez sea uno de los más bellos que he dejado en esta página. Y cuando digo bello lo digo en el amplio sentido del término, desde la mera estética hasta la inteligencia y el humanismo todo. Pertenece a Gregorio Marañón; médico, científico, historiador, escritor y pensador español. El fragmento pertenece a Vocación y ética y otros ensayos (1946):

 

«Un hombre de ciencia que sólo es hombre de ciencia, como un profesional que sólo conoce su profesión, puede ser infinitamente útil en su disciplina, pero si no tiene ideas generales más allá de su disciplina, se convertirá irremisiblemente en un monstruo de engreimiento y de susceptibilidad. Creerá que su obra es el centro del universo y perderá el contacto generoso con la verdad ajena, y, más aún, con el ajeno error, que es el que más enseña si lo sabemos acoger con gesto de humanidad. Como esas máquinas perforadoras que tienen que trabajar bajo un chorro de agua fría para no arder e inutilizarse, el pensamiento humano, localizado en una actividad única, por noble que esa actividad sea, acaba abrasándose en vanidad y petulancia. Y para que no ocurra así, ha de menester el alivio de una vena permanente de fresca preocupación universal. Saber es ahondar, hundirse en las galerías subterráneas del pensamiento o de los hechos ignotos, y para que la mente no se ahogue en esas galerías es precisa la ventilación, las ventanas abiertas a otros panoramas del espíritu, en los que éste descansa y se renueva. Por eso no hay un hombre de ciencia eminente que no se haya asomado, por instinto, a otras actividades. Y es muy común que sean las artísticas, y no, como se cree, porque sean contrarias a las investigaciones, sino precisamente por lo que tienen en común. No se puede caminar en dos direcciones distintas, pero la gracia de la vida es poder ir a donde tiene que irse por diferentes caminos. Y por la ciencia, como por el arte, se va al mismo sitio: a la verdad. Además, lo que importa es el camino. El camino es el que hace entretenidos los días y gratas las noches. El fin es siempre un sueño. Y quizá el verdadero fin es nunca llegar».

10 comentarios el “Llegar al mismo sitio

  1. Don Gregorio, eminente médico, que ya hablaba en su tiempo de la diversidad sexual entre varones y mujeres. Toda la razón, recordarás que antes se era filosofo y después lo que quisieras, así tenemos que se partía de lo general a lo particular, posteriormente se hizo al reves y florearon los especialistas del ojo, después de la retina y así hasta llegar a pestañologo- exageración mía. Decia un maestro mia, los médicos después de comentar los casos clínicos, empiezan a contar chistes, por supuesto don Gregorio no es de ese tipo, Abrazo mi buen. y bella noche.

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    • Borgeano dice:

      Antes que nada, Rubén; me disculpo por no haber respondido antes; salí de viaje este fin de semana y estoy retomando este sitio y respondiendo a todos los mensajes (para mí es una obligación moral el hacerlo y, aunque tarde, siempre trato de no dejar mensajes sin responder).
      En cuanto al tema de la entrada, claro que recuerdo que antes se era primero filósofo y luego especialista… qué pena que se haya perdido esa costumbre tan saludable. Y digo «costumbre» por hablar mal, porque en realidad era una conducta, una parte más del carácter moral de esos individuos que realmente brillaban por su intelecto. Es por eso que hay que seguir abrevando en las fuentes; porque es allí donde está la verdad, esa que hoy en día está desaparecida de todos lados.

      Un abrazo.

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  2. Junior dice:

    Te felicito . Has ganado los premios. Mi enhorabuena.

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    • Borgeano dice:

      Muchísimas gracias, Junior; sin duda, eso fue debido a todos ustedes, ya que yo ni siquiera hice nada por aumentar el caudal de votos; así que debo estar más que agradecido por los votos que ustedes le han brindado a este humilde sitio.

      Un abrazo y, nuevamente, gracias.

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  3. evavill dice:

    Una maravilla de cita.
    Gracias por traerla aquí.

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    • Borgeano dice:

      Gracias a ti por estar aquí. Creo que esta cita es algo que debería tenerse en cuenta en la nueva pedagogía. Por desgracia todo parece marchar en la dirección contraria, donde cada día se crean más especialistas y menos humanistas.

      Un abrazo.

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      • evavill dice:

        No sé si has leído «La utilidad de lo inútil» de Nuccio Ordine. Trata bastante de eso. Te lo recomiendo si no lo conoces.
        Otro abrazo

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      • Borgeano dice:

        ¡Sí lo he leído! Maravilloso libro el de Ordine. De hecho, lo tengo apartado para un ensayo que quiero escribir (lo cual puede ocurrir la semana entrante, dentro de veinte años o nunca; la indisciplina es mi norma). Muchas gracias por traerlo aquí, tal vez alguien lea este comentario y se interese por ese magnífico ensayo.

        Un abrazo.

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  4. Buen consejo en esta época de especialización y división internacional del trabajo. Consuela, a los que tenemos que compaginar trabajos manuales, repetitivos, aburridos; a los que tenemos que combatir la anielación persistiendo en escribir algo, en compartir ideas, aunque pocos lo lean.

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    • Borgeano dice:

      Antes que nada, Roberto; me disculpo por no haber respondido antes; salí de viaje este fin de semana y estoy retomando este sitio y respondiendo a todos los mensajes (para mí es una obligación moral el hacerlo y, aunque tarde, siempre trato de no dejar mensajes sin responder).
      Como dices, este consejo debería ser mejor considerado; es más, creo que esta cita es algo que debería tenerse en cuenta en la nueva pedagogía, la cual, por desgracia parece marchar en la dirección contraria, donde cada día se crean más especialistas y menos humanistas.
      Yo he tenido que pasar por ese tipo de trabajos del que nos hablas, Roberto, y tuve que inventar o aprender algunos trucos para poder paliar la angustia que produce la cadena de montaje (tema del que también habla Marx, sin ir más lejos). Cuando una persona tiene en su interior algo más que un mero movimiento mecánico, debe hacer algo para salvarlo porque, de lo contrario, corre el riesgo de enfermar gravemente; y tú sabes que esto no es una broma, sino que es algo literal.

      Un abrazo.

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