Cuenta Borges, en algún lado, que siendo niño su padre le enseñó cómo funcionaba la memoria. Para ser más gráficos, su padre puso una pila de diez monedas entre ellos y le explicó que el recuerdo de algo era como la primera de las monedas; el segundo recuerdo (la segunda vez que ese recuerdo viene a nuestra mente) es como la segunda moneda pero, entre una y otra hay una pequeña diferencia: la mente no es perfecta y, si bien recuerda mucho, no recuerda todo y en ese segundo recuerdo algo se ha perdido, algún pequeño detalle es diferente. La tercer moneda ya es diferente a la segunda y bastante más diferente a la primera y la cuarta… Bueno, ya entienden cómo va el asunto; caemos, al final, en una bonita paradoja: cuando más recordamos una cosa es cuando más la olvidamos (porque es cada vez más distinta de lo que realmente fue) y cuando menos recordamos una cosa, en realidad el recuerdo es más sólido (porque está casi sin modificar).
Todo esto viene a colación a raíz de un video que acabo de ver. Se trata de la canción The Spoils, de Massive Attack y, más que la canción en sí (aunque el ritmo lento y la vocalización algo ayudaron, es cierto) lo que motivó mi posterior tristeza fue la historia narrada en las imágenes. Como no puedo evitar leer todo lo que cae frente a mí bajo el cristal de la filosofía, dejo aquí mi impresión de esta película (porque es, si queremos, una película completa).
Ella comienza como lo que es: un recuerdo completo en su mente. Poco a poco se desvanece; lentamente, lentamente, el recuerdo se torna más equívoco. Él la recuerda en diferentes ángulos, bajo diferentes luces de colores, en diferentes situaciones y todo esto va cambiando la imagen que tiene de ella. Su memoria se deforma en la medida en que poco a poco pierde sus características y se desintegra por completo. Ella está perdida en un rincón oscuro de su mente, en ese rincón donde todo se marchita; ella está siendo olvidada y nada podrá cambiar eso. De un rostro a un sentimiento, de una forma a un color, de unas facciones a un objeto informe. Y al final se va, se desdibuja, se pierde, como nos perderemos todos, para siempre.
La memoria es como la verdad, es relativa, engañosa. Me ha gustado mucho que hayas abordado este asunto acompañado del vídeo.
Un abrazo muy fuerte.
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He notado que yo lo tomé por otro lado, por el lado del olvido definitivo, mientras que en general se lo tomó por el lado del olvido personal (de hecho, L. lo relacionó con el Alzheimer y la historia que ya conoces). Escribí otra entrada pero, como ya hay algunas programadas, creo que se subirá la semana entrante.
Este es un tema que no deja de conmoverme y, lo reconozco, asustarme.
Abrazo apretado.
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Y, sin embargo, cómo seríamos sin la memoria…
Es un tema apasionante, se aborde desde el ángulo que se aborde, que no te puede dejar indiferente.
Con el paso de los años los recuerdos se diluyen para sumergirse en los mundos oníricos.
Me encantó el vídeo de Massive Attack.
Un fuerte abrazo
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Tengo que reconocer, mi querido Xabier; que éste es un tema que me produce no poco temor. Por ahora puedo considerarlo desde muchos puntos de vista, pero la mínima chance de poder considerarlo como una posibilidad real me aterroriza.
Yo tomé el vídeo desde otro punto de vista: el del olvido que nos sobreviene después de la muerte. L. me hizo ver la otra posibilidad: la del olvido personal y activo. Como dices, es un tema que no puede dejarte indiferente.
Un fuerte abrazo.
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Excelente!
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Gracias, Hernán. Aunque supongo que lo dices más por el video que por mis palabras (y estoy de acuerdo con ello).
Un abrazo.
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Borges siempre nos hace cuestionarnos las cuestiones mas sencillas, las que damos por descontadas, nos obliga a mirar dos veces al mismo sitio. Y sucede con cada una de sus lecturas.
Un abrazo
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Me encantan tus conexiones entre las imágenes de el video, la música y lo que recuerdas que dijo Borges en algún lugar distante, con eso me has abierto ese rincón de Borges que en mi mente era inexistente.
El tema del olvido es aterrador, siempre me lo ha parecido así a pesar de su naturalidad con que nos sucede a los humanos. Y sin embargo, olvidar así, por capas, es bastante creativo, inventa a la vez que deforma.
Saludos.
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Coincido contigo en que el tema del olvido es aterrador; antes que nada, eso. No lo había considerado como algo “creativo” hasta que tú lo dijiste y debo reconocer que algo de ello hay, aunque sigue sin gustarme demasiado la idea (me aferro tanto a la cordura o a lo real que no quiero estar ni cerca de nada que lleve la palabra “olvido”; ni siquiera en los aspectos creativos que todo esto tiene).
Me alegro haberte recordado a Borges; el cual siempre tiene que estar por ahí y aparecer en los momentos adecuados.
Un abrazo.
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No en balde el seudónimo que llevas, Borgeano, o sea experto en Borges? concuerdo en eso de tenerlo presente.
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Algo así. Lo de Borgeano viene, por supuesto, por el maestro. Experto… no sé. Sí lo he leído mucho (todo, algunos volúmenes varias veces) pero de allí a llamarme experto… no lo sé. Gran admirador, digamos y así nos quedamos todos tranquilos.
Un abrazo.
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