Un paseador de perros pasea con su mascota por un campo tranquilo en Nueva Jersey, perdido en sus propios pensamientos bajo un cielo cubierto. Detrás de él, el fantasma de una vasta aeronave, consumida por el fuego, cae en picado a la Tierra. Con el maletín en la mano, un hombre de negocios habla por su teléfono móvil mientras camina por Berlín, a través del fantasma del muro que dividió la ciudad en dos durante casi 30 años. En París, una joven pareja se sienta leyendo los periódicos en una pared ante la famosa Torre Eiffel; sin saberlo, una aparición de Adolf Hitler se alza victoriosa junto a ellos después de que sus fuerzas de la Wehrmacht tomaran la capital francesa por la fuerza; y en las playas de Normandía, los fantasmas de los soldados que trajeron la libertad al continente recrean su atrevida invasión, saltando de su lancha de desembarco mientras una madre e hija buscan cangrejos en las aguas.
Estas imágenes combinan las fotografías de los lugares de hoy en día con los fantasmas de acontecimientos históricos trascendentales que sucedieron allí. Creadas por el fotógrafo Seth Taras, fueron la base de una campaña publicitaria de 2010 para History Channel, las que iban acompañadas del mensaje «Sepa dónde se encuentra».
Seth Taras viajó por el mundo tomando sus fotografías desde el lugar exacto en que se capturaron los principales eventos históricos; y luego usó un software de edición de fotos para combinarlos con sus contrapartes antiguas.
Alguna vez, en este mismo sitio, hablé de lo que sentí cuando me encontré en la cima de una de las pirámides mayas de Tikal. A menudo, en situaciones parecidas me encuentro viendo lo que allí pasó hace tiempo (me permitiré una breve anécdota personal: hace unos meses caminábamos por el centro de la ciudad con mi pareja y su hijo de quince años cuando pasamos por uno de los sitios particulares del centro histórico; allí, donde fue fusilado un luchador por la independencia de México. Le hice notar esto a este muchacho, el que se encogió levemente de hombros, como sus quince años casi lo obligaban a hacer. Pero yo, sumido en mi visión personal lo detuve. «No, no… mira. Aquí pararon a José Guadalupe Salto; mira, estaba aquí con los ojos vendados… Y aquí (corrí hasta adentrarme unos metros en la avenida) estaba el pelotón de fusilamiento… El Capitán que dio la orden estaría aquí, con la espada en posición…». Entonces vi en sus ojos una chispa de sorpresa o de maravilla. él vio lo que allí sucedió hace doscientos años; y supe que había logrado que alguien viera aquello que para mí es uno de los encantos añadidos en cada uno de los sitios que visito). Algo de eso, también, y a pesar de no conocer en persona los sitios fotografiados, sentí al recorrer este conjunto de fotos de Seth Taras. Aprender a ver la geografía más allá del tiempo es una pequeña maravilla a la que uno puede acceder con un poco de imaginación y otro tanto de historia.
Una galería con las fotos de Taras. Para ver las imágenes en mayor tamaño, hacer clic sobre una de ellas.
Muy impactante el juego de imágenes, me gusta mucho. Y lo que comentas, Kapùscinski en el libro Viajes con Herodoto tiene una frase que me apropié porque encajaba con mi forma de viajar y «mirar» los lugares y que creo encaja con lo que cuentas: «así como años atrás había deseado cruzar la frontera en el espacio, ahora me fascinaba el acto de cruzar la frontera en el tiempo.” Estar en un lugar y trascender el presente siendo capaz de ver otros presentes que le pertenecen.
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Antes que nada, Mónica, déjame decirte que es un enorme placer tenerte otra vez por aquí. Coincidimos en la mirada sobre este trabajo (el cual tiene ya algunos años, pero eso no importa ni cambia un ápice su valor o lo que estamos hablando en este momento). Déjame decirte que hace un par de meses terminé un libro sobre el viaje como tema reflexivo y como tema personal (alterno capítulos filosóficos con otros en los que parto de anécdotas personales de mi propio viaje). En uno de esos capítulos (en los que hablo de las ruinas mayas de Tikal, en Guatemala, es cuando hablo de esa sensación de «ver» (lo hago literalmente; «veo» lo que pasó allí mucho antes de mi llegada) tiempos pretéritos. Hace una semana empecé un segundo volumen con este tema y, aunque tengo el libro de Kapùscinski, aún no lo leí. Así que ahora lo haré, porque esa cita dice, con una bella prosa, lo que yo también dije en algún momento. Así que gracias por traérmela hasta aquí.
Un fuerte abrazo.
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Increíble!!! Es fascinante 😊
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Lo es viajarconmariana (y con ese seudónimo no es extraño que te fascine este conjunto de fotografías tanto como a mí). Es un buen modo de aprender a ver de otra manera todo lo que nos rodea (y no olvidemos que todos los sitios, de alguna manera, tienen algo de historia).
Un abrazo.
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Muchas gracias por compartir esta entrada, me parece una magnífica e interesante muestra de los trabajos fotográficos y creativos de Seth Taras.
¿Abrazos!
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La muestra tiene sus años, pero creo que eso no invalida lo que provoca y, mucho menos, lo que podemos hacer con ella (es decir, todo lo que brinda como añadido, desde las cuestiones creativas hasta las filosóficas).
Me alegra que haya sido de tu agrado.
Un fuerte abrazo.
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Querido amigo, el arte no tiene edad… Incluso mejora, como los buenos vinos.
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Así es, Isabel. Incluso creo que el tiempo es el mejor curador de todos. Siempre deja las obras que realmente deben permanecer.
Abrazo.
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Algunas imágenes son muy inquietantes dada la deriva fascista que estamos viviendo. Hitler en París. Las malditas guerras. Ese genocidio permanente… a veces sucumbo al pesimismo y creo que somos un error de la naturaleza…
Sería una magnífica clase de historia para nuestra juventud visionar estas fotografías acompañadas de la historia que hay en cada una de ellas.
Un fuerte abrazo
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Compartimos ese pesimismo «pendulante» (permíteme el neologismo). A veces siento que ni siquiera vale la pena intentar nada, otras veces creo que sí vale la pena cada segundo de esfuerzo. Claro, ante el avance de la estupidez o del fascismo liso y llano (es decir, ante ese otro tipo de estupidez) uno vuelve a bajar los brazos otra vez.
Dentro de ese pesimismo veo muy oscura la posibilidad de acercarse a los jóvenes para que se interesen por algo. Por cada uno que veo interesado por algo que pasa más allá de la pantalla de su celular veo a cien idiotizado con plena felicidad por ello. No sólo no saben, ni siquiera les importa no saber y se niegan terminantemente a cualquier cosa como un concepto o una idea.
Espero equivocarme, claro está.
Un fuerte abrazo.
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Me haces recordar de mis días de corredor. Estoy cerca de la zona del Tajín y cuando corría, me imaginaba estar corriendo con los mensajeros que tenía el imperio azteca. Corría por los camininos que trnsitaron los abuelos de los abuelos. Excelente tema que se digiere con mucha imaginación y lecturas sobre el tiempo que se fue. Abrazo grande.
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Te entiendo a la perfección, Rubén. No deja de ser una hermosa fuente de placer ese tipo de fantasías que no hacen mal alguno sino que, por el contrario, nos permiten, de alguna manera, ponernos en contacto con ese pasado tan rico y variado.
Un abrazo.
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¡Qué maravilla! Es lo mismo que disfruto yo cuando viajo, saber qué sucedió antes en ese preciso lugar, me pone la piel de gallina. Ver estas fotos es ver el pasado directo y el paso del tiempo, el cambio de circunstancias. Excelente, gracias por compartirlo 🙂
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Veo, con agrado, que no soy el único delirante que anda viendo el pasado en el presente; y me alegro muchísimo por ello.
Gracias a ti por pasar por aquí.
Un abrazo.
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Jajaja, no, y creo que somos varios. 🙂
Abrazo grande de vuelta
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[…] a través de La historia a nuestro lado — El Blog de Arena […]
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