El hombre que descubrió a Italia

Adam 01La mañana del 22 de setiembre de 1973 un hombre puso los pies por primera vez en Italia. Vestía el atuendo guerrero de la tribu Chippewa —uno de los marginados grupo de nativos estadounidenses— y apenas asentados sus pies proclamó ese día como el día del descubrimiento de Italia, reclamando ese territorio para sí y su pueblo en virtud del derecho de descubrimiento.

El nombre de ese hombre era Adam Fortunate Eagle Nordwall y, como fácilmente puede suponerse, fue tomado por loco o como un payaso, ya que su idea era una tontería evidente, pero Nordwall, muy calmado, les respondió a sus detractores con la siguiente analogía:

«¿Qué derecho tenía Colón a descubrir América cuando ya estaba habitada desde hacía miles de años? El mismo derecho que tengo ahora para llegar a Italia y proclamar el descubrimiento de su país».

La tesis de Nordwall desenmascaraba a Cristóbal Colón porque es evidente que no se puede descubrir algo que todos conocen y , siendo que América tenía poblaciones que la conocían —tal y como los italianos conocían a Italia—, entonces descubrirla era imposible, con lo cual se probaba fácilmente que el «derecho de descubrimiento» usado por Colón en 1492 fue ilegal, salvo en la mente del hombre occidental que considera que el mundo gira en torno a sí.

 

Adam 02

 

Me gusta la jugada de Nordwell aunque, si soy estrictamente sincero conmigo mismo (lo cual me obligo a ser de manera constante al menos en la medida de lo humanamente posible) debo reconocer que el argumento tiene alguna ligera falencia (esto es lo que se llama un argumento por analogía, por cierto). De todos modos, el argumento de Nordwell es mejor que su pequeño error y su objetivo, claro está, es bien otro. Lo que más me interesa es poder aplicar hoy y en nosotros este tipo de argumentación o esta forma de pensamiento. Hoy, que todo el mundo vive mirando su propio ombligo (y creyendo que ése y precisamente ése es el más bonito de todos y el único que vale la pena), plantear el problema del otro me parece fundamental. ¿Cuáles son los límites de lo que puede decir el otro? ¿Cuáles son los derechos y obligaciones del otro? ¿Qué significa el concepto del otro en una sociedad interconectada como la que habitamos hoy?

Claro, una vez que damos el paso siguiente, es decir, el de reconocer que nosotros somos el otro del otro; de inmediato las preguntas pasan a interpelarnos a nosotros mismos; es entonces que tenemos que empezar a pensar —al menos si somos honestos con nosotros mismos—, cuál es nuestra responsabilidad con respecto a los demás y cómo nos conducimos con ellos y, más que nada, con nosotros mismos. Adam Nordwell nos brinda la anécdota; ahora cada cual debería poner en práctica aquello que bien dice el refrán popular: «La honestidad bien entendida, empieza por casa».

 

8 comentarios el “El hombre que descubrió a Italia

  1. Algo de razón llevaba este señor.
    En cuanto a tu reflexión, es evidente que donde los límites de las relaciones sociales las marca el ego personal (el ombligo que citas) no puede haber relaciones sanas y, por extensión es difícil que la sociedad avance en pos del bien común…

    Todo empieza en uno mismo.

    Un fuerte abrazo

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    • Borgeano dice:

      Sí, sin duda algo de razón tenía, de allí que, a pesar del pequeño error lógico de su postura (el hecho de que América era desconocida para los europeos de entonces no es equivalente a la situación por él planteada) , ésta sigue siendo fuerte y saludable, porque a lo que apunta es a la reflexión filosófica y ética.
      En ese sentido es que me permito ir un poco más allá de la anécdota y, lamentablemente, no nos queda otra opción por reconocer que las cosas hoy, en ese sentido de «reconocimiento del otro» está bastante mal. ¿Será permanente o pasajero? Chi lo sa…

      Un abrazo.

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  2. Si descubrir es «Destapar lo que está tapado o cubierto/ Hallar lo que estaba ignorado o escondido» creo que casi todo está por descubrir todavía, porque además y según la Academia de la Lengua, descubrir también es «Inventar».

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    • Borgeano dice:

      Insisto en que a pesar del pequeño error lógico de su postura (el hecho de que América era desconocida para los europeos de entonces no es equivalente a la situación por él planteada), ésta sigue siendo válida, al menos en el planteo ético y moral. La anécdota se agota enseguida, la reflexión, no.
      Sigo.

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  3. Lo que quería decirte además de lo anterior, es que lo único que no podemos ni debemos ignorar es nuestra conducta y por mucho que nos miremos el ombligo no dejamos de hacer patente lo que somos cada uno de nosotros con nuestra buena o mala ralea. Y sí, lo importante no es que Colón descubriera lo que ya existía, nuestra Madre América, lo importante es descubrirnos a nosotros mismos para ser mejores personas, para entender al otro.
    Un abrazo y gracias por tan hermosa reflexión.

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    • Borgeano dice:

      A eso apunto, Julie: a recordar algo que nunca deberíamos haber olvidado: somos responsables de nuestros actos y entre estos actos figura, tal vez como uno de los más importantes, cómo actuamos con respecto a los otros. Hoy es más importante la subjetividad que la objetividad y así es como se anda por el mundo declarando esto y aquello sin base alguna y pretendiendo, además, que sólo se crea en nuestra palabra como forma única de conocimiento. ¿Qué importa la verdad si tengo «mi verdad», la cual invento según mi parecer y necesidad?
      Y esto vale en todos los ámbitos, por supuesto. Acabo de ver un documental sobre la tierra plana (esa estupidez que ahora se puso de moda precisamente porque «todo da igual») y lo más patético de todo es que los mismos creyentes en esas tonterías dicen «Nosotros les hacemos preguntas a los científicos y ellos nos salen con matemáticas» ¡Horror! Ante una pregunta científica, se responde con ciencia… a quién se le ocurre…
      Y esto, repito, ocurre en todos los ámbitos: ético, legal, moral, político, social, artístico, etc.

      Un abrazo.

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  4. AmiraArmenta dice:

    En vez de ‘descubrir’, para el caso de América, basta con decir ‘conquistar’. Hoy en día esto está ampliamente reconocido.

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    • Borgeano dice:

      Así es Amira; de allí que tomara la anécdota sólo como punto de partida para reflexionar sobre otro punto que me parece importante en estos días. En cuanto a América, ya no se puede hablar de «descubrimiento» (y no sé en cuántos sitios aún se usa esta palabra; sería interesante averigüarlo).

      Un abrazo.

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