En un artículo de 1973 de Scientific American sobre tecnología de bicicletas, el profesor de ingeniería de Oxford, S.S. Wilson mostró que un hombre en bicicleta mejora su índice de eficiencia a No. 1 entre las criaturas y máquinas en movimiento: «Cuando se compara la energía consumida al moverse una cierta distancia en función del peso corporal para una variedad de animales y máquinas, se encuentra que un hombre que camina sin ayuda tiene un buen rendimiento (consume aproximadamente 0,75 calorías por gramo por kilómetro), pero no es tan eficiente como un caballo, un salmón o un jet. Sin embargo, con la ayuda de una bicicleta, el consumo de energía del hombre para una distancia determinada se reduce a aproximadamente una quinta parte (aproximadamente 0,15 calorías por gramo por kilómetro)».

Cuadro comparativo de la relación costo/beneficio de las diferentes formas de transporte
Más tarde, en 1974, el filósofo austríaco Ivan Illich escribió: «El hombre promedio estadounidense dedica más de 1.600 horas al año a su automóvil. El hombre se sienta en él mientras va, viene y mientras permanece parado. Lo aparca y lo busca. Gana el dinero necesario para cubrir los gastos y para cumplir con las cuotas mensuales. Trabaja para pagar gasolina, peajes, seguros, impuestos y boletos. Pasa cuatro de sus dieciséis horas de vigilia en la carretera o reuniendo sus recursos para ello. Y esta cifra no tiene en cuenta el tiempo consumido por otras actividades dictadas por el transporte: el tiempo que se pasa en hospitales, tribunales de tránsito y garajes; el tiempo dedicado a ver comerciales de automóviles o asistir a reuniones de educación del consumidor para mejorar la calidad de la próxima compra. El hombre promedio estadounidense desperdicia 1.600 horas para obtener 7.500 millas: menos de cinco millas por hora. En los países privados de una industria de transporte, las personas logran hacer lo mismo, caminando a donde quieren ir, y asignan solo del 3 al 8 por ciento del presupuesto de tiempo de su sociedad para el tráfico, en lugar del 28 por ciento».
Por supuesto, está de más hablar de los otros beneficios que tiene la bicicleta comparados con los del automóvil. Más aun en estos tiempos donde no sólo debemos pensar en el bien personal, sino en el general y, sobre todo, en el bien global. La vieja y confiable bicicleta parece ser una verdadera fuente de soluciones para muchos de nuestros problemas.
Me encanta. Es mi medio de transporte favorito. Feliz día. Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Para las ciudades modernas es un excelente transporte; y hasta ahora no le han encontrado contraindicación alguna…
Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eres TREMENDO… No solo soy fan de la bicicleta, especialmente en ciudades como la mía que esta perfectamente acondicionada para su uso mediante carriles específicos adecuados, sino que lo que más me gusta es que me hagas sonreir con las reflexiones que utilizas y con las que nos machacas las neuronas para llegar a esa convicción. Roberto, un beso
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Pues me has hecho el día! Gracias por ello. Luego, con respecto al tema de la entrada, pues sí, hoy en día las ciudades van poco a poco acondicionándose a estas «nuevas» costumbres como lo es el andar en bicicleta. Las conclusiones, como en este caso, vienen solas; hay temas a los que uno les busca la vuelta de puro terco o aburrido nomás; pero en este caso creo que ella se impuso por sí misma.
Besos mil.
Me gustaMe gusta
Si. Pero todo en exceso tiene inconvenientes, mucha bicicleta puede afectar la prostota en el hombre y cistitis recurrentes en mujeres. Abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro, claro; la misma palabra lo indica: exceso. Dentro de lo «normal» (lo pongo entre comillas porque soy consciente de lo débil de esta expresión) es un excelente medio de transporte. Por supuesto que no estoy en contra de los autos, sólo (otra vez) en contra de su uso excesivo.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo prefiero mis piernas, usar un auto solamente en extrema necesidad, soy del porcentaje pequeño que pertenece al tercer al mundo.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues somos del porcentaje enorme que pertenece al tercer mundo… Caminar es, para mí, una terapia y tengo, también, la idea de escribir un libro con el tema del caminar como eje central (terminé uno con el tema del viaje como tema central; ahora hay que buscar alguien interesado en publicarlo).
Caminar es, sin duda, algo que puede unirse a lo más íntimo de las personas.
Abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
En buena hora que terminaste de escribir, es la parte complicada, terminar e iniciar algo nuevo. Seguro es algo interesante. Caminar es como comer, absolutamente necesario.
Abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo es, lo es, créeme; ahora estoy detenido desde hace diez días con una sola maldita página…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Se como es. Si puedo ayudarte en algo, cuenta conmigo.
Abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias! Agradezco la mano que se me extiende. Cualquier cosa, claro, te diré; por ahora es sólo un «parate» creativo.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ok. Que no sea por falta de lectura, a veces es suficiente con no leer en unos días. Una línea puede saturarnos.
Otro abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Totalmente de acuerdo. He leído demasiado a lo largo de estas dos semanas. Tengo que organizar mi día, eso es todo (creo).
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
[…] a través de El poder de la bicicleta — El Blog de Arena […]
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es evidente el beneficio de montar en bicicleta, sin embargo prefiero caminar. Mi relación con cualquier objeto con ruedas no es buena. Reconozco que en este aspecto soy raro, jajaja, comprenderás que a mi edad ya no voy a cambiar de parecer…
Te dejo una frase que una vez leí en un libro: quién sabe manejar su propia bicicleta puede manejar la de cualquier persona. (No recuerdo las palabras exactas, pero en esencia éste era el mensaje) Una forma metafórica del famoso «nosce te ipsum»-
Un fuerte abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues sí, también yo, Xabier, prefiero caminar (en ese sentido son un peripatético absoluto. A medida que iba escribiendo Nada en propiedad –donde hice, en algunos capítulos, una defensa del acto de caminar– iba tomando notas para un posible volumen sobre el caminar en sí. Veremos si algún día llega a algo). Pero, de todos modos, la bicicleta me parece, por así decirlo, el segundo medio de transporte por excelencia. Aclaro que mi defensa es puramente lúdica. Defiendo la bicicleta en cuanto medio de divertimento, más que nada.
Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona