«Creo que podría transformarme y vivir con los animales.
¡Son tan apacibles y dueños de sí mismos!
Me paro a contemplarlos durante tiempo y más tiempo.
No sudan ni se quejan de su suerte,
no se pasan la noche en vela, llorando por sus pecados,
no me fastidian hablando de sus deberes para con Dios.
Ninguno está insatisfecho, a ninguno le enloquece la manía de poseer cosas.
Ninguno se arrodilla ante otro, ni ante los congéneres que vivieron hace miles de
años.
Ninguno es respetable ni desgraciado en todo el ancho mundo».
Walt Whitman – Hojas de hierba y Selección de prosas (Canto a mí mismo. 32).
Que sirva este fragmento del maravilloso Whitman como corolario a la entrada anterior, El poder de la lágrima fácil. Un hombre debe hacer lo que un hombre debe hacer, dice el saber popular y, lejos esta postura mía del machismo más acendrado (cualquiera que me conozca mínimamente sabrá que me encuentro a años-luz de esa posición), sólo quiero hacer un elogio de la responsabilidad; del amor propio; del coraje como fundamento de una vida madura. «Ninguno es respetable ni desgraciado en todo el ancho mundo» dice Whitman de los animales sabiendo, mejor que nadie, que nosotros somos sólo uno más del conjunto. Deberíamos comportarnos como tales.
Nosotros somos «el doble animal humano» que decía mi padre. Me encanta Whitman y también tu reflexión. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Whitman es siempre un cable a tierra. Cuando nos perdemos un poco, volver a él puede ser un buen remedio.
Con respecto a la «animalidad» que hemos perdido o a lo que aún nos queda de ella, ya nada hay que podamos hacer. Lo único a lo que apunto es a la toma de conciencia de ello. Si pudiéramos internalizar las palabras de Whitman, creo que sería mejor para todos.
Un abrazo, Julie.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que perdimos el instinto animal hace demasiado tiempo…
Me encanta la reflexión de Whitman.
Un fuerte abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, por supuesto. Cuando me encuentro con alguno de esos amantes del «retorno a la naturaleza» le recuerdo que ya poco o nada que en el ser humano, de animal. Esto tiene, por supuesto, sus pros y sus contras.
Lo que me atrae del poema de Whitman es la conciencia de lo que perdimos; y es allí adonde apunto: a recuperar esas conciencia, ya que no podemos recuperar el estado puro anterior.
Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
WoW!!. Maravilloso lo que escribe . Witman. Siempre lo e pensado cuando veo un animal de la calle o los míos propios. Y me digo: ellos despiertan y su vida no necesita estar llena de cosas materiales ni usar ropa con un poco de cariño de los humanos es más que suficiente para ser feliz.
Me gustaMe gusta
Pareciera ser que la cultura solo nos hace enfocar la mirada al espejo donde uno se refleja, Ese yo gigante que nos une y al mismo tiempo divide. Abrazo grande mi buen.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Grande ,Whitman! Y que hermosura de de poesía. Gracias! Saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, Whitman es uno de esos que bien merecen el mote de «inmortales». Feliz de que te haya gustado.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en SENDERO blog.
Me gustaLe gusta a 1 persona