Detrás de cada gran obra suele existir todo un séquito de modelos que han posado por incontables horas para los artistas. Algunas de estas personas solían ser allegadas y hasta parejas de los artistas, en otros casos, como el de Caravaggio o Toulouse-Lautrec utilizaban a las prostitutas como modelos, o bien familiares.
Fuera del tipo de relación entre modelo y pintor, existen ciertas mujeres que quedaron inmortalizadas en los trazos de algunos de los artistas más renombrados de la historia del arte y cuyas identidades a veces no son tan populares o reconocibles como quienes los plasmaron.
Jeanne Hébuterne, pintada por Modigliani
De rostro afilado y alargado, Jeanne figura en buena parte de los retratos del pintor italiano. Ambos se conocieron en la Académie Colarossi, pues ella perseguía una carrera en el arte, mientras que algunos artistas como Modigliani solían acudir al lugar para conseguir modelos. La historia de ambos tiene un final trágico, después de que Modigliani falleciera en 1920, Jeanne se quitaría la vida al día siguiente.
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Adele Bloch-Bauer, pintada por Gustav Klimt
Adele figura en la pintura conocida como la Dama Dorada (o La dama de oro). Ella nació en el seno de una familia acaudalada y hacia 1899 contraería matrimonio con Ferdinand Bloch, quien comisionó a Klimt la pintura de su amada. No obstante, algunos creen que ella y el pintor tuvieron un amorío, sin embargo, no hay evidencia de ello.
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Sue Tilley, pintada por Lucian Freud
Sue posó por meses para el nieto de Freud a cambio de un pago de 33 libras al día. Ella apareció en cuatro de las obras de Freud y de hecho uno de sus retratos (Benefits Supervisor Resting, 1994) se convirtió en el 2008 en la pintura más cara vendida por un artista vivo al subastarse en 33,5 millones de dólares.
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Suzanne Valadon, pintada por Renoir, Toulouse-Lautrec, Degas, Modigliani, entre otros.
También pintora, Suzanne antes de darle inicio a su carrera artística trabajó como acróbata, sin embargo, muy pronto lo abandonó para enfocarse en la pintura. Se dice que su belleza atrajo a varios artistas no sólo para pintarla, sino también como pareja. Por otro lado, aprovechó sus largas sesiones de modelaje con los artistas para aprender de ellos y aprovechar las nuevas técnicas que aprendía, y así aplicarlas en sus propias obras (alguna vez Suzanne Valadon apareció en este blog, debido a su corta relación con Erik Satie. Quien esté interesado en esa historia, puede pasar por aquí).
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Olga Jojlova, pintada por Picasso
Es de conocimiento público que Picasso no tenía ningún reparo en retratar a sus parejas o amantes, por lo que es completamente normal encontrar a sus esposas en su arte. Olga fue bailarina de ballet y fue la esposa del pintor por 37 años. Cuenta la historia que Picasso nunca formalizó su separación pues tendría que entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus pinturas.
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Jacqueline Roque, pintada por Picasso
Roque fue la segunda esposa de Picasso, cuyo matrimonio tuvo una duración de 11 años. De todas sus amantes y modelos, los retratos de Jacqueline son los más numerosos. Ambos se conocieron en un taller de cerámica.
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Lydia Délectorskaya, pintada por Henri Matisse
Lydia no sólo fue modelo de Matisse, también fue su asistente en el taller, además de que fue contratada para acompañar y cuidar a la esposa del pintor. Con el paso del tiempo, Lydia lo ayudaría en la elaboración de sus obras y así lo retrataría Matisse en fotografías. Ella fue una fuente importante para conocer más sobre Matisse después de su muerte e, incluso, bajo el pedido de los familiares del pintor, completó algunas de las obras que había quedado inconclusas.
Qué haríamos sin musas, la vida no sería lo mismo.
Magnífico trabajo, Roberto.
Un abrazo
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¡Pero si no hacemos otra cosa ´más que pensar en ellas! Todo lo que hacemos es por ganarnos un poquito de su atención. A veces lo logramos, por fortuna.
Un abrazo.
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Una gran casualidad. Acabo de publicar un poema con referencias a la mus. Parece que estamos sincronizado hoy. Una lectura muy interesante porque uno aprecia una pintura en relación al pintor y poco se repara en quien fue la modelo. Siempre dejas algo notorio en tus escritos y no lo disfruta en primera fila.
Saludos
Manuel
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Pues allá voy. Me encantan estas sincronías; sin creer del todo en ello, mee gusta abandonarme al juego de –en este caso– suponer que el «inconsciente colectivo» anduvo por allí haciendo de las suyas.
Un abrazo.
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Como dicen en el argot popular «De que vuelan, vuelan»
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Muy interesante.
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Gracias, Rabirius. Habría que seguir buscando, ya que estoy seguro de que con paciencia puede encontrarse más material al respecto (recuerdo ahora el caso de Gala / Dallí, por ejemplo).
Saludos.
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Interesante, curioso, conocer de ella que fueron esenciales para que la obra se concretara. Excelente mi buen amigo.
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Ahora con esto de las redes tenemos acceso a más material (sólo hay que tener tiempo para recopilarlo, claro). Ahora que vuelvo a esta entrada veo que sería una linda segunda parte el hacer lo mismo pero con las musas de los poetas…
Un abrazo.
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[…] Las musas perennes — El Blog de Arena […]
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Animo esa iniciativa de una segunda parte de esta serie de «musas», me encanta. Como siempre Roberto, interesante y documentado. Te sigo siguiendo… Un abrazo
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Pues si tú lo podes, será cuestión de ponerse a trabajar y buscar el material para esa segunda entrada.
Gracias por estar aquí y por el aliento.
Un fuerte abrazo.
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