El teatro de la palabra

 

Hace unos días, una amiga de la casa, Isabel Fernández de Quirós, quien presentó su nuevo libro de poemas Aire que rompe la niebla ―lo hizo, acorde a los tiempos que vivimos, de manera virtual; así que tenemos un excelente registro de ello. Quien quiera verlo puede acceder aquí y oír su poesía en su propia voz―, me dijo algo que me pareció perfecto como síntesis de lo que es la poesía: «Cada poema es una obra de teatro en miniatura, cuanto mejor se interprete más tocará el corazón del escuchante».

 

Poetikon

 

Yo siempre he abogado por la lectura poética en voz alta, cosa que sé que no es algo original, pero que de todos modos no siempre es compartido o aceptado (desde aquella tarde en que Tomás de Aquino vio a Anselmo leyendo sin mover los labios, día en que cambió la historia de la lectura para siempre, leer fue considerado un acto íntimo, personal y, sobre todo, silencioso. Después uno ve que sólo se cambió un hábito por otro y que el hábito terminó transformándose poco menos que en una superstición). Como sea, Isabel había dado en el clavo: la lectura poética en voz alta nos permite acceder a ciertas capas de sentido que a veces la lectura silenciosa nos veda. La puesta en escena, si se me permite la expresión, hace que pasemos a formar parte del poema y que éste pase a formar parte de nosotros mismos.

Claro está, esto nos permite, también, diferenciar un buen poema de uno malo (si los versos no están bien armados, medidos o musicalizados se hacen evidentes los ripios y los tropiezos) pero, sobre todo, nos permite, y esto es lo más importante, acceder mucho más profundamente a aquellos poemas buenos. Borges, creo que en el prólogo a su volumen de poesía completa, dice que el poema no está en el conjunto de signos impresos en una hoja, sino en el diálogo que se crea entre esos signos y el lector. La idea es hermosa y, por supuesto, altamente poética: el poema en sí no está ni en el libro ni en el lector, está en el puente que se teje entre ambos; y para ello se hace necesario este teatro en miniatura del que habla Isabel. Saber (aprender a) convertirnos en el ser capaz de transformar esos símbolos en poesía ya es motivo suficiente como para justificar, aunque sea por unos momentos, nuestra existencia.

32 comentarios el “El teatro de la palabra

  1. Remueves las conciencias Roberto, en cada uno de tus escritos. Aunque a veces me demoro, eres una lectura fundamental, así lo pienso y lo mantengo. Hoy justificas la existencia por el hecho de ser capaz de alumbrar la música del poema. No es tarea fácil. Requiere de preparación y es un acto comprometido cuando uno lo hace de cara a los demás. Admiro a las personas que dominan este arte. Isabel lo hizo no con poco esfuerzo (lo sé) pero con serenidad y valentía. Un abrazo y gracias siempre.

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    • Muchas gracias por lo que me atañe, María Jesús..
      Un abrazo.

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    • Borgeano dice:

      Para empezar: no sabes la alegría que me da verte por aquí. Sé que los tiempos de cada uno de nosotros es diferente y las responsabilidades también (y hay un tercer punto: no hay obligación de leer a nadie; así que eso también es comprensible. Si uno no tiene ganas de leer tal o cual blog ¿Por qué va a obligarse a eso?). Sea como fuere, aquí estás y yo estoy feliz.
      También me alegra que la entrada haya sido de tu agrado y que hayas echo hincapié en el punto central, el que parece más exagerado: ver la capacidad de «acceder» al poema como justificativo de la existencia. Tal vez sea exagerado, lo reconozco; pero no me desdigo de ello, ya que lo creo firmemente. Cada cual le dará a su vida el valor que crea adecuado; yo soy más modesto; como siempre digo, sólo hay dos cosas en esta vida que tienen valor: el amor y el arte. Y a esas dos cosas quiero limitar mis días.

      Un fuerte abrazo, y gracias a ti.

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  2. De acuerdo, la poesía está para ser oída. Y debería encargarse a los actores su lectura.

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    • Sin desdeñar la lectura de grandes intérpretes, creo que la poesía leída por el propio autor tiene unas connotaciones íntimas tocan de lleno el corazón. Muchas gracias, Amira.

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      • Borgeano dice:

        Estamos de acuerdo, Isabel; aunque hago la salvedad de que hay casos en que prefiero que el autor no lea sus textos (como le dije a Amira por aquí, en algún lado: Neruda y Borges, por ejemplo). sus voces o su dicción me distrae o hace que el poema se diluya.
        En la mayor parte de los casos, sí, oír al autor leyendo sus textos tiene un «plus» que hace que los hace «algo más». Tú eres un ben ejemplo: tu voz, tu postura, la calma que transmites… todo ello hace que el poema se refuerce (por ejemplo, si leyeras un poema de Bukowski, no te lo creería… pero los tuyos forman un todo contigo, como debe ser).

        Gracias nuevamente a ti y a Amira por permitirme meterme en su comentario.

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    • Borgeano dice:

      Hay muchos videos en Youtube (sobre todo en inglés) de poesía leída por sus propios autores o también por actores. Aunque creo que la poesía leída por el propio autor es importante, no creo que sean siempre los que mejor transmitan ciertas emociones. A veces la propia voz o la dicción (Borges, Neruda) hace que uno esté más pendiente de entender lo que se dice que de disfrutarlo.
      Pero sea como fuere, a veces incluso por nosotros mismos (yo lo disfruto como a pocas cosas) la poesía debe ser leída en voz alta.

      Un abrazo.

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      • En Alemania es muy corriente que para las presentaciones de libros, tanto prosa como poesía, inviten a un actor o actriz a leer unos pasajes. Esto es fantástico. Después de una bella lectura muchos quedan convencidos de que quieren leer el libro, y lo compran. ☺ Saludos.

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  3. Carmen B. dice:

    He ido rápidamente al enlace que dejas y he visto el video presentación de Isabel, una belleza de presentación , en su sencillez, en su soledad ante esa cámara que domina perfectamente; si la procesión va por dentro ,lo sabe gestionar muy bien. he escuchado un poema referido a su niñez y me he quedado prendada. He tenido que cerrar el video pero ahí esta para volver en cuanto tenga un rato.

    Cuando dices que Isabel es amiga de la casa, supongo que es…¿esta comunidad bloguera?…en todo caso es una suerte tenerte como amigo, a pesar de esta distancia enorme, pero está el milagro de este blog que nos permite disfrutar de tu sabiduría. Y de tu generosidad. Le daré a Isabel la enhorabuena en si blog.

    Un abrazo

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    • Muchas gracias, Carmen, porque todo tu comentario es aire fresco para quien necesita de él para seguir escribiendo. poesía.
      Un abrazo.

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      • Carmen B. dice:

        Pues te diré que tu poema”azulete “ me ha transportado a mi infancia, cuando yo también me quedaba mirando ese blanco azulado sobre verde que que tú dibujas ,
        Y el siguiente poema, /el de la verde esperanza/ no me acuerdo de su título, es maravilloso.
        Enhorabuena por este precioso libro y mucha suerte 🍀 y Salud para disfrutarlo.
        Abrazo fuerte.

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    • Borgeano dice:

      Me alegro que hayas ido a casa de Isabel para disfrutar de su poesía y que hayas encontrado algunas de tu agrado por allí.
      Y sí, al decir que Isabel es una amiga de la casa hago referencia a una entrañable amistad que se ha ido forjando a través del tiempo en estos sitios virtuales que, por mor de esa misma amistad ya han pasado a ser más reales que otra cosa. Es una costumbre que tengo de decir de éste o de aquel que «es un amigo de la casa» o algo así (a Schopenhauer lo presento como a mi padre, a Nietzsche como a mi tío… Saramago es otro, etc.) ¡Y es que esa idea es verdadera! he compartido más con ellos que con muchos de los que me rodean… ¿Cómo no considerarlos como a amigos de verdad? Me remito a aquella famosa cuarteta de Quevedo:
      «Retirado en la paz de estos desiertos,
      con pocos, pero doctos libros juntos,
      vivo en conversación con los difuntos,
      y escucho con mis ojos a los muertos».

      ¡Con más razón, entonces, cuando aquellos a quienes leo están vivos y me contestan y me oyen con sus propios ojos! Somos una comunidad buscada y encontrada y si, como alguien dijo, un amigo es un hermano que uno elije, bienvenida sea esta hermandad y todo aquel que quiera sumarse a ella.

      Un fuerte abrazo.

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      • Carmen B. dice:

        Ooohhhhhh,! me encanta . Sí , es entrañable decir: he ido a casa de …Roberto, Isabel, Xavier. que lo que dicen estos chicos de WordPress : ir al sitio, o site.

        «(a Schopenhauer lo presento como a mi padre, a Nietzsche como a mi tío… Saramago es otro, etc.) »

        Pues es verdad, a fuera de estar con ellos, horas y días y años, son como de la casa. Una gaditana Filosofa y graciosa como ella sola,Raquel Morliz, llama a Schpenhauer «el tío Shoppi» y Unamuno dice que es su novio.. en fin… ella los trata con esa familiaridad porque , claro está, conociendo su obra a fondo..

        Pues estoy, precisamente, con el libro de Shopenhauer en la mano:.El arte del Buen Vivir», a ver si me contagia de su entusiasmo… El es pesimista, pero no es un descreído, al contrario: es posible que la descreída sea yo… ( hoy es de esos días de estar muy sensible…Uf¡) menos mal que tengo amigos de vuestra categoría. Lástima que no pudiéramos tomar un café con pastas alrededor de una mesa, en un patio con begonias rex, y una parra, y hablar de todas estas cosas Tal vez algún día, quedemos ..
        .
        Un abrazo muy fuerte

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      • Borgeano dice:

        Sí, insisto en es que una linda idea (y más ahora, época de encierros forzados). Uno siente un poco más la cercanía de esas personas que va queriendo de manera profunda y sincera).
        ¡Buena suerte con el tío Shoppi! No es fácil claro, peor si cala, cala profundo. Sí, él es un pesimista redomado, como quien esto escribe, lo que la gente no entiende, o le cuesta entender, es que a partir de ese pesimismo uno se vuelva lo contrario. No vamos a decir un optimista, sino un «vitalista»; alguien que sabe que todo es una porquería pero que sabe distinguir entre la basura las pequeñas perlas que la vida va arrojando por aquí y por allá de manera esporádica. Lo que hablamos el otro día: el arte (hoy en particular la poesía) y el amor (y aquí entra el amor al amigo, palabra que ya no se usa pero que debería volver a ponerse sobre el tapete). ¿Qué más podemos pedir, Carmen, que eso? ¡Somos ricos!

        Abrazísimo.

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      • Aquí estamos, aquí seguimos, querido Roberto, aunque el tiempo nos haya llenado el cuerpo de arrugas y el alma de contrariedades, sí, aquí seguimos, y aunque sea en el silencio, estamos…Gracias, amigo.

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      • Borgeano dice:

        Lo de las arrugas y las contrariedades es algo inevitable, Isabel; así que de un modo u otro iban a llegar ¿Qué mejor, entonces, que transformarlas en poesía? Dichosos nosotros, insisto en ello (y lo digo con modestia, pero con no poca satisfacción).
        Lo que más me alegra es ver que algún nuevo lector se ha acercado a tus trabajos. El mío ya está hecho.

        Un fuerte abrazo.

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  4. Me alegra mucho que mi opinión sobre la poesía te sirviera para hacer esta entrada, que agradezco.
    Un gran abrazo, Roberto.

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    • Borgeano dice:

      Es que a veces una sencilla oración es todo lo que se necesita para disparar una nueva idea o serie de ideas. Claro; hace falta alguien lúcido que diga esa oración; y es por ello que disfruto tanto de la compañía de ustedes, quienes además de enriquecer mis horas con sus poemas, me brindan material para mis desvaríos. ¡Si esto no es amistad, pues ya no sé lo que es!.

      Un fuerte y agradecido abrazo.

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  5. macalder02 dice:

    Me parece una excelente idea, No conocía la autora pero me pareció maravilloso escucharla recitar su poema. Tu siempre al lado del arte en todas sus expresiones y tus conocimientos filosóficos y del arte en general, hacen que llegan con potencia a nosotros.
    Un bien fin de semana
    Manuel

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  6. María dice:

    Los poemas de Isabel siempre me llegan al alma, pero la presentación de su Poemario me ha encandilado. Su voz pausada y tan serena nos lleva al interior del poema. Por lo demás, ya lo habéis dicho todo, así que solo me queda refrendarlo.
    Un placer, como siempre, visitar tu casa, Roberto. Mi abrazo grande, desde aquí.

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    • Tú que sabes de mí, me alegra y anima tu comentario. Fue una prueba de superación total… ¿no notaste nada en mi voz, especialmente cuando «se me iba terminando la gasolina» con los últimos poemas? Pude terminar «la representación del teatro».
      Muchos besos agradecidos, amiga.

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    • Borgeano dice:

      Sí, Isabel tiene la especial característica de aunar sus textos con su imagen y con su voz. Todo en ella es un solo y coherente ser humano y eso se nota en el todo y en las partes.
      Es un lujo, sin duda, poder contar con su amistad (y la tuya también, María; sin duda alguna).

      Abrazo enorme a través de las olas.

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