Haciendo arqueología de la cultura popular, se pueden encontrar este tipo de «joyas». Se trata de un recortable de «Mariquita (legionaria)» un personaje infantil muy popular en España a comienzos del siglo XX.
Tras conflictos originados por la sublevación de las tribus del Rif (África) contra las autoridades coloniales españolas y francesas. La propaganda española publicó fotografías en la que soldados españoles sostenían las cabezas decapitadas de sus enemigos abatidos (pueden encontrarse fotografías en la red, pero por decidí no compartir ninguna aquí por una cuestión de buen gusto. Aunque estemos hablando de un tiempo pretérito, a veces hay que evitar ser demasiado literal en estos asuntos). En el recortable los niños podían vestir a la muñeca -que portaba la cabeza decapitada de una víctima- con todos los complementos del uniforme de legionario, y que de manera adjunta también incluía a varios niños negros amordazados de diversos pueblos.
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Para no quedarnos solo con la función histórica de la anécdota y de la imagen, sería adecuado hacer alguna reflexión al respecto; y para ello me remitiré a una palabras de Pier Paolo Pasolini, quien habla de otra cosa, pero que yo lo dejo aquí porque, para mí, está hablando de lo mismo:
«Creo que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota. En manejarse en ella. En la humanidad que emerge de ella. En construir una identidad capaz de sostener una comunidad en la que se pueda fracasar y volver a empezar sin que el valor ni la dignidad sean afectados. En no ser un trepador social, en no pasar sobre el cuerpo de los otros para llegar primero. Ante este mundo de ganadores vulgares y deshonestos, de hacedores falsos y oportunistas, de gente importante que ocupa el poder, que escamotea el presente, ni qué decir el futuro, de todos los neuróticos del éxito, del figurar, del llegar a ser. Ante esta antropología del ganador, de lejos prefiero al que pierde».
¡Qué forma de banalizar la violencia! Y hoy en día no estamos mejor que hace cien años. Ejemplos de crueldad están presentes en diversos medios al alcance de los niños. No soy partidario de ocultarles la realidad, pero ésta ha de ser explicada, contextualizada por un adulto y no camuflada en un juego ¿inocente? Dejar a un niño solo con semejante imagen no favorece a su desarrollo como persona.
Desconocía ese recortable. En mi infancia jugábamos en casa con muchos tipos de recortables, en mi memoria guardo muchas sensaciones relacionada con sus colores y figuras. También existían un tipo de cromo troquelado, muy vistoso, para el juego de picar.
La reflexión de Pasolini impecable.
Un cálido abrazo
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Pues por fortuna no cayó en mis manos ese recortable, porque yo lo recordaría. Y con toda seguridad, hubiese jugado a «decapitar» a los negros … No hay diferencia entre hoy y ayer, como bien dice, más arriba, Xabier… hoy exponemos a los niños a ese tipo de violencia y a otras más sutiles y no ,menos peligrosas, como es librarnos de EDUCAR bajo pretexto de no tener tiempo y dejamos a nuestros menores en manos de cualquiera que no son sus progenitores;También en vez de eso, les ponemos delante de esa pantalla mágico-tonta y que tanto les gusta como les atonta, porque, claro, educar es dedicarle tiempo y poner normas. Y eso es costoso y, a veces, pesado. Y así nos va. Nada ha cambiado… en nosotros, salen muchas leyes del menor… y mucho avance en estos temas , pero si queremos proteger al menor, tenemos que empezar por madurar los que educamos. Y esa tarea es de TODOS.
Muy buena tu entrada, Roberto. Un granito de arena más …
Un fuerte abrazo
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Me imagino al grupo de buling en las escuelas que después de aporrear a la victima, la joden más burlándose el resto del ciclo escolar. Abrazo mi buen, hace rato que no te leía y siempre es un gusto y se aprende con vos.
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