Destino

1946. Salvador Dalí y Walt Disney comienzan un trabajo en colaboración que había planeado años antes, cuando ambos artistas se conocieron en uno de los primeros viajes de Dalí a los Estados Unidos. Con guión de John Hench y el mismo Dalí y música del mexicano Armando Domínguez, los bocetos del pintor español fueron tomando forma. Pero la historia no acabaría bien. Luego de ocho meses de trabajo y debido a los problemas financieros que sufría Disney por aquella época (la segunda guerra mundial había afectado de manera directa a su empresa) el proyecto fue abandonado.

1999. Un sobrino de Walt Disney, Roy E. Disney, mientras trabajaba en Fantasía 2000, desenterró el proyecto latente y decidió traerlo de vuelta a la vida. El corto fue producido por Baker Bloodworth y dirigido por el animador francés Monfréy Dominique en el papel de director.

2003. Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy; Francia. Se estrena el corto de seis minutos que sigue la historia de amor entre Cronos y la desafortunada pasión que siente por una mujer mortal. La historia se desarrolla a medida que las danzas femeninas se mueven a través de un paisaje surrealista propio (y con varias referencias directas a la obra) de Dalí.
Muchos creen que buscar sentido en una obra surrealista es un absurdo; muchos consideran que el hecho de que el surrealismo parta de un estado onírico o de casi alienación impide llevar adelante una obra completa, con una meta y un sentido definidos. Destino es la mejor muestra de que esto no necesariamente debe ser así. Hay una bellísima historia narrada allí. Sí, con imágenes fantásticas y a veces difíciles de “encuadrar”; pero hay una historia que nos es contada y que puede comprenderse a la perfección.

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Historia de Cronopios y de Famas (la película)

Dentro del ciclo del actual Festival de Cine de Mar del Plata pude ver, ayer, Historia de Cronopios y de Famas, película basada, claro está, en el libro de Julio Cortázar. Desconocía la existencia de esta película y debo reconocer que pensé mucho en cómo se habría llevado a cabo tal adaptación, ya que ese libro de Cortázar no es, precisamente, un libro sencillo para ser traducido al lenguaje del cine (compré la entrada con bastante anticipación, ya que supuse que las localidades iban a agotarse, lo cual, obviamente, es lo que sucedió).Lo que me resultó atractivo desde el principio es que se trataba de una película animada basada en dibujos y pinturas de grandes artistas argentinos, es decir que prometía ser algo más que  una mera película de «dibujitos animados». Esto último, sin duda, fue mi más certera predicción. Historia de Cronopios y de Famas no es una película común bajo ningún aspecto. Tan así es que me cuesta encontrar el punto de partida por el cual empezar a hablar de ella. Creo que lo mejor será desmenuzar lo que quiero decir en diferentes puntos. Por el momento les dejo el único video que encontré de la película y seguiré después.

· Historia de Cronopios y de Famas se basa tangencialmente en el texto homónimo de Cortázar. La película está dividida en diez secciones o capítulos y en algunos de ellos es difícil reconocer el texto que se ha tomado como referencia. En ese sentido tengo la sensación de que la película se basa más en las ideas o en la postura política de Cortázar que en el libro en sí (éste sirve, sin embargo, como nexo general, como eje narrativo; pero no mucho más).

· El trabajo plástico es desigual, aunque en líneas generales es de altísimo nivel. Para mí (ésta no es una palabra que me guste usar mucho, pero no tengo opciones), lo mejor de la película fueron los capítulos ilustrados por Antonio Seguí (el cual abre la película); el  abigarrado multicolor de Felipe Noé; los casi monocromáticos pasteles de Crist, y el excelente capítulo final, a cargo del enorme Carlos Alonso.

· Retomo el primer punto (lo cual demuestra que aun sigo sin encontrarle la punta al ovillo de lo que quiero decir). El capítulo décimo, ilustrado por Carlos Alonso, es el que mejor expone la mixtura de textos cortazarianos. Las referencias a la última dictadura militar argentina –en particular a los secuestros y a las torturas– son directas e inequívocas. Cuando uno piensa en Historia de… (es decir, en el libro) no encuentra nada que se le parezca; salvo está que se lea ese texto como una fábula o como un símbolo, lo cual no creo que haya sido la idea original de Cortázar (a este respecto hablaré dentro de poco. Hace un par de semanas terminé de leer Lecciones de literatura, el último libro publicado de Julio Cortázar, y lo que recuerdo que él mismo dice sobre Historia de… es algo bien diferente. De todos modos, releeré esas páginas otra vez antes de escribir el post en cuestión).

· Aun así, rever un texto de un autor y ampliarlo con la misma mirada de ese mismo autor no es algo que esté intrínsecamente mal; simplemente creo que habría que ser más certeros y decir que la película se basa en textos de Cortázar o especificar que se extienden las referencias más allá de ese texto, etc. A lo que apunto es que Historia de Cronopios y de Famas es uno de los libros más divertidos y livianos de Cortázar; sin embargo la película por momentos es demasiado oscura, densa, hasta un poco cruel por momentos. Repito: esto no es un demérito en sí mismo, simplemente me parece poco exacto.

· Dos puntos en contra: a) El doblaje. En líneas generales está bastante bien, pero hay momentos en que los parlamentos suenan terribles, falsos, fuera de tono. En ese sentido creo que hay que aprender de los muchachos del norte, cuyos parlamentos en las películas de animación es perfecto. Si se contrataron a los mejores artistas plásticos para realizar la película ¿por qué no contratar a los mejores actores para las voces? b) La extensión de algunos capítulos o su falta de un final más «redondo», más acabado.

· Y ya voy terminando que esto se está haciendo demasiado largo para ser sólo un post. Historia de Cronopios y de Famas no es una película fácil de digerir. Por un lado no es una animación tradicional, a lo que hay que sumarle ciertas referencias locales (no pocas veces casi ocultas dentro de un trabajo estético denso u oscuro), también, por supuesto, es necesario conocer el texto original pero, además, es necesario conocer la otra faceta de Cortázar, aquella que se encuentra en algunas de sus novelas o de sus cuentos, pero que mayormente está en los ensayos y en los reportajes. Ésto último no deja de ser un escollo, ya que limita mucho el espectro de posibles espectadores.