Confucio y la escuela de hoy

 

Confucio estatua bronce manos juntas

 

Tuvo pocos discípulos en su vida. El prestigio llegó después de su muerte, al difundirse su pensamiento. En los Cuatro Libros Shu se atribuye a Confucio el siguiente discurso, que resume sus teorías morales:

“Nuestros antiguos sabios practicaron la observancia de las tres leyes fundamentales de relación: entre los soberanos y los súbditos, entre los padres y los hijos y entre el esposo y la esposa, así como el cultivo de las cinco virtudes capitales. Basta nombrarlas para que comprendan su excelencia o necesidad. Son estas virtudes:
1) La humanidad, o sea el amor universal entre todos los de nuestra especie sin distinción.
2) La justicia, que da a cada individuo lo que es debido, sin favorecer a uno sobre otro.
3) La conformidad con los ritos prescritos y usos establecidos de la sociedad, a fin de que sus miembros tengan un mismo modo de vida de igual participación en las ventajas e inconvenientes de la misma.
4) La honradez, o sea la rectitud de espíritu y corazón que nos induce a buscar en todo la verdad, y a desearla sin engañarse uno mismo ni a los otros.
5) La sinceridad o buena fe, es decir, la franqueza de corazón que excluye todo fingimiento y disfraz, en conducta en palabras.
Todo lo anterior hizo a nuestros maestros respetables durante sus vidas e inmortalizó su nombres después de la muerte. Tomémoslos por modelos, empleemos nuestros esfuerzos por imitarlos”.

Dos mil doscientos años y aún la sencillez es la que gobierna. No hacen falta tratados de mil páginas explicando el ser y sus alcances. Por lo menos como base moral, Confucio (junto con algunos otros), sigue siendo una cima.

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Señales propias

unicorn-confuciusLa madre de Confucio y el unicornio

En el año 551 a.C., la madre embarazada de Confucio se encontró con un unicornio en el bosque; quien le dio una pequeña pieza de jade y colocó la cabeza en su regazo, dando cuenta de la importancia del acontecimiento y que era un buen presagio de los dioses. Setenta y un años después, Confucio ve a un unicornio y sabe que ha llegado el momento de partir. Moriría en el 481 a.e.C.

Twain - Halley

Mark Twain nació, bajo el nombre de Samuel Langhorne Clemens, el 30 de noviembre de 1835, dos semanas antes del máximo acercamiento del Cometa Halley a la Tierra.

En 1909, un año antes del siguiente acercamiento del Halley, Twain dijo en una conversación privada: «Vine con el Cometa Halley en 1835. Viene el próximo año, y espero irme con él. Sería la mayor decepción de mi vida si no me voy con el Cometa Halley. El Todopoderoso ha dicho, sin duda ‘Bueno, acá están estos dos sujetos inclasificables. Vinieron juntos, se deben ir juntos»

Twain murió el 21 de abril de 1910, un día después del máximo acercamiento del cometa.

foot

Me pregunto, entonces: ¿Cuál será la señal que marcó nuestro nacimiento y que se repetirá en el día de nuestra muerte? La tradición dice que estas señales marcan el nacimiento de grandes personalidades, de genios, de personas destinadas a cambiar o modificar al mundo. Con modestia, creo que no hay persona pequeña. Creo que todos estamos aquí para cambiar o para modificar, aunque sea  mínimamente, nuestro mundo. Es una pena; pero de nada valdrá revisar efemérides o datos publicados en diarios de la época que corresponda a cada uno. Tal vez nuestra señal sea más simple: una palabra dicha al pasar, una hoja que cayó de un árbol cuando nuestra madre salía rumbo al hospital, una nube que pasaba, indiferente…

Enseñando Confucio en la escuela.

Tuvo pocos discípulos en su vida. El prestigio llegó después de su muerte, al difundirse su pensamiento. En los Cuatro Libros Shu se atribuye a Confucio el siguiente discurso, que resume sus teorías morales:
«Nuestros antiguos sabios practicaron la observancia de las tres leyes fundamentales de relación: entre los soberanos y los súbditos, entre los padres y los hijos y entre el esposo y la esposa, así como el cultivo de las cinco virtudes capitales. Basta nombrarlas para que comprendan su excelencia u necesidad. Son estas virtudes:
1) La humanidad, o sea el amor universal entre todos los de nuestra especie sin distinción.
2) La justicia, que da a cada individuo lo que es debido, sin favorecer a uno sobre otro.
3) La conformidad con los ritos prescritos y usos establecidos de la sociedad, a fin de que sus miembros tengan un mismo modo de vida de igual participación en las ventajas e inconvenientes de la misma.
4) La honradez, o sea la rectitud de espíritu y corazón que nos induce a buscar en todo la verdad, y a desearla sin engañarse uno mismo ni a los otros.
5) La sinceridad o buena fe, es decir, la franqueza de corazón que excluye todo fingimiento y disfraz, en conducta en palabras.
Todo lo anterior hizo a nuestros maestros respetables durante su vida e inmortalizó su nombre después de la muerte. Tomémoslos por modelos, empleemos nuestros esfuerzos por imitarlos».

Dos mil doscientos años y aún la sencillez es la que gobierna. No hacen falta tratados de mil páginas explicando el ser y sus alcances. Por lo menos como base moral Confucio (junto con algunos otros), sigue siendo una cima.