La mitad invisible.

Acabo de levantarme y, junto con el café, encuentro esto:

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Facebook, como siempre, el adalid de lo políticamente correcto (Salvo en el caso de Haití, claro ¿Han visto a alguien poner una banderita haitiana en su foto de perfil? ¿Han recibido alguna notificación de «Pray for Haiti»? ¿No? ¿Vieron qué poquito vale un negro si además es pobre? Sigamos. ¿En serio existe un «Día internacional de la Niña»? Me pregunté y fui a cerciorarme de que es así y encontré que sí, que es así nomás.

Escribo y reescribo este párrafo una y otra vez y nunca queda bien. Voy del insulto a la reflexión y nada explica con precisión lo que quiero decir. Entre el enojo y la impotencia debe haber un punto en el cual lo que quiero expresar está bien claro, pero no lo encuentro; ese punto me está resultando demasiado esquivo. Y es que no, no puedo creer que exista un «Día internacional de la Niña», olvidando o dejando (con plena conciencia, claro está) a la mitad de la población más sufriente de lado. LOS NIÑOS, todos ellos, son el grupo más golpeado, abusado, maltratado y explotado sobre la faz de la Tierra ¿Y resulta que ahora, por el simple hecho de tener un pene entre las piernas la mitad de ellos se vuelve invisible?Estamos hablando de 550 millones de niños. Es decir: 550.000.000 ¿Se entiende? Quinientos-cincuenta-millones. Carajo, ya ni sé en qué idioma hablar.

Lo políticamente correcto ha dejado de ser una idea idiota o lamentable para convertirse en algo peligroso. Al igual que la religión, la publicidad, la política y la TV, lo políticamente correcto es sólo una herramienta más para idiotizar a una masa a la que ya tienen más que idiotizada desde tiempos inmemoriales. En lugar de hablar y de luchar por una igualdad real lo que se está haciendo es separar cada vez más a los diferentes grupos sociales. Claro está, en esta separación siempre quedamos del mejor lado ¿no?

La cifra de niños que muere de hambre por año varía según la oficina a la que golpeemos la puerta; pero ronda los tres o cuatro millones. Es decir unos diez mil al día o, si quieren, uno cada diez segundos. Eso significa que mientras leyeron esto, murieron tres, tal vez cuatro niños por hambre; y ahora resulta que la mitad de ellos se ha vuelto invisible por ser, además, niños y no niñas; varoncitos, como se dice. 

Mierda de mundo.

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