La pasión irracional

 

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Una de las imposibilidades de hoy en día es la de poder intercambiar ideas u opiniones con alguien que piense diferente. La mediocridad se ha enquistado en tal modo en el modo de ser de las sociedades que ya es imposible sostener una idea sin que se corra algún tipo de peligro, incluso físico. Muchos de ustedes recordarán que al asumir la presidencia Mr. Donald Trump se vieron muchos casos de intolerantes que atacaban a inmigrantes o incluso a nacionales descendientes de otras razas o religiones. ¿Esto fue algo casual o inesperado? De ninguna manera; los intolerantes siempre estuvieron allí, sólo que antes estaban contenidos por el poder de las leyes (al menos hasta cierto punto); pero al asumir uno de ellos, los demás se vieron desatados.

Algo similar ocurrió en Argentina en los últimos años. El odio que despertaron los Kirchner no es gratuito, estuvo siempre allí, latente, hasta que al fin se hicieron con el poder y es entonces que se desata en toda su estúpida y cruel amplitud.

 

VIOLENCIA 1

 

No fueron los Kirchner y tampoco fue Trump quien dividió a la sociedad; ésta siempre va a estar dividida y eso no es algo intrínsecamente malo. Lo malo es que un grupo se sienta con derechos por sobre el otro y que crea que la violencia (siempre ejercida por ellos, por supuesto) es la solución. Recuerdo para ello las palabras de Bertrand Russell: «Las opiniones que se sostienen con pasión son siempre aquellas para las cuales no existe un buen terreno intelectual; de hecho, la pasión es la medida de la falta de convicción racional del poseedor». O también, del mismo Russell: «El problema de la humanidad es que las personas inteligentes están llenas de dudas mientras que los imbéciles están llenos de certezas».

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Ahora

andreas-diefenbach-german-b-1973-calling-ufo-calling-ufo-2005Que se vienen tiempos difíciles, eso no hay quien lo dude. Todos sabemos lo que los Estados Unidos suelen hacer cuando están desatados y ven enemigos por todas partes y más cuando un imbécil es quien dirige a esa enorme masa de descerebrados. Pero, si sumamos a eso nuestra propia desidia, nuestra propia pereza y nuestra propia inacción no tendremos derecho alguno, luego, a quejarnos o a lamentarnos. Mucho menos a justificarnos delante de nuestros hijos o de cualquier otra generación que nos siga los pasos. Existe una figura legal comúnmente conocida como defensa propia, la cual nos permite usar la fuerza para protegernos o para proteger a los nuestros del ataque infundado de cualquier ente, sea éste un animal, otra persona o una institución cualquiera.

En este caso, como es obvio, estoy hablando de Donald Trump y de sus medidas políticas basadas en el racismo, la intolerancia y la estupidez práctica lisa y llana. Está bien, tiene todo el derecho a ello, eso no se lo voy a criticar; no se puede legislar sobre la estupidez humana (y ser racista, misógino o xenófobo son características intrínsecas a la estupidez, así que nada puede hacerse desde la ley). Lo que sí no puedo tolerar es quedarme quieto. Como dije antes, hay una figura que me protege y contempla: la defensa propia.

Ante el ataque del presidente norteamericano, los primeros presidentes que salieron a miniaturasdefender a México fueron Nicolás Maduro y Evo Morales; dos de los “dictadores” latinoamericanos. Sería bueno, muy bueno, que alguna vez los latinoamericanos comenzaran a verse en un unidad en lugar de hacer caso a la propaganda política norteamericana que ve dictadores donde más le conviene y no los ve donde los hay en realidad (por seamos sinceros, si Venezuela no tuviese petróleo a nadie le importaría quién o cómo la gobierna. Mientras tanto, EE.UU. no dice nada del accionar israelí o árabe aunque estos masacren a otro país o ejecuten a personas en la plaza pública).

A comenzado en Latinoamérica una fuerte campaña en contra del consumo de productos norteamericanos. Espero que no todo quede en una mera muestra de cartelitos coca-cola-lucha-de-clasesfacebookeros y que la acción sea llevada adelante con toda la fuerza posible. Sé que muchos no se plegarán a este accionar (a quienes luchan a favor del invasor les dicen cipayos en Argentina o malinchistas en México; lo cual indica que traidores, en estas tierras, los hubo siempre. También habrá que luchar contra ellos si es necesario).

La receta es simple: contra la violencia ciega y torpe, la acción concreta y pacífica; contra la burla soberbia, la dignidad humilde pero orgullosamente poderosa; contra la bravata torpe e ignorante, la altivez del silencio colectivo.

Hace una par de meses dije que esta puede ser una gran oportunidad para México; ahora veo que puede serlo para toda América Latina. Espero ver, de una vez por todas, a este continente unido contra cualquiera que quiera hacernos daño, todos; tanto a los de afuera como a los de adentro. Tal vez aquellos versos de José Hernández escritos en 1879 sean, al fin, escuchados: “Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera / tenga unión verdadera / en cualquier tiempo que sea / pues si entre ellos pelean / los devoran los de afuera”.

¡Resistan! (Después de no pensar demasiado)

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No hace mucho hablé sobre las deficiencias de las democracias actuales y ahora, con el advenimiento de Donald Trump (que será todo lo que ustedes quieran, pero que ganó las elecciones legalmente), los adalides del apocalipsis están de parabienes. Lo peor es que tal vez tengan razón; al menos esta vez las probabilidades se acrecentaron de su lado. La foto con la que ilustro esta entrada la tomé de Twitter y corresponde al mismo día de la asunción Trump y, al verla, sentí que esa sola imagen sintetizaba lo que había dicho aquella vez: algo no anda bien en los sistemas democráticos actuales. ¡Nosotros somos más! ¡Resistan! Dicen el cartel arrastrado por el avión que quedó fuera de foco. ¿Pero es en serio que son más? ¿Entonces cómo es que ese tipo llegó adonde está? ¿No será porque ellos son menos pero saben moverse? ¿No será porque la mayoría se conforma con ser mayoría y pretende que las cosas se solucionen sin tener que mover un dedo, es decir, pretendiendo que todo el trabajo lo hagan los demás? Y esto vale para todos los países, claro, no es cosa ahora de sentirse un genio ante la proverbial estupidez norteamericana. Esto es un ejemplo del que debemos aprender para aplicarlo a nuestros propios países y a nuestros propios sistemas democráticos: nada se logra con la apatía, con la desidia, con el desinterés. Como bien dice el adagio popular: si quieres algo bien hecho hazlo tú; y si no lo haces pues grita y llora después, es tu derecho, pero no culpes a nadie por ello; y sobre todo, si formas parte de la mayoría, lo mejor es que hagas algo antes.

Resulta que ahora hay iluminados por doquier

tumblr_og6vzay2h41qfzcnbo1_500A ver, gente ¿Qué nos está pasando? ¿A qué viene todo este querer rasgarse las vestiduras por la elección de un imbécil en el país más poderoso del mundo? ¿Ahora resulta que somos todos brillantes electores desde nuestra propia latitud y además somos todos expertos en cuestiones democráticas? Si así fuera deberíamos saber que, por principio, la elecciones democráticas son una farsa y en algunos sitios más que en otros. Por ejemplo, los Estados Unidos de Norteamérica. El tema es largo, pero seré breve en la medida de lo posible. Para empezar, una elección de tal magnitud entre solo dos candidatos que sólo difieren en aspectos muy pequeños de sus plataformas es cualquier cosa menos democrática ¿Dónde están las variantes, dónde las ideas renovadoras, dónde el pensamiento original? Pues en ningún lado. Comes hamburguesas con ketchup o hamburguesas sin ketchup; las opciones no van más allá de eso.

Segundo: No hay en los Estados Unidos un sistema de elecciones porcentuales; quien gana un estado gana TODO; como si de un partido de fútbol se tratara, quien pierde se va con las manos vacías. Digamos que si en un estado hay cien electores y el candidato A le ganara al candidato B por un porcentaje de 60% a 40% ¿No sería justo que el candidato A obtuviera_92356436_us_elections_2016_exit_polls_race_624-2 60 electores mientras el candidato B obtuviera 40? Claro que sí, eso sería moral, práctica y matemáticamente justo; pero eso no sucede nunca; el candidato A se queda con los cien electores y listo, se acabó el problema ¿Qué pasa con las minorías? Pues que se joden, eso es todo. Entonces, como se ve en el gráfico, quienes realmente eligen son los blancos. Los negros, hispanos y otras minorías no tienen la más mínima posibilidad de elegir nada. La democracia, insisto, es una farsa.

Tercer punto: La publicidad democrática nos dice que ese es el mejor sistema, etc., etc. Falso. ¿Desde cuando la masa elige de manera inteligente? Eso es sentido común, no me vengan ahora con que estoy siendo racista o clasista o cualquier otra cosa similar. Les dejo un ejemplo tangencial pero clarísimo: hace algunos años el campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov se enfrentó, internet por medio, con mil jugadores. Kasparov hacía una jugada y las mil personas que se habían anotado para enfrentarlo tenían veinticuatro horas para indicar su jugada. La jugada que obtenía mayores votos era la elegida. Claro está, Kasparov ganó fácilmente, ya que para enfrentarlo hacía falta jugar de manera brillante y eso sólo lo conseguían dos o tres jugadores de esos mil; la mayor parte sólo veía jugadas triviales, poco aptas para enfrentar a un oponente como el campeón del mundo. Lo mismo sucede con las elecciones políticas. La mayor parte de los electores son jugadores mediocres y votan de forma mediocre, eso es todo. Y mejor no entro en los temas de manipulación porque sería no terminar más con el asunto.

idiotasCuarto: ¿Y por casa cómo andamos? Ahora resulta que todos suben memes súper graciosos a las redes sociales burlándose de Trump y de las elecciones y de los electores norteamericanos, como si nosotros en nuestros países hubiésemos votado a un premio Nobel. Vamos, no seamos tan hipócritas; las masas son masas en todos lados, en el tercer mundo como en el primero, según vemos.

Quinto y termino: Los imbéciles o canallas que nos gobiernan fueron elegidos por nosotros. No tenemos que pedir mejores políticos o mejores presidentes. Tenemos que pedir un mejor electorado. Ése es el único modo de cambiar las cosas si es que realmente queremos hacerlo.

¿Dónde estás México?

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Viernes 06:30 a.m. El tránsito en el centro histórico de Morelia es un caos. La ciudad, antigua y poco preparada para el volumen de vehículos del siglo XXI, se encuentra en ese estado, además, porque el gobierno local cerró varias calles por un desfile que se iniciará recién a las nueve de la mañana. ¿Por qué cerrar tres horas antes esas calles? Vaya uno a saber. Para completar la situación no hay ninguna autoridad que explique o, siquiera, que avise lo que está sucediendo; así que uno llega con su coche a una calle y la encuentra cerrada, vuelve, sigue hasta la siguiente y… lo mismo, exactamente igual ocurre con la tercera. Nadie explica nada, nadie responde. ¿Qué hacen los conductores? Sólo exclaman un clásico “Pinche gobierno” y mientras buscan cómo salir de allí.

Viernes 21:16 Acabo de ver el video donde uno de esos representantes de la Gran Democracia del Norte le dice a Jorge Ramos “Get out of my country” (“lárgate de mi país”) luego de que éste fuese sacado por la seguridad de Donald Trump por atreverse a hacer preguntas incómodas; esas preguntas que todo periodista que se precie debe hacer. Alguien subió el enlace a Facebook. También han subido varias fotos burlándose de Donald Trump, y alguien ya creó una piñata con la figura del teñido candidato a presidente norteamericano, pero no mucho más.

Viernes 21:19 Me pregunto: ¿Dónde están los mexicanos? ¿Qué fue de la sangre que hervía en estas tierras ante las injusticias? ¿Qué fue del nombre de Emiliano Zapata? ¿Tiene algún significado la palabra Revolución para esta gente más allá de ser un término histórico? Me produce una profunda tristeza ver cómo la gente es abusada, apaleada, incluso asesinada y que esa gente sólo se conforme con subir un cartelito inocuo a Facebook o a alguna otra red social.

Sé que no es lo mismo ―en cuanto a gravedad del hecho― un simple atascamiento de tránsito que una expresión racista y xenófoba; y mucho menos grave es esa tontería de un gringo ignorante ante los 43 jóvenes asesinados en Ayotzinapa, 43 jóvenes que aún esperan algo de justicia en este país donde Zapata debe estar revolviéndose en su tumba ante la muerte de tantos y los simples “Pinche gobierno” de todos los demás mientras corren a un Oxxo a comprar un cerveza. No dejo de sorprenderme y no dejo de preguntarme ¿Dónde estás México?