Vladimir Putin está en el poder desde 1999 y lo estará hasta el 2024; es decir, 25 años. Eso está muy bien, las leyes de su país así lo permiten y nadie puede decir nada. Pero ahora resulta que Vladimir Putin quiere modificar la Carta magna de su país y así poder perpetuarse en el poder de manera indefinida. Veamos cómo lo dice La Razón:
«En su proyecto de reforma a la Carta Magna, Putin plantea que el mando ya no se concentre en la presidencia, sino en el primer ministro, como ocurre en sistemas de gobierno europeos. Hasta aquí, no hay nada de anormal; sin embargo, al tomar en cuenta que el líder ruso planea dejar la presidencia en 2024 y convertirse en primer ministro, la iniciativa parace jugar a favor de que sea él quien continúe al frente del destino de Rusia y de la política exterior de sus aliados».
Y bien… me puse a leer titulares de diarios de aquí y de allá; del norte y del sur, del este y del oeste y no encontré ni uno solo que titulara algo así como «dictador» ni, mucho menos «indio dictador», tal como en algún sitio racista vi que se lo tildaba a Evo Morales, quien ganó de manera honesta su cuarta reelección, la cual no pudo cumplir porque, ya se sabe, no es lo mismo ser un lindo rusito que un indio boliviano (ya hablaré de mi experiencia personal en Bolivia en una próxima entrada; ya que ha desaparecido de las noticias, creo que podría sumar un pequeña nota al pie).
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Por cierto; algo así ocurre también con Nicolás Maduro (quien va por su segundo mandato) y Angela Merkel, quien va por el cuarto y quien dijo que no va a presentarse a una nueva elección (cosa que podría hacer, si quisiera). Vean los titulares y notarán la enorme diferencia en los adjetivos entre ambos mandatarios. ¿Alguien ha leído u oído que se la tildara a Angela Merkel de «tirana», «dictadora» o algo por el estilo? Al contrario; los adjetivos son siempre positivos (como la famosa «Dama de Hierro»; Margaret Tatcher, quien también estuvo once años en el poder).
¿Qué tendrá Europa y la América del norte que nunca tienen tiranos suceda lo que sucediere y en cambio Latinoamérica siempre está en problemas con estos indios dictadores? ¿Será una cuestión política o semántica? ¿Será una cuestión cultural o geográfica? ¿Será una cuestión orgánica o legal? ¿O será simplemente una cuestión racista?
En lo personal creo que tendría que modificar la primera de las preguntas que hice y que debería plantearla así: ¿Será una cuestión política o racial? y la respuesta que daría es que sí; es que es ambas cosas y que la cuestión semántica sólo está al servicio del primero de los poderes. El poder político usará cualquier herramienta que necesite para ejercer su fuerza, y la semántica, el lenguaje y los significados están a su servicio. Recuerdo aquí aquellas palabras de Philip K. Dick:
«La herramienta básica para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si puedes controlar el significado de las palabras, puedes controlar a la gente que debe usar las palabras».
Y por supuesto, si uno tiene la (gran) suerte de no ser boliviano, mucho mejor. Eso es algo que siempre ayuda.