Los fascismos temen, como todos bien sabemos. No hay nada más asustadizo que un fascista y, como bien nos lo señaló Bertold Brecht, no hay nada más peligroso («No hay nada más peligroso que un burgés asustado», dijo; y si cambiamos «burgués» por «fascista» la frase es igualmente válida). Encontré una prueba de esto en la siguiente imagen, la cual me llegó hace unos pocos días. En ella podemos ver un folio legal que dice:
«En registro efectuado por las fuerzas del Orden Público, en el domicilio de Paulino Martinez Taboada, le han sido encontradas dos tomos de «ASÍ HABLABA ZARATUSTRA» y manifestándome dicho Delegado que el expresado individuo se halla detenido en la Carcel de este partido á su disposición, le adjunto los expresados libros á los efectos procedentes.
Acuseme recibo.
!!Viva España!!
Vigo 24 de Agosto de 1936
El comandante Militar.»
Debo reconocer que sentí no poco placer al ver que los libros que tanto peligro entrañaban para las autoridades no eran otros que dos ejemplares de Así hablaba Zaratustra. También entiendo el carácter de su miedo, el cual no es otro que el miedo eterno de todo fascista: el miedo al pensamiento libre.
Esta fotografía me pareció toda una declaración de principios. Aún el resto de la página, la parte que se encuentra en blando, nos está diciendo algo.