Doce citas atemporales

orwell Ilustración de Lesley Barnes.

Hay ciertos libros de los que se ha hablado tanto que muchos, sin haberlos leído, saben bien de qué se tratan y de cuáles han sido los alcances de sus ideas. 1984, de George Orwell es uno de ellos; tal vez sea del que más se sepa, a través de ideas como la del Gran Hermano, por ejemplo. Hoy les dejo unas doce citas de la novela y los invito a que las relacionen con el mundo de hoy; sobre todo con el verdadero Gran Hermano y con sus pequeños secuaces de alrededor del globo. (Le agradezco a Elizabeth por la idea).

«En nuestra época no hay tal cosa como «mantenerse fuera de la política.» Todos los problemas son problemas políticos; y la política es una masa de mentiras, evasiones, locura, odio y esquizofrenia.»

«Toda la propaganda de guerra, todo el griterío y las mentiras y el odio, viene, invariablemente, de la gente que no está luchando.»

«La guerra contra un país extranjero sólo ocurre cuando las clases adineradas piensan que van a beneficiarse de ella.»

«En la vida real es siempre el yunque el que rompe al martillo…»

«El mismo concepto de verdad objetiva está desapareciendo del mundo. Las mentiras serán historia.»

«En una época de engaños, decir la verdad es un acto revolucionario.»

«El periodismo está imprimiendo lo que alguien no quiere impreso: todo lo demás es de relaciones públicas.»

«El nacionalista no sólo no desaprueba las atrocidades cometidas por su propio lado, sino que además tiene la notable capacidad de ni siquiera oír hablar de ellas.»

«Las amenazas a la libertad de expresión, a la escritura y a la acción, aunque a menudo triviales aisladamente, son acumulativas en su efecto y, a menos que destaquen, conducen a una falta de respeto general de los derechos de los ciudadanos».

«Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota aplastando un rostro humano para siempre.»

Hasta ahí van diez; dejo para el final dos muy conocidas y, tal vez, mis favoritas:

«La guerra es paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es fortaleza.»

«Quien controla el pasado controla el futuro… quien controla el presente controla el pasado.»

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Espiando a Gran Hermano

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Es por todos conocida la imagen o idea del Gran Hermano (no el programa de T.V., sino el otro, el verdadero, aquel que anticipó George Orwell en 1984). Todos sabemos que los sistemas de vigilancia se están multiplicando y perfeccionando día a día, y que sin que nos demos cuenta, sin ningún tipo de impedimento y, sobre todo, sin nuestro permiso; cada minuto que pasa se está creando a nuestro alrededor el más perfecto (si se me permite la expresión) sistema de control y sometimiento. Dos de las características principales del Gran Hermano son su ubicuidad y su invisibilidad pero, como todo esto aun se encuentra bajo construcción, todavía pueden verse los hilos de la marioneta o alguno de los remaches del decorado.

«Un nuevo proyecto publicitario, ‘Conversiones API’, que permitirá formar un amplio perfil de usuario basándose en lo que tecleen o incluso compren fuera de casa».
Google aseguró que toda la información de los clientes va a ser completamente anónima pero el periodista Jim Edwards escribió en el diario ‘Business Insider’ que muchos notarán una interferencia en su vida particular: «Si usted compra una camiseta en un centro comercial con su tarjeta de crédito, puede comenzar a ver un montón de anuncios en línea más tarde que sugieren pantalones o vaqueros que hacen juego con la camiseta».

Sin embargo, toda la información que está siendo recopilada por Google —estimada en millones de servidores en todo el mundo— no solo se proporciona a empresas de publicidad. El mes pasado, Google informó de que el Gobierno de EE.UU. pidió información personal sobre unos 8.000 usuarios particulares durante los primeros meses de 2012″.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/81752-google-sabe-hace-conectado-internet

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Así que ya saben, si bien Google debe saber la marca de las sábanas que usamos, nada de cámaras o tablets o laptops en nuestra habitación. En realidad nunca sabremos cuándo comenzarán a funcionar solas y qué información comenzarán a enviar por toda la red.

Vigilar, controlar, castigar. Parte I

Michel Foucault publicó en 1975 su estudio titulado Vigilar y castigar.  En él examina los mecanismos sociales y teóricos que hay detrás de los cambios masivos que se produjeron en los sistemas penales occidentales durante la era moderna. Allí hace referencia al Panóptico de Bentham.

Jeremy Bentham, en 1791, diseñó un sistema carcelario llamado panóptico. En palabras sencillas: el panóptico es una prisión circular con una torre en el centro. En dicha torre se sitúa el guardia, el que puede observar, de este modo, a todos los prisioneros. La torre central posee cristales que permiten la visión del guardia, pero impiden a los hombres encarcelados verlo a él.

El guardia ve al preso pero el preso no puede ver al guardia. Todos sabemos que, cuando una persona es observada, se comporta de manera diferente del modo en que lo hace habitualmente (no hay más que pensar en nosotros mismos; en las muecas que hacemos cuando nos cepillamos los dientes o en como cantamos a viva voz bajo la ducha. Y ni hablar si tenemos la casa sólo para nosotros durante un fin de semana).

Aquí se produce el primer giro interesante del diseño. El prisionero se sabe observado por el guardia y adapta su conducta para no ser castigado; es decir, se comporta de la mejor manera posible. Luego de un tiempo, ni siquiera es necesario que haya un guardia en la torre. Basta con que el prisionero suponga o crea que hay un guardia en la torre. Ante la duda de si hay o no un guardia en la torre, el prisionero se comportará como si lo hubiera. el prisionero comienza a autovigilarse; a autocontrolarse. El panóptico es el sistema de vigilancia perfecto: el prisionero se vigila a sí mismo.

Breve digresión:

En 1948, George Orwell publica su famosa novela 1984. Si no la han leído, seguramente conocerán a uno de los «personajes» principales: el llamado Gran Hermano. ¿Les suena? El Gran Hermano es, lisa y llanamente, el poder; y controla y vigila a todos los habitantes. ¿A todos? Bien, no a todos directamente. Orwell se encontró con un problema. No se puede controlar a todos  al mismo tiempo. Si B controla a A, ¿Quién controla a B? Digamos que lo hace C.; entonces ¿quién controla a C? Etc. Orwell sale del pasomcon una solución sencilla: hace que el Gran Hermano  controle directamente y durante las veinticuatro horas a los integrantes del gobierno -sin controlas a los controladores, por extensión controlas a todo el pueblo-.

¿Y adónde quiero ir a para con todo esto? Vamos al grano. A esto:

Hay millones de cámaras de seguridad en todo el mundo. ¿Hay alguien detrás de ellas? No lo sabemos. Pero cuando vemos una cámara de seguridad nuestro comportamiento se modifica. Somo los nuevos prisioneros del panóptico foucaltiano. Nos vigilan las veinticuatro horas y, a diferencia del 1984 de Orwell no necesitan que haya una persona detrás de cada cámara. Con las nuevas tecnologías todo se graba; es decir que todo podrá verse de ser necesario.

Así que, cuando veas una cámara de seguridad, no lo olvides, no importa si hay o no una persona detrás de ella. El Gran Hermano te vigila.