En 1923, el arquitecto de la Universidad de Columbia Harvey Wiley Corbett propuso una solución novedosa al problema del tráfico de Manhattan: la rendición. Sus Propuestas para aliviar la congestión del tráfico en Nueva York tenían cuatro fases:
- 1. La situación actual.
- 2. Los peatones se transfieren desde el nivel de la calle a los puentes que están en voladizo desde los edificios, y las tiendas también se trasladan a este nivel.
- 3. Los «recortes» en los edificios permiten que seis autos se muevan al mismo nivel, con espacio para dos automóviles en cada lado.
- Al final, todo el nivel de la ciudad sería un océano de automóviles, aumentando el potencial de tráfico en un 700 por ciento, mientras que los peatones cruzaban las calles en puentes elevados.
Corbett tuvo una visión extrañamente romántica de esto: «Todo el aspecto se convierte en el de una Venecia muy modernizada, una ciudad de arcadas, plazas y puentes, con canales para calles, solo que los canales no estarán llenos de agua sino con un fluyente y libre tráfico, el sol brillando sobre las negras copas de los autos y los edificios que se reflejan en esta oleada de vehículos que ruedan rápidamente». “En 1975 —escribió Corbett—, Manhattan podría ser una red de calles de 20 carriles en la que los peatones caminan de «isla» a «isla» en un «sistema de 2,028 soledades»”. La verdad es que eso no se siente tan diferente de lo que tenemos hoy, si vamos al caso.
Por cierto; eso de conducir por debajo de la ciudad es algo que aquí en México ya se hace, aunque el planeamiento haya seguido un curso más azaroso. Hace poco tuve la oportunidad de visitar Guanajuato (oportunidad que espero repetir pronto, porque la verdad es que me quedó muchísimo por ver y conocer todavía) y allí hay una extensa red de caminos que recorre la ciudad en todos los sentidos. Guanajuato está construida sobre un terreno extremadamente irregular y muchas de las calles son intransitables para los automóviles. Entonces los residentes han convertido zanjas de drenaje subterráneas y túneles en carreteras. Estos caminos habían sido cavados para el control de inundaciones durante la época colonial, pero las presas modernas han hecho que ya no sirvan para esa función. Fue una magnífica idea, entonces, usarlos para aligerar el tránsito y ahora, como atracción añadida a una ciudad que ya de por sí parece tenerlo todo.
Aquí un video encontrado en YouTube, donde podrán encontrar algún otro en referencia a este tema: