Las ideas. La derecha puede gobernar sin ideas, no las necesita; más aun, en la derecha las ideas son para confundir.Pero la izquierda no puede vivir sin ellas; su justificación es que ahí está la intención o capacidad de reflexionar, aunque muchas veces, en el afán de llegar al poder, los partidos izquierdistas se quedan sin ideales y sacrifican sus principios.
El capitalismo. El capitalismo clásico explotaba a los asalariados; el neocapitalismo explota a los consumidores. Es necesario que las mayorías acumulen cosas para que las minorías acumulen capital. Ingenioso. El capitalismo no promete nada. Nos dice que nos las arreglemos solos. No hay nadie en el capitalismo que nos diga: «trabajamos para la felicidad de todos». Y ha introducido la idea de que si tú fracasas, la culpa es tuya.
El socialismo. El pensamiento socialista es hoy un campo en escombros, un amontonamiento de huesos donde las formas originales apenas se reconocen y solo la imagen de Marx se distingue precisa, nítida, al fondo.
La burocracia. La burocracia, la jerarquía es falsa. Es un sistema por el que yo acepto que una persona es un superior mío, y esto lo aceptamos como una condición misma del funcionamiento de la sociedad.
La globalización. Globalización no es igual a paz. Está contribuyendo a la desaparición de culturas, de la diversidad, un ingrediente esencial del mundo y del ser humano. El ser humano es la cosa más descartable que existe hoy. Se descartan personas que ya no se necesitan, trabajadores, culturas, pueblos. Lo que no cuente como utilidad para el carro de una economía globalizada se descarta.
Ética y moral. Los males que sufrimos hoy son independientes de las ideologías. Hay un olvido de la conciencia moral que ha contaminado todo. No importa dónde mires, las mafias y la corrupción están allí, como una enfermedad que, espero, no sea incurable. ¿Cómo es posible que un niño bueno se transforme en un hombre malo, en un adulto malo? En un mundo como este, donde lo que cuenta es el triunfo personal, algo que se convirtió en valor, no se puede esperar otra cosa. E triunfo personal es lo que cuenta, valga lo que valga, ocurra lo que ocurra. Está haciendo falta una resolución ética.
Voy a ser breve: encontré un artículo sobre el querido José Saramago en una revista de filosofía y me pareció que transcribir algunas de las entradas era, casi, un imperativo. Cada una de las opiniones de Saramago puede ser el germen de una reflexión personal que no nos dejará indiferentes.