¿Quién es un buen chico?

Hay una tumba en el cementerio de Bosque de Pinos, en Wilmington, Carolina del Norte, que dice lo siguiente:

«JIP» JONES
SEPT. 24, 1894
MAY. 18, 1904

Este fue el único perro que he conocido
Que asistió a la iglesia cada domingo.

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En realidad, era común que los perros asistieran a los servicios en otros tiempos. De hecho, hasta el siglo XIX, eran tan numerosos que las iglesias empleaban “perro batidores» para eliminar a los perros rebeldes durante los servicios. La gran iglesia de San Bavón de Haarlem, en los Países Bajos, contiene una talla de un “perro batidor” en pleno trabajo (pueden verlas en las dos fotografías que ilustran esta entrada).

El famoso naturalista del siglo XVIII Carl Linnaeus (del cual volveré a hablar mañana) solía asistir a misa con su perro Pompe. Linnaeus siempre se quedaba una hora después del servicio, independientemente de que el sermón hubiera terminado. Se dice que luego de la muerte de su amo, Pompe llegaba al servicio solo, esperaba la hora habitual y luego se iba.

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«Al cielo se va por favor», escribió alguna vez Mark Twain. «Si se fuese por mérito, nosotros nos quedaríamos afuera y los perros adentro».

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El publicista de Bergoglio

Hace unos días me encontré con una foto y una noticia curiosa. En medio de su paso por la Plaza de San Pedro, una paloma blanca vino a posarse en la mano de Jorge Bergoglio, más conocido ahora como el Papa Francisco.

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Por supuesto, muchos portales de internet hablaban de milagro; porque ya se sabe cómo es eso, cualquier cosa fuera de lo común la iglesia católica lo atribuye enseguida a una injerencia directa de su dios; como si éste no tuviera otra cosa que hacer que mostrarse en la corteza de un árbol o en una tostada (dato al margen: Pareidolia se llama al fenómeno psicológico que consiste en que un estímulo [generalmente una imagen] sea percibido erróneamente como una forma reconocible).

Ahora sale a la luz este gracioso y tierno video, donde se ve a un pequeño que corre y ocupa el trono papal y hace algunas gracias junto a Francisco. Nadie lo detiene (y eso que el Papa tiene un sistema de seguridad mayor que muchos presidentes o primeros ministros europeos) y tampoco aparecen los padres, lo cual ya resulta más llamativo. El video que dejo aquí dura menos de un minuto, pero las noticias hablan de que el pequeño estuvo junto al Papa durante unos veinte minutos.

Me perdonarán los bienpensantes de siempre; pero esto huele a estofado mal cocinado para aquellos que quieren creer en milagros a como dé lugar. Sin duda alguna, Bergoglio tiene un publicista muy superior a Ratzinger, y ello se nota en los comentarios del público en general y, sobre todo, en la prensa mundial, la que ya sabemos aliada del poder de turno, sea éste cual fuere. Un ejemplo claro de esto que digo es lo que ocurrió de verdad con el caso del publicitado milagro de la paloma. En realidad, una persona de entre la multitud le acerca a un agente de seguridad una jaula con dos palomas. Francisco, en un gesto notable, único, transgresor, inesperado, las libera; pero la segunda de ellas, asustada, se detiene unos segundos en la mano del Sumo Pontífice. Así que eso es todo; de milagro, nada de nada.

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Lo de la paloma, entonces, no pasa más allá de lo que puede hacer cualquier miembro de una sociedad colombófila cualquiera. Lo del niño colombiano es, en una palabra, repugnante. La iglesia católica toda está manchada con los interminables casos de abusos a menores y con los posteriores encubrimientos a los sacerdotes pedófilos o con supuestas quiebras para no pagar las indemnizaciones correspondientes que fueron dictadas por la justicia. Entonces, hacer actuar a un niño para intentar lavar esas huellas ya indelebles es otra forma de abuso infantil.

La iglesia católica puede hacer mucho más para lavar su imagen que estas patéticas muestras publicitarias. por ejemplo, puede lavar su imagen, pero haciéndolo de verdad.

De nazis y católicos y facistas y de historias de nunca acabar.

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Murió Erich Priebke. El excapitán de la SS y autor de crímenes de guerra en Italia durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), murió a los 100 años en la ciudad de Roma, donde se encontraba bajo arresto domiciliario desde que fue extraditado desde Argentina en 1995. Cosas que pasan, nada del otro mundo. Pero lo que llama la atención (y no veo por qué nos sigue llamando la atención cuando esto es moneda corriente), es el apoyo de cierto sector de la iglesia (digo de cierto sector porque es el que sale a hablar; el otro sector también lo apoya, sólo que no dice nada).

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El dominico Aníbal Fosbery,  reivindicó y agradeció el apoyo que recibiera su institución universitaria del nazi Erich Priebke. El artículo completo, aquí.

 

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Dicho sea de paso, encontré esta foto de Fray Aníbal Fosbery y del Papa Francisco. Y esto sí que me llama la atención: ¿Qué símbolo lleva Francisco en el pecho? No tengo a mano mi Diccionario de símbolos, pero en cuanto lo tenga buscaré la imagen y actualizaré los datos.

Sexo no, violencia sí

Cuando uno dice que «no ve televisión» suele recibir miradas de desconfianza. Miradas que llevan implícita, en su expresión, cierto desdén, cierta displicencia. Muchas veces se nota algo parecido al menosprecio; esas miradas suelen llevar consigo la expresión «vamos, todo el mundo mira televisión. Sólo que quieres darte aires de intelectual»; o algo por el estilo. En lo personal, termino de trabajar a las 22:00 Hs. Ceno, es cierto, frente al aparato de T.V., pero en cuanto puedo me retiro a mi habitación a leer. Y no porque quiera darme «aires» de intelectual ni nada por el estilo. Simplemente es que lo que se ve en la televisión es, sencillamente, vomitivo.

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Desde hace muchos años, es muy difícil ver películas donde el tema central no sea la violencia. Esto tiene relación con los individuos del post anterior: la cúpula católica. Al menos en mi país, Argentina, la iglesia católica se ha opuesto a la exhibición de cualquier filme que contuviera cualquier cosa relacionada con el sexo. Ya fuese un desnudo, pechos femeninos, caricias, sensualidad toda. Por supuesto que no estoy pidiendo que se muestren escenas de sexo explícito, sino simplemente de escenas que muestren a dos personas amándose y que jueguen un papel necesario en la película.

Ahora sí, si uno quiere ver cómo se deshace a una persona en mil quinientos pedacitos, encontrará, también, mil quinientas formas diferentes de hacerlo. Películas como El juego del miedo, Jeepers Creepers, La masacre de Texas, Destino final (y eso por no nombrar a esas clásicas series que ya todos conocemos) son sólo una muestra interminable de matanzas a cada cual más grosera, bizarra y explícita. Cabezas que revientan o son aplastadas, cuerpos mutilados, atravesados por todo tipo de elemento metálico, métodos varios de tortura. Es realmente cansador y aburridor ver una y otra vez la misma escena con las variantes del caso (de un película a otra de la misma serie lo único que varía es que cada vez las formas de matar se hacen más grotescas y explícitas).

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No voy a cometer el error de culpar de todo a la T.V.; pero vamos, no me van a decir que no hay cierta correlación entre la violencia que se nos muestra constantemente y la violencia que vivimos a diario en nuestras sociedades. Hay un canal —cuyo nombre, sinceramente, no recuerdo— que en una de sus publicidades destaca a varios asesinos seriales que se basaron en películas para cometer sus crímenes, como si imitar a un ídolo del deporte o de la canción se tratara.

La preguntas que siempre me hago son, como siempre, simples: ¿Qué mente enferma considera que un pecho femenino sea algo que debe esconderse? ¿Qué degenerado o enfermo considera que un joven no puede ver a una pareja amarse y sin embargo nada dice cuando un hombre viola y desgarra lenta, meticulosamente, a una mujer inocente e indefensa? ¿Qué patología sufre aquel que prohíbe una escena donde una mujer o un hombre se desnudan inocentemente y nada dicen cuando el cuerpo desnudo aparece descuartizado y en medio de litros y litros de sangre?

Seré simple, seré inocente, seré algo estúpido quizá; pero creo que si les enseñáramos a nuestros hijos el valor de amar, estaríamos bastante mejor. Y no me refiero a las vacías frases de amor de una tarjeta o de un cartelito de esos que aparecen en la red. Me refiero al verdadero acto del amor, al que incluye el cuerpo y el alma; los labios y el sentimiento, las manos inquietas y la bondad, la confianza ciega de entregarse a las manos del otro. Quizá con el paso del tiempo conseguiríamos una generación donde las personas verían la piel del otro como algo digno de acariciar, no un lugar donde marcar una cruz con un cuchillo de quince centímetros.

Secta, sector, sectario.

Desde hace unos días se reabrió, en Argentina, un debate que, cada tanto, reaparece en todos los medios de comunicación. El punto de  partida es el ya conocido tema de las transfusiones de sangre y los Testigos de Jehová. Pablo Albarracini, de 38 años, se encuentra en estado de coma y su padre recurrió a la justicia para que se le suministrara dicha transfusión. La esposa de Pablo, se opuso (con el apoyo de su congregación).

Cuando estos debates salen a la luz, enseguida comienzan, también, a  salir a la luz las etiquetas (muchas veces a falta de argumentos). La más común de ellas es la de secta. ¿Son los Testigos de Jehová una secta o una religión? Quien esto escribe tiene su opinión formada, pero voy a dejarla para lo último; por lo pronto comencemos por donde corresponde, por el principio; eso quiere decir, por la definición «tradicional» de secta.

Como es inevitable, vamos a las definiciones del diccionario de la R.A.E.:

1.f. Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia o independiza de otra.

2.Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica.

3. Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que se considera falsa.

Estoy de acuerdo, básicamente, en la primera y segunda definición; la tercera me hace un cierto ruidito, la que se encuentra después de la conjunción: «fieles a una religión que se considera falsa». Aquí hago una pregunta fundamental: ¿Quién determina cuál religión es «falsa» y cuál es «verdadera»?

Sigamos adelante, veamos la definición etimológica: «La palabra latina secta tenía varios significados, tales como ‘forma de vida’, ‘manera de pensar’, ‘norma de conducta’, ‘partido político’, ‘escuela filosófica’, ‘facción religiosa’. Aunque no se sabe con certeza su origen, algunos etimólogos creen que proviene del verbo sequi ‘seguir a alguien’, pero otros atribuyen su procedencia a la palabra sectus, participio del verbo secare ‘cortar’, ‘desgarrar’, proveniente del indoeuropeo sekw- ‘seguir’, ‘acompañar’».

No nos resulta de mucha ayuda. Lo mismo da para un roto que para un descosido. Depende de quien sea el que esté hablando será el destinatario de la correspondiente etiqueta.

Descartes dijo: «Entre los hombres no hay nada mejor distribuido que el sentido común: todo el mundo cree tener el suficiente». Lo mismo podría aplicarse a la inteligencia, el buen gusto, la educación o lo que sea. Hágase la prueba de realizar esta pregunta en una sala con diez personas, en un teatro con mil o en un estadio con cuarenta mil personas. Todos están convencidos de que ellos son buenos, justos, inteligentes, etc. Cuando uno se encuentra con una persona religiosa (o mero creyente, lo cual no es lo mismo), pregúntesele cuál es la verdadera religión. «¡Pues claro!» oirá al instante, «¡La mía!».

Está bien, muchas opciones no le estamos dando; sin duda que ante esa pregunta no le queda otra opción que esa respuesta; pero ése no es, en realidad, nuestro problema. El problema es suyo, por sectario. Por más que sea seguidor de una de las tres principales religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo) como a cualquiera de sus miles de variantes de menor grado participativo, todos están convencidos de que ellos poseen la verdad y no los demás. lo que los obliga a tener que reconocer que solamente ellos serán salvos y no los demás (Éste es otro problema en el que se ven inmersos, precisamente, para no ser inconsistentes con su propio sistema de creencias).

Y he aquí al punto al que quería llegar: toda religión es una secta y viceversa. Desde el momento en que crean un sector específico, desde el momento en que sectorizan a la población, nada las distingue. O son todas religiones o son todas sectas; lo mismo da.

Personalmente creo que dejar morir a un ser querido por no realizarle una transfusión me parece una estupidez y una inmoralidad; pero también me parece una estupidez y una inmoralidad la ablación genital a las mujeres en el islamismo (por no hablar otros maltratos de los que ya hablé), o el proteger a un pedófilo o justificar a la misma pedofilia (de lo cual también ya hablé en su momento).

Eso, entre otras inmoralidades varias, que si nos ponemos a buscar, encontraremos tantas como querramos.

No hay que ser muy lúcido para notar que quien esto escribe cree, con profunda y meditada conciencia, que las religiones son perniciosas. Y eso por ser medido en mis términos. En realidad creo que son, lisa y llanamente peligrosas. Y como dije antes: si alguien se siente ofendido, pues no me disculparé por ello. A mí me ofende lo que dice la última imagen y no creo que la cúpula católica vaya a dejar de actuar como lo hace porque una persona más o menos se siente ofendida. Hay lugar para todos en este mundo.

¿Y Pablo? Pues ahí sigue, cada día más complicado y con pocas posibilidades de salir con vida de este trance. Allá ellos. Por lo demás, no me meto en temas personales, del mismo modo en que no me gusta que se metan en mis propios temas personales; sólo tomo su caso como punto de partida para temas y reflexiones más generales.

Respuesta a un comentario.

A raíz de las entradas referentes a Hipatia, hoy me he encontrado con un extenso comentario de una persona a la que le ha caído mal mi crítica a los integrantes de la cúpula católica. Lo curioso es que esa persona dice ser un ateo convencido. Debo reconocer que me sentí algo confundido; así que decidí incluir su comentario en esta entrada y, a continuación, mi respuesta.

 

«Interesante, es una opinión muy argumentada. Pero deberías ser mas cauto, pues aunque en mi país, España, la religión se está convirtiendo en una lacra, el odio que supuesta-mente esta nos infunde, en tu caso, en argentina supongo, no ha de servir como precedente para juzgar.
Cada centro de atención a personas discapacitadas es regentado en un 80% por voluntarias cristianas -monjas-, que en la mayoría de sus casos se dedican a darles una vida mas digna a los mas necesitados, personas de las que la sociedad reniega, por no ser capaces de integrarse y ser productivas. Esas personas se orinan y se hacen sus necesidades encima, hasta tal punto son escoria (en el sentido menos peyorativo de la palabra) social.
Me gustaría que la gente respetara mas la dedicación de muchos cristianos, y que no se llevara las manos a la cabeza cuando oiga las BARBARIDADES que dicen muchos obispos.
Son personas ya viejas, retrogradas y con valores propios de una dictadura que tuvieron que vivir. Yo no excuso a los obispos, pero creo que elevar esa condición de ‘chusma’ a toda la cristiandad, centenares de millones de personas: Creo que es un acto cobarde y soberbio.

Yo he estado en uno de esos centros de cuidados, y a ninguna hermana les importaba la homosexualidad, y me consta que no solo a ellas; tan solo se preocupaban de hacer mas feliz la vida de los demás, dando incluso su vida por ello.
Muchos cristianos se despiden de su familia y se dedican enteramente a ayudar des-interesadamente al prójimo, tan solo por que eligen vivir su vida así.

Critica a aquellos que se lo merecen, por que sino te convertirás en los estúpidos dogmáticos a los que criticas.
De un ateo convencido, pero educado.
Espero que no te tomes a mal las palabras, ni te conozco, ni creo que te vaya a conocer, así que no es nada personal.
Un saludo, y felicidades por el blog.
Da igual si publicas o no el comentario, lo importante es que captes el mensaje».

Ése es el comentario de nebulosasentuiris. Aquí mi respuesta:

Bien, vamos por partes;
a) Dices: «deberías ser mas cauto» lo siento, pero eso me suena a consejo de pequeño-burgués. La cautela a la hora de expresar opiniones es algo que debe hacerse cuando no se está seguro de ellas. De lo contrario creo que uno se debe honestidad a sí mismo y puede (y debe) expresarlas con el énfasis que crea necesario.
b) Por una parte supones bien, soy argentino; por otra parte supones mal: no me baso en lo particular para criticar a lo general. La historia del cristianismo es su mayor oprobio. Y de hecho, tu comentario aparece en un artículo sobre Hipatia, la cual -como sabrás- no fue argentina, como tampoco lo fueron los cristianos que la mataron. los comentarios de los obispos, cardenales y del propio papa que también incluyo en el post tampoco lo son. Los «precedentes para juzgar» al cristianismo son universales, no solamente de esta parte minúscula del globo y de la historia.
c) Que haya un montón de monjitas cuidando enfermos no valida que haya, por ejemplo, curas pedófilos. Lo mismo hacen doctores y enfermeras, lo que no quita que si un Doctor comete mala praxis lo justifiquemos por las buenas acciones de sus colegas.
d) Dices: «Me gustaría que la gente respetara mas la dedicación de muchos cristianos». ¿Y quién niega tal cosa? Ya que eres partidario de las verdades cristianas, recordarás las palabras de Mateo 6:1-4: «No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio. Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que hablen bien de ellos».
e) «…y que no se llevara las manos a la cabeza cuando oiga las BARBARIDADES que dicen muchos obispos». Pues esto sí que me parece hipócrita. Cuando alguien dice una BARBARIDAD (las mayúsculas son tuyas), hay que señalarlo. Ya sea obispo, político, deportista, artista, vecino o familiar. ¿desde cuándo lass autoridades religiosas deben estar exentas de toda crítica? ¿Cuál es el argumento lógico, moral o legal para ello?
d) Dices: «Son personas ya viejas, retrogradas y con valores propios de una dictadura que tuvieron que vivir. Yo no excuso a los obispos, pero creo que elevar esa condición de ‘chusma’ a toda la cristiandad, centenares de millones de personas: Creo que es un acto cobarde y soberbio». Bien, así que soy cobarde y soberbio. Ya veo que lo de cauto va en un solo sentido. No importa. Te explico qué entiendo yo por actos de cobardía y soberbia: Soberbia es la de un líder religiosos y espiritual que se esconde detrás de sus hábitos y del poder eclesiástico para delinquir y justificarse (v.gr.: El ejemplo que puse en el post: «El Obispo de Tenerife sobre la pederastia: “Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso, si te descuidas, te provocan”. Eso es soberbia, no el denunciarlo. Cobardía es aceptar esas palabras y justificarlas. Tú dices: «Son personas viejas, retrógradas… etc.» Pues no es mi problema, pero creo que la cobardía de los fieles de esa iglesia es la que hace que esos tipos estén allí y que aún no los hayan echado a patadas del templo y sus alrededores. (¿Recuerdas lo que dijo e hizo Cristo en una situación similar?).
f) «Yo he estado…» Me remito a la respuesta que di en el punto d.

g) «Critica a aquellos que se lo merecen,…» Eso es lo que hice; que no te quepan dudas.
por que sino te convertirás en los estúpidos dogmáticos a los que criticas». Así que soy poco cauto, cobarde soberbio y, ahora, corro el riesgo de convertirme en estúpido. Y no sólo eso, sino en el mismo tipo de estúpido al que yo critico. Pero aguarda un momento, si la persona a la que critico es un «estúpido dogmático» ¿No está bien que la critique? Vaya; ¿ves la paradoja en la que has caído? Creo que aquí ya te estabas poniendo un pelín nervioso, porque ésta es la primera frase realmente mal escrita de tu texto.

h) «De un ateo convencido, pero educado». Lo que me faltaba, ahora, además, soy maleducado. Pero hay algo que me llama la atención: En tu blog hay una entrada en donde dices: «He decidido hacerle una visita a Dios, si, si, el tipo ese tan conocido, si es tan famoso… por algo será! (y el texto sigue)» ¿qué clase de «ateo convencido» eres? Fíjate que, a pesar de mi falta de cautela, no te tildaré de mentiroso. He echado un vistazo a tu blog y creo que, simplemente, eres alguien honesto pero confundido. En tus entradas, al igual que en tus argumentos, hay muchos errores, demasiadas falacias. Eso te lleva a escribir una oración como la que inicia este inciso.

i) Pondré las respuestas entre paréntesis porque esto se está haciendo demasiado extenso. Sepan disculpar: «Espero que no te tomes a mal las palabras (no lo hago), ni te conozco (eso es obvio), ni creo que te vaya a conocer (dalo por hecho), así que no es nada personal (me alegro).
Un saludo (lo mismo digo), y felicidades (supongo que querrías haber dicho «felicitaciones», si es así, muchas gracias) por el blog.
Da igual si publicas o no el comentario (ya ves, hasta le he dado categoría de entrada propia), lo importante es que captes el mensaje (lo he captado; espero que tú captes el mío).

Hipatia y la chusma cristiana

Hace unos días escribí un artículo sobre Hipatia, una mujer cuya historia siempre llamó mi atención y sobre la cual -es mi modesto parecer-, las mujeres deberían tener como ejemplo o, al menos, deberían tener un mayor conocimiento sobre ella. Al buscar material me encontré con una película sobre su vida, la cual no había visto y a la que busqué de inmediato.

La película en cuestión es Ágora, del español Alejandro Amenábar.

Impaciente, como de costumbre, me dispuse a disfrutar de las imágenes (para mí, de antemano, el cine es siempre disfrute), pero a los pocos minutos tuve que detener la reproducción. Esperé unos minutos y lo intenté de nuevo; pero no pude seguir. Mi rechazo ante la chusma cristiana es tan grande que cuando empiezo a oir esa perorata sin sentido, ese galimatías de frases inconexas y fútiles se me revuelve el estómago, literalmente hablando. Así que lo único que pude hacer fue echar un vistazo aquí y allá (la ambientación y el vestuario eran notables, lo cual me apenó no poder ver la película completa), pero siempre aparecía un cristiano balbuceando su basura metafísica y… ¡corten! seguimos más adelante. Lo que sí me tragué fue el final, quería ver cómo se las arreglaban con la muerte de la heroína y, luego del descontento por la falta de rigor histórico, me di cuenta de que Amenábar no tenía muchas opciones. En la cinta, un esclavo evita que lastimen el cuerpo de Hipatia y, al quedarse a solas con ella, la asfixia para evitarle un sufrimiento mayor. Luego los cristianos apedrean el cadáver de la matemática y filósofa.

Hipatia siendo asfixiada en al película de Amenábar.

La historia verdadera es muy diferente, Hipatia fue arrancada de su carruaje, arrastrada hasta el templo cristiano, desollada viva, desmembrada, y sus restos fueron arrastrados por las calles de Alejandría hasta una pira, donde fueron quemados. Está bien, me dije, si Amenábar filmaba eso el final de la película iba a resultar una remake de la insoportablemente sangrienta La Pasión de Cristo, de Mel Gibson. En ese sentido Amenábar prefirió el buen gusto al rigor histórico.

Ahora bien, más arriba he hablado de chusma cristiana y, hasta no hace mucho tiempo, cuando decía algo así continuaba con un lamento mucho si a alguien ofendo, o algo por el estilo. Ya no. Si alguien se siente ofendido es problema suyo. Más ofendido me siento yo cuando escucho sus anatemas contra éste o aquel (contra los homosexuales o la educación sexual, por ejemplo)  o cuando me prometen eternos tormentos de fuego y azufre y dolores indecibles por toda la eternidad por el hecho de ser ateo.

Y es que uno no puede menos que sentir desprecio -y eso es decir poco- por esos individuos que sumieron a la humanidad en la más oscura de las noches. Quienes con su ceguera e ignorancia impidieron los avances de las ciencias durante más de mil años ¡Mil años de atraso por culpa de estos esbirros violentos y corruptos! Hay que tener en cuenta que ya para ese entonces Eratóstenes había demostrado que la Tierra era una esfera (sus cálculos, comparados con los de hoy, muestran un error de 394 km sobre una esfera de 40.008 km), ya desde mucho antes se habían establecido las bases de la democracia (precaria, pero democracia al fin) y, para no aburrir con los ejemplos, uno más: los descubrimientos astronómicos de Hipatia debieron esperar Dieciséis siglos hasta ser redescubiertos.

¿Y a qué viene todo esto? ¿Qué importancia tiene hoy un hecho lamentable que ocurrió hace casi dos mil años? Pues esa es la enseñanza de la historia. A veces hay que mirar hacia atrás para entender el presente (frase dicha y repetida mil veces pero que aún no parece haber sido dicha lo suficiente). Todo esto viene a que la chusma cristiana de la que hablo más arriba es igualita a la chusma cristiana de la que voy a hablar (o, mejor dicho: citar), más abajo.

1.- El arzobispo de Granada:  “Si la mujer aborta, el varón puede abusar de ella”.

2.-El arzobispo de Bruselas: “El sida es un acto de justicia”.

3- El Arzobispo de Panamá: “Los homosexuales juegan con fuego”.

4.- El obispo de la prelatura Cancún-Chetumal: “Hay que perdonar a curas pederastas; no sabían lo que hacían”.

5.- El obispo de San Cristóbal de las Casas: “El Erotismo impide respetar a los niños”.

6.- El Obispo de Tenerife sobre la pederastia: “Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso, si te descuidas, te provocan”.

7.- Obispo de San Sebastian“Existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo en estos días. Nos lamentamos mucho y ofrecemos nuestra solidaridad, pero deberíamos llorar por nosotros, por nuestra pobre situación espiritual, por nuestro materialismo, que es un mal más grande que el que esos inocentes están sufriendo”.

8.- El Obispo de Córdoba: “La Unesco quiere hacer que la mitad de la población sea homosexual”.

9.- El Obispo de Segorbe-Castellón: “La educación sexual en las aulas se reduce a “exaltar la homosexualidad”.

10.- El Obispo de Cracovia: “El Holocausto es un invento judío”.

¿Bonito verdad? Yo me pregunto: ¿qué diferencia hay entre estos degenerados y los que mataron a Hipatia? Como un indicio de respuesta les dejo un breve video del degenerado mayor, su santidad (no olvidemos que Cirilo, quien ordenó la muerte de Hipatia es hoy considerado un santo cristiano) Benedicto XVI, afirmando que la Inquisición fue un progreso.

Repito: si algún cristiano se siente ofendido, pues me importa poco. Si quiere (o le interesa) mi respeto, puede empezar por limpiar su propia casa, por condenar a sus obispos y cardenales y papas (así, con minúsculas) por las atrocidades que han hecho, por las que siguen haciendo y por las burradas que dicen y obligan a sus fieles a creer. Recién a partir de allí podremos comenzar a hablar de igual a igual.

Devotos cristianos.

Página/12,  Domingo, 06 de mayo de 2012

A los 86 años, cuando se le acerca el final, Videla, católico de estilo medieval, apela a la magia de su religión para confesar sus crímenes.

“Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace”, ha declarado este ex general, condenado a prisión perpetua por tantos asesinatos nunca reconocidos. La religión le tolera exculparse descargando sus crímenes en su dios. El infantilismo al que lo somete esa religión le sirve para ampararse en la fatalidad divina. Un destino fatal que ofende su propia dignidad porque niega la libertad humana y la consecuente responsabilidad de los actos que cada uno debe asumir, si no ha perdido la razón y cree en el Dios de la Biblia. Está claro que Videla no cree en ese Dios. Su dios es el que le predicaron los vicarios castrenses. Es el dios de la muerte. Un dios justificador de los baños de sangre “para redimir la Nación”, como alentaba Mons. Bonamín. Un dios defensor de un orden “occidental y cristiano”, es decir que no es para todos, sino achicado a la propia y egoísta necesidad del desorden establecido por minorías poderosas causante de las injusticias sociales. El dios de Videla es el que salva matando, “unos siete u ocho mil”, según sus dichos, como si se tratara de ladrillos o postes. Muy lejos del Dios de la Biblia bondadoso, respetuoso de la libertad del ser humano y lleno de misericordia, que libera a los cautivos (Lc.4, 18), derriba a los poderosos de sus tronos y sacia el hambre de los pobres. (Lc.1, 52).

Luis Miguel Baronetto, (Director de la Revista Tiempo Latinoamericano. Querellante en la causa por el homicidio de monseñor Angelelli).

Informe sobre la entrevista de la comisión ejecutiva de la C.E.A. (Conferencia Episcopal Argentina) con el Presidente de la república del día 10 de abril de 1978.

Videla le confesó a la Iglesia Católica en 1978 lo que recién hizo público 34 años después: que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados. La Comisión Ejecutiva le transmitió el pedido de Massera de informar sobre el tema. Videla respondió que era imposible, por las inevitables preguntas sobre cada asesinato, el responsable y el destino de los restos. Un diálogo sobrecogedor, contenido en una minuta para el Vaticano que se conserva en el archivo secreto del Episcopado.

En abril de este año la jueza Martina Forns, titular del juzgado federal Nº 2 en lo Civil y Comercial y Contencioso Administrativo de San Martín interrogó a Videla en forma exhaustiva, a solicitud del abogado Pablo Llonto, quien representa a Blanca Santucho, hermana del jefe del ERP abatido en julio de 1976 por un pelotón del Ejército, y cuyos restos nunca fueron entregados a la familia. Un paso previsible en la investigación es solicitar a la Iglesia Católica acceso a los documentos que atesora sobre el tema. El que contiene las explicaciones de Videla lleva el número 10.949, lo que da una idea del volumen de la información que el Episcopado sigue manteniendo en secreto. Está guardado en la carpeta 24-II del Archivo de la Conferencia Episcopal. La Iglesia Católica eligió silenciar el contenido de la conversación en la que Videla les reveló que todos los desaparecidos habían sido asesinados.

Horacio Verbitsky. Página/12

Ambos artículos, completos: Horacio Verbitsky, Luis Miguel Baronetto.

Otra vez un post con ninguna palabra de quien esto administra. Pido perdón, pero es que a veces las palabras faltan o sobran, no lo sé muy bien.