Mi fuga favorita

mar
Hace un par de días alguien, al ver que me hablaba pero que yo no la escuchaba, me toca el hombro y me pregunta ¿Por dónde andas? “Por la playa” fue mi respuesta y ello nos llevó a dialogar sobre cuáles son los sitios donde solemos evadirnos cuando queremos relajarnos o cuando el entorno se hace demasiado aburrido u opresivo. Mi interlocutor prefiere las montañas, cuanto más altas, mejor. Yo, de manera inevitable, me voy al mar. No es casualidad que cada uno haya elegido el entorno en el que ha nacido; por eso (y por muchas otras cosas más), para mí el mar (El Mar, con mayúsculas de nombre propio; La Mar, con dejos poéticos) será siempre mi refugio, mi sitio de calma, mi eterno retorno.
De Fernando del Paso poseo un pequeño volumen que reúne varios textos de diferente estilo e intención. Al final de él hay una serie de poemas relativos al mar que lleva por título PoeMar. De él dejo este

El verano

Te surco, arpono, enfilo, te requiebro
y en mar candente te convoco y llamo:
te quiero a solas en mis olas, clamo
tus ojos, sombra, boca, tu cerebro.

Te bogo, nado, te buceo, enhebro
……………………..en pespuntes tu orgasmo. Prendo
……………………..inflamo
tu pezón más orondo. Beso, lamo
tu muslo más rijoso, lo celebro
con lengua que suspiras y que imploras.
Y te espumas, mareas, bulles, ardes,
te derrites, licúas en mis manos,

y en mi remo te encajas, bramas, lloras,
en oleadas de noches y en las tardes
más soleadas de todos los veranos.

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Mar

Extraño al mar. Mucho, demasiado. Recordé esto que debería estar mejor escrito (siempre que uno quiere decir algo o decirle algo a alguien termina diciendo menos de lo que corresponde o de lo que debería). Sea como fuere y porque simplemente extraño mucho al mar, recordé esto:

Mar

20160817_191011

Foto: Borgeano

El mar no es el mar
el mar no es hombre
no es dios ni espejo del cielo.

El mar es la mar
es diosa, mujer
mujer con voz de murmullo constante
que en cada ola dice una sílaba
única e irrepetible
sílabas todas que hablan para mí
único caminante de la orilla de sus costas
que busca y buscará hasta encontrar
la espuma blanca de sus muslos
o la caracola dormida de su boca.

Horizonte de arena,
silencio nocturno, Mar
quiero yacer en ti
vivir en ti
morir en ti
que tus brazos me acunen en mi último sueño
y me dejen ir, ya para siempre,
a habitar la calidez de tus profundidades.

Pero no aún
aún queda mucho por andar
por caminar a tus pies
o sumergirme en tu abrazo de agua
y seguir las corrientes eternas
que recorren el mundo, mi mundo
de parte a parte
de día en día.

El mar no es el mar
el mar no es hombre
no es dios ni espejo del cielo.
El mar es la mar
es diosa, mujer
mujer amante
que me cobija, me calma
me sugiere, atrapa, seduce
me desvela
me desnuda.

Algunas notas sobre el mar.

endless-ocean-gif

Nací y viví casi toda mi vida a orillas del mar. Es inevitable que aquellas cosas que vivimos en la infancia nos marquen de manera definitiva (La patria es la infancia, dijo alguna vez Rainer Maria Rilke) y es por eso que el mar será siempre un compañero inevitable allí donde me encuentre aunque esté rodeado de montañas, como sucede en este mismo momento. Todo esto viene a cuento porque hoy iré a visitarlo, aunque no sea el mar frío de mi Atlántico Sur, sino el cálido Océano Pacífico. Sé que voy a disfrutarlo tal como lo disfruta un niño o tal vez sea precisamente eso: que jamás podré estar frente al mar si no es sintiéndome como un niño; como el niño que fui o como el niño al que nos vemos convertidos al estar frente a él. No hay modo de escapar de esa sensación; frente al mar todos nos sentimos pequeños, diminutos, insignificantes, nulos. Recuerdo también algunas palabras sobre el mar desde ese otro mar que es la literatura:

mar 01

Mar: No tiene fondo. Imagen del infinito. Provoca grandes pensamientos. A la orilla del mar, siempre hay que tener buena vista. Cuando se lo contempla, siempre hay que decir: «¡Cuánta agua! ¡Cuánta agua!». (Gustave Flaubert. Diccionario de lugares comunes).

O también:

«¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!
El mar es tu espejo; contemplas tu alma
En el desarrollo infinito de su oleaje,
Y tu espíritu no es un abismo menos amargo».

(Las flores del mal, Charles Baudelaire)

mar 02

Por último, un modesto aporte personal:

Mar

El mar no es el mar
El mar no es hombre
No es dios ni espejo del cielo

El mar es la mar
Es diosa, mujer
Mujer con voz de murmullo constante
Que en cada ola dice una sílaba
Única e irrepetible
Sílabas todas que hablan para mí
Único caminante de la orilla de sus costas
Que busca y buscará hasta encontrar
La espuma blanca de sus muslos
O la caracola dormida de su boca.

Horizonte de arena
Silencio nocturno, Mar
Quiero yacer en ti
Vivir en ti
Morir en ti
Que tus brazos me acunen en mi último sueño
Y me dejen ir, ya para siempre,
A habitar la calidez de tus profundidades.

Pero no aún
Aún queda mucho por andar
Por caminar a tus pies
O sumergirme en tu abrazo de agua
Y seguir las corrientes eternas
Que recorren el mundo, mi mundo
De parte a parte
De día en día.

El mar no es el mar
El mar no es hombre
No es dios ni espejo del cielo
El mar es la mar
Es diosa, mujer
Mujer amante
Que me cobija, me calma
Me sugiere, atrapa, seduce
Me desvela
Me desnuda.