Porque yo lo digo

 

arte moderno (2)

 

Todos sabemos que el arte, al menos la plástica, está en crisis. Al menos hay una profunda crisis de sentido que hace que cada tanto aparezcan en las noticias algunas cuestiones que deberían impulsarnos a pensar en estos asuntos, pero que sólo se quedan en la superficie, sin adentrarse demasiado en el tema en sí. Me refiero a esos casos (creo que alguna vez hablé de ellos aquí) donde en un museo confunden una obra de arte con algo que no lo es (como la señora de la limpieza que tiró a la basura una obra que no era otra cosa que un montón de basura tirada en el piso) o aquel otro caso menos gracioso del hombre que murió sentado en un banco y quedó allí un par de días y que la gente tomó como una obra hiperrealista. Esos casos, en general, sirven para que se critique (con no poca razón, claro) al arte moderno en sí pero, sobre todo, sirve para que cualquier neófito que nunca pisó un museo alce la voz y se sienta el Rey de los críticos.

arte moderno (1)

Hace poco sucedió un hecho similar a los anteriores. En el Museo de Arte Moderno de San Francisco un muchacho colocó un par de anteojos en el piso y se alejó para tomar nota de lo que sucedía después. TJ Khayatan observó, como es lógico, que la gente se detenía a ver a los anteojos, que hablaban sobre ellos y que incluso los fotografiaban como si se tratara de una obra artística.

arte moderno (1)

T.J. Khayatan

Dije, y eso corrió por mi cuenta, «como es lógico…» ¿Y por qué debería ser «lógico»? Pues porque se encontraba en un museo y se encontraba de modo que pareciera ser una obra de arte. Eso es suficiente para que pudiera ser considerada como tal. Ahora, si esa obra es válida o no es otro asunto; lo que quiero pensar en por qué consideramos arte a toda cosa que encontremos dentro de un museo. Ésa es la pregunta; después, el valor de la obra o qué es el arte en sí es otro asunto que podríamos tratar en su momento.

Ahora, y para sintetizar, me atrevo a decir que la crisis en la que se encuentra el arte en sí es que nadie sabe lo que es si antes una autoridad no ha señalado que tal cosa es arte y tal otra no. La crisis, continúo con la idea, es que las personas ya no confían en su propio gusto o en su capacidad para reconocer los valores estéticos; y eso conlleva dos problemas diferentes: uno es la inseguridad y el desconocimiento de las personas en cuestiones relativas al arte. El segundo punto es que aquí son las propias autoridades las que han prostituido su estatus de conocedores y de guías intelectuales por puro beneficio económico. Así es que ellos determinarán el valor artístico a partir del valor económico, no estético; de allí que cualquier tontería que les brinde beneficio será considerado como arte mientras que una obra de valor, si es de alguien totalmente desconocido o si no rompe récords monetarios, no será tenida en cuenta y, probablemente, olvidada.

 

arte moderno (3)

 

Mientras tanto, la gente seguirá mirando con aire pensativo a un par de anteojos en el piso o a un hombre muerto en un banco sólo porque están dentro de un museo y leyendo el folleto explicativo para saber si esa cosa que tenemos frente a nosotros debe gustarnos o no.

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